Riquelme sigue mostrando su clase

El argentino volvió a demostrar con su gol en Brujas que no se trata de un jugador común, y además se convirtió en el referente de un animoso grupo de veinteañeros que compartieron con él la titularidad

BARCELONA -- Juan Román Riquelme volvió a demostrar en Brujas que no se trata de un jugador común, porque puede pasar muchos minutos desapercibido y después desequilibrar un partido en el que, además, se convirtió en el referente de un animoso grupo de veinteañeros que compartieron con él la titularidad.

La imagen del barcelonista Riquelme tras el gol, con las manos en sus orejas, imitando al popular personaje infantil 'Topo Gigio', el favorito de su hija Florencia, es sin duda la del partido en Brujas. Un amague, dos recortes y un tiro seco desde la frontal resumen lo fácil que ve el fútbol el ex jugador de Boca Juniors que no está viviendo días felices en Barcelona.

Para el barcelonismo, no sólo fue importante el gol de Riquelme, o la imponente racha de siete triunfos consecutivos en Europa o la clasificación para la segunda fase conseguida a falta de dos partidos, tanto como la demostración que los jugadores de la cantera tienen la suficiente calidad para asegurar el futuro del equipo.

Louis van Gaal dejó a ocho titulares en Barcelona. Mantuvo en el equipo a sólo dos habituales (Carles Puyol y Fernando Navarro), hizo debutar a cuatro jóvenes (Dani Tortolero, Andrés Iniesta, David Sánchez y Sergio García), volvió a cambiar al meta (Robert Enke en esta ocasión) y dijo la manija del juego a Iniesta y Riquelme.

Sus detractores, aquellos agoreros que pronosticaron que Román nunca podría triunfar en Europa por sus prestaciones de jugador a bajas revoluciones, tuvieron la ocasión de comprobar como la condición física y la velocidad no lo son todo en el fútbol mientras exista la calidad y la de Riquelme es indudable.

En Brujas, Riquelme volvió a marcar. Ya lo había hecho en la previa de la competición, cuando también con un tiro lejano, acabó con las opciones del Legia de Varsovia, pero el conseguido en el estadio Jan Breydel tiene más importancia.

El gol llegó unos días después de que Riquelme actuará a buen nivel 45 minutos frente al Alavés, en el mejor partido de lo que llevamos de temporada del Barcelona y que finalizó con la goleada más amplia hasta la fecha (6-1).

Si ante los vitorianos, Riquelme disfrutó con las combinaciones que tejió con Javier Saviola y la magnífica asistencia que regaló a Patrik Kluivert, ante los belgas Riquelme se complementó con Andrés Iniesta, un joven de 17 años, genuino producto de la escuela de mediocentros de La Masía.

En esa escuela ya habían nacido futbolísticamente Josep Guardiola, Xavi Hernández o Mike Arteta, el genial organizador que abandonó Barcelona para triunfar en el París Saint Germain y ahora en el Glasgow Rangers.

Por el momento, Riquelme tiene paciencia. Se sabe en el banquillo, porque en su posición Luis Enrique está ofreciendo unas prestaciones magníficas, pero también que poco a poco tiene más opciones, que es el favorito de la grada y que si es capaz de desequilibrar, como ya lo ha hecho en más de una ocasión, habrá cubierto parte del camino y cada vez estará más cerca de convertirse en uno de los once elegidos.

El próximo sábado, cuando Van Gaal anuncie la lista de convocados para medirse al Racing de Santander, Riquelme estará en ella, pero seguramente verá el inicio del encuentro desde el banquillo. Sólo si las cosas ruedan muy bien o muy mal, Román entrará en escena, ese por el momento en su sino en el Barcelona.

-EFE

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