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J.J. Barea, pasión y amor por el básquetbol en Dallas

DALLAS -- José Juan Barea reconoce la importancia de representar a los hispanos de manera correcta en la NBA.

Sabe que en ocasiones el camino es más complicado que para los basquetbolistas estadounidenses por diversas razones, incluido el idioma.

Por eso, el puertorriqueño de los Dallas Mavericks está cada vez más orgulloso de ser un basquetbolista establecido y respetado en la liga más prestigiada del mundo.

""Mi mentalidad ha sido siempre mejorar en algo todos los años. Mejorar en el conocimiento del juego todos los años, mejorar en tu físico, en tu tiro, en cositas así... Pero todos los años mejorar en algo para poder mantenerte en la liga." J.J. Barea

"He cumplido todos mis sueños", dijo Barea con su eterna sonrisa. "Me encantaría ganar otro campeonato. Pero estoy bien contento de mi carrera y de lo que falta...". Pero para "J.J." como le dicen todos en el área Dallas-Fort Worth a uno de los basquetbolistas consentidos de la afición, sin importar el idioma, las cosas fueron más que complicadas en principio.

En especial, para un muchacho que llegó del basquetbol colegial de una universidad que está lejos de competir por campeonatos nacionales, Northeastern. "El baloncesto es mi pasión. Esto hay que amarlo", comentó Barea. "Segundo, tuve que ir paso a paso. Tuve que tener mucha paciencia, venir al high school, luego a la universidad. En la universidad mejorar mucho, mejorar en mi juego y en mi físico. La universidad me dio mucha oportunidad para mejorar en el juego".

"Después llegué a la NBA, donde tuve que tener mucha paciencia también por que no fui drafteado", agregó. "Pero me dieron oportunidades y aproveché las oportunidades, cuando me salían las cosas mal me mantenía positivo y seguí trabajando en mi juego y Gracias a Dios me ha funcionado en mi juego".

Barea llegó a los Mavericks como agente libre novato en el 2006. Pocos apostaban porque pudiera conseguir un lugar en el equipo, en especial por sus 5-10 de altura, aunque está enlistado de manera oficial con seis pies.

Ahora Barea ha pasado una década en la NBA, siete años con los Mavericks, forjando uno de los nombres más reconocidos por los aficionados; algo que nunca ha pasado desapercibido para uno de sus mejores amigos en el vestidor, Dirk Nowitzki.

"Es un pequeño competidor", dijo Nowitzki. "Tú sabes que siempre está ahí para nosotros, que juega sano, con lesiones, como sea... Siempre va a darnos una chispa ya sea saliendo de la banca o como titular. Es un hombre rudo chaparrón. Viene a jugar cada partido con todo".

Barea dijo que en una liga tan competitiva siempre hay que tener talento. Pero tal vez más importante consistencia en todos los aspectos del juego.

"Mi mentalidad ha sido siempre mejorar en algo todos los años", dijo Barea como el secreto de su consistencia. "Mejorar en el conocimiento del juego todos los años, mejorar en tu físico, en tu tiro, en cositas así... Pero todos los años mejorar en algo para poder mantenerte en la liga".

UN CAMINO MÁS LARGO PARA LLEGAR A LA NBA

Barea reconoció que el camino y el sacrificio ha sido largo, pero ha valido la pena. En especial para un niño que tuvo que dejar su casa y país en su último año de preparatoria; que tuvo que aguantar inclemencias de clima y días festivos familiares en sus épocas universitarias, antes de comenzar a cosechar fama y fortuna.

También tuvo que trabajar para "arrebatar" un lugar a jugadores locales, estadounidenses, en su propio idioma, que han estado en la alta competencia desde muy pequeños.

"Yo tuve la oportunidad de jugar en Puerto Rico todas las categorías menores, que me prepararon muy bien, cuando llegué a Estados Unidos yo estaba bien preparado", recordó. "Pero la realidad es que aquí hay más talento, más jóvenes que juegan este deporte y más competencia. Así que es un poco más difícil jugar acá".

Pero Barea, de 32 años, es un hispano más que sabe que con trabajo, dedicación y sobre todo pasión todas las metas se pueden alcanzar.

"A todos los hispanos que se mantengan juntos, unidos, que se apoyen el uno al otro, que se mantengan positivos y que apoyen todo lo que hagan los niños", dijo. "Lo que escojan hacer en la escuela o cualquier otra área que se mantengan positivos y que vayan con ganas de hacerlo".

Barea está orgulloso de sus raíces en todos los sentidos. Todos los días trata de educar a sus hijos en las costumbres puertorriqueñas que arraiga, incluyendo el idioma español.

"El inglés lo van a aprender en la escuela", dijo. "En mi casa sólo hablamos español".

Es uno de los principales protagonistas de que el basquetbol de la NBA sea cada vez más popular en Latinoamérica, dentro y fuera de las canchas.

Reconoció como una fortuna el llegar a un equipo encabezado por Mark Cuban, que siempre ha valorado el talento de los latinos sobre la duela y a sus aficionados en la tribuna.

"Sí, yo creo que el baloncesto de la NBA especialmente le encanta a los hispanos, en toda Latinoamérica, a todos los hispanos", señaló Barea. "Los latinos van a seguir creciendo en la NBA y los que ya estamos creo que estamos teniendo tremenda representación".

ES BUENO SABER QUE...

José Juan Barea tiene contrato con los Mavericks hasta el final de la temporada 2018-19 por 11 millones de dólares garantizados; incluidos 4.1 millones de dólares que ganara esta temporada.