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Harman lidera por un golpe el US Open

Viento suave + Cancha blanda = Tormenta de birdies y águilas. Los ingredientes perfectos se combinaron en la tercera ronda del US Open, en Erin Hills. Así las cosas hay un récord de 42 jugadores bajo el par en el tablero.

Brian Harman, el zurdo estadounidense de 30 años, hizo su tercera vuelta seguida con signo negativo (67), y con -12 es el líder por un golpe. Su compatriota, el joven y valiente Justin Thomas, entró en la historia al disparar una vuelta de 9 bajo el par y 63 golpes. Empata con -11 el segundo puesto junto a su compatriota Brooks Koepka y el inglés Tommy Fleetwood. Con -10 marcha quinto el estadounidense Rickie Fowler. Sexto, con -9 está el surcoreano y reciente ganador del Players, Si Woo Kim. Séptimos con -8, los estadounidenses Patrick Reed, Russell Henley y Charley Hoffman. Décimos con -7, sus compatriotas Bill Haas, Brendan Steel, Brandt Snedeker y Xander Schauffele. Totalizan así 13 los jugadores con posibilidades de ganar la 117va edición del US Open, que por primera vez se disputa en el estado de Wisconsin. Todos ellos pelearán por su primer Major.

Sería imposible hablar de la tercera vuelta en Erin Hills y no detenerse en los detalles de la ronda de Thomas. Pero antes, unas palabras sobre los antecedentes de este joven de 24 años, oriundo de Kentucky y máximo candidato a quedarse con este US Open.

Thomas acumula 5 victorias en el PGA Tour, del que forma parte desde 2015. En ese año ganó su primer torneo en la gira. En la actual temporada acumula ya tres victorias. En una de ellas, el Sony Open de Hawaii, hizo una vuelta inicial de 59 golpes. Marcha segundo en la carrera por la FedExCup.

Su recorrido en la tercera vuelta fue vertiginoso. 9 birdies, 1 águila, 2 bogeys. Pero estos increíbles números no hacen total justicia a lo extraordinaria que fue su performance. En el hoyo 8, luego de fallar el fairway por mucho, y desde un rough imposible, sacó una bala que entró rápida al green y corrió para quedar cerca del hoyo. Lo coronó con un birdie épico. En el hoyo 12 tenía un putt desde el borde del green. Se paró apuntando a 90 grados del hoyo, la golpeó con maestría y la pelota se metió luego de hacer una parábola insólita. Puro talento. En el corto par 4 del hoyo 15 (280 yardas), pegó una bomba de salida con su madera 3 y la dejó en el green a escasos 2 metros. Pura valentía. Fallaría decepcionado ese corto putt para águila,pero el desquite llegaría en el largo par 5 del hoyo 18 de 670 yardas. Otra vez con su madera 3 en la salida, pegó por arriba del bunker de la izquierda, nada menos que 280 yardas de aire para picar barranca abajo y rodar unas yardas más. Desde allí, otro misil con el mismo palo a una bandera que estaba a 300 yardas. La pelota picó mansa en el green y rodó apenas, para dejarle un putt de 2 metros. Lo ejecutó con tranquilidad para cerrar, con un tremendo águila, una vuelta histórica.

Si Thomas sale este domingo a jugar la última ronda con el 50 por ciento de la inspiración y la actitud que tuvo en la tercera, no habrá rivales para él y alzará seguramente el preciado trofeo al final del día. Pero Majors son Majors y todo puede pasar. En la contienda hay grandes jugadores y está todo preparado para un gran espectáculo. El clima, aunque un poco más ventoso, seguirá presentando a Erin Hills accesible para los jugadores.

Este es un US Open definitivamente atípico. Es extraño ver a los jugadores sin temor y sin mucho respeto por la cancha. No se festejan los pares. Pero también será interesante tener una definición distinta, que necesitará más fiereza que paciencia y más arrojo que prudencia. Con varios de los grandes nombres ausentes comienza así, en Erin Hills, Wisconsin, la vuelta final del US Open.