Golf
Eugenio Martínez Ruhl 5y

El chileno Gana rompe con la superstición: "Siento que puedo volver a quedarme con el LAAC"

El chileno Toto Gana habla con aplomo. Todo en él transmite calma. Tal vez sea porque ya ganó una vez el Latin American Amateur Championship (LAAC). Quizás por la gran experiencia de vida que sumó en los últimos años jugando golf universitario en Estados Unidos. Por eso sorprende cuando, sin cambiar un ápice esa postura, suelta como al pasar: “Siento que este año puedo volver a levantar el trofeo”.

Está cómodamente sentado en el lobby del Media Center de Casa de Campo, el imponente complejo de República Dominicana donde se disputará a partir de este jueves el LAAC, y no suena para nada soberbio. Parece simplemente estar diciendo lo que piensa, sin rodeos.

“Llego con mucha confianza a este torneo, luego de dos semanas muy buenas. Fui segundo en el Abierto de Cachagua y la semana pasada peleé hasta último momento por el título en el Sudamericano de Chile (terminó quinto, a sólo dos golpes del campeón, el canadiense Chris Crisólogo). Vengo de tener un gran 2018 y por eso siento que puedo volver a ganar este torneo”, razona, mano a mano con ESPN.com.

El joven de 21 años nacido en Santiago tocó el cielo con las manos en 2017, cuando se quedó con el título del LAAC tras vencer en el Club de Golf de Panamá y en un desempate final a su compatriota Joaquín Niemann (hoy exitosamente instalado en el PGA Tour) y al costarricense Álvaro Ortiz.

Pasó mucha agua bajo el puente desde aquella ocasión, como la gran experiencia que fue jugar el Masters de Augusta, al que clasificó gracias a esa victoria en Panamá. Pero él se mantuvo entre los mejores jugadores aficionados de Latinoamérica.

“Maduré mucho desde el LAAC 2017. Siento que ahora sé qué cosas hay que hacer y cuáles no para cerrar la victoria cuando uno está cerca de ganar”, explica el representante de la Universidad Lynn, ubicada en Boca Ratón, Florida.

La tarde en esta paradisíaca República Dominicana está algo nublada y ofrece un calor agradable, que no sofoca. Gana habla pausado, sin ningún apuro. Opina que la clave para lograr ese ansiado triunfo es “la consistencia”.

“Aprendimos en los últimos años que en el LAAC por lo general no alcanza con un buen día. Lo de Niemann en 2018 fue una excepción (firmó una tarjeta de -8 en la ronda final para coronarse). Más que estar inspirado una sola vuelta, la clave pasa por mantenerse constante”, afirma.

El chileno tiene una historia particular, ya que comenzó a jugar cuando una mala noticia dejó de serlo. Sus padres se divorciaron cuando tenía 8 años y tiempo después su madre se fue a vivir con su actual padrastro, Alejandro, muy aficionado al golf.

Tras el recelo inicial, el pequeño Toto entablo una buena relación con Alejandro, y comenzó a acompañarlo al campo donde practicaba.

“Yo hasta ese momento no tenía ni idea de qué era el golf, pero junto a él empecé a pegarle a la pelota. Fue el comienzo de todo, a partir de ahí nunca paré”, recuerda.

Hoy, 13 años después y con pergaminos suficientes para hacerlo, está convencido de que el domingo puede volver a festejar. Esta vez ya no sería una sorpresa.

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