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Brooks Koepka entró en la historia: ganó su segundo US Open consecutivo

El estadounidense Brooks Koepka dio cátedra. Fue una clase magistral de como jugar un domingo de Major. “Para ser honesto, no creí que podría hacerlo. Es increíble haber ganado mi segundo Major. Este es más gratificante todavía”. Fueron algunas de las declaraciones del ganador en la conferencia de prensa.

Koepka hizo 68 golpes (-2) y superó por un golpe a un inspirado Tomy Fleetwood que con 63 golpes (-7) igualó el récord para una vuelta de US Open y marcó el score más bajo de los disputados en Shinnecock. El campeón empezó su vuelta decidido y mandó mensajes claros desde el principio.

Jugó en la anteúltima salida en compañía de su amigo Dustin Johnson, ambos empatados en +3. Koepka falló un putt de 2 metros para su primer birdie en el hoyo 1. Pero en el hoyo 2, el par 3 más largo de la cancha con 265 yardas, disparó un hierro certero y cerró el capítulo con un gran birdie.

Ya dueño de la punta para no dejarla hizo birdies en el hoyo 3 y en el 5. Solo hizo un bogey a la ida para cerrar ese recorrido parcial en 33 golpes. En la vuelta Koepka sintió la presión de la punta y aunque falló alguna salida, merced a su potencia y a la precisión con la manejó el putter consiguió salvar situaciones complicadas. La más difícil fue sin duda la del hoyo 11 en donde embocó un putt de cinco metros para bogey.

En el hoyo 18, con dos golpes de ventaja, falló por mucho el green por la izquierda, pero jugo un gran chip que le permitió hacer un bogey y abrazar el campeonato. Su score final acumulado de 281 (+1) le dio su segundo Major. De los contrincantes, Fleetwood era el más serio. En un túnel en el que todo le salía bien, el inglés se cansó de acertar fairways y tiros al green. Ya con el putter en las manos no paró de embocar putts para bajar golpes de manera casi obscena.

Estuvo a un paso de anotar la vuelta más baja del US Open en la historia, pero luego de darse la oportunidad de otro birdie en el hoyo final falló y debió contentarse con el premio consuelo. El estadounidense y actual campeón del Masters, Patrick Reed, también se inspiró y amenazó seriamente cuando en el par 3 del hoyo 7 embocó su quinto birdie de la ida. Pero el freno llegó con un bogey en el hoyo 9. Cerró así su primer parcial en 31 golpes. Pero el hechizo se rompió y a partir de allí se transformó en un simple mortal después de haber amagado como un semidiós.

Terminó su recorrido con un meritorio 68 (-2) que lo puso en el cuarto lugar del tablero. Dustin Johnson no pudo. No pudo otra vez y van… Hasta antes de Oakmont en 2016 el actual nro. 1 del Ranking Mundial había estado muy cerca de su primer Major. Nada más cruel que sus tres putts en el hoyo 18 de Chambers Bay para regalarle el US Open en 2015 a Jordan Spieth. En Oakmont se reivindicó. Y fue con gran mérito al superar incluso una penalidad que todavía hoy genera controversia. Pero sigue sin demostrar en los Majors lo que se espera de su poder y de la calidad de su juego corto.

En la última vuelta en Shinnecock Hills no estuvo nada fino con el putt. No pudo encontrar la manera de acertar la distancia y eso fue letal para sus aspiraciones. Su correcta vuelta de par de cancha lo dejó solo en el tercer lugar a dos golpes de Koepka con un total de +3.

Los otros punteros, los estadounidenses Daniel Berger y Tony Finau despertaron rápidamente del sueño que los llevó inesperadamente a la punta después de sendas e inspiradas terceras rondas de 66 golpes (-4). El liderazgo del US Open y la última salida en un domingo de Major fue más de lo que pudieron soportar y sucumbieron a la presión. Finau terminó su ronda en +2 y con un total de +5 quedó en el quinto puesto.

Berger cerró con 73 golpes la ronda y se ubicó empatado en el sexto lugar con +6. El inglés Justin Rose y el sueco Henrik Stenson volvieron a salir juntos en la última vuelta. Con una diferencia de uno y dos golpes respectivamente de los punteros pudieron ser un factor, pero desde temprano mostraron dudas y el US Open no las tolera.

Stenson hizo un muy buen 71 (+1), pero solo alcanzó para dejarlo empatado en el 6to lugar con +6. Rose firmó tarjeta de 73 (+3) y terminó empatado en el décimo lugar. Koepka, de 28 años, tendrá desde ahora su retrato colgado con los números 2017 y 2018 en una antigua pared de más de 100 años en la que solo hay otros seis, los de Willie Anderson (1902-1904), John McDermott (1911-1912), Bobby Jones (1929-1930), Ralph Guldahl (1937-1938), Ben Hogan (1950-1951) y Curtis Strange (1988-1989). Acaba así la edición 118 del US Open.

Será recordado por el salvaje estado en el que el sábado fue presentado el histórico campo de Shinnecock Hills. Por las duras críticas de varios jugadores que cuestionaron las posiciones de las banderas y la velocidad de los greens. Y también por el papelón de Phil Mickelson al golpear su pelota en movimiento en el hoyo 13 el día sábado, al estilo hockey como en la película Happy Gilmore.

Como sea, el US Open es la última prueba del golf y los mejores jugadores del mundo son desafiados como en ningún otro torneo.

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