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LOS ÁNGELES  Matt Barnes pasó en escasos meses de entrar por la ventana a la plantilla de Los Ángeles Clippers a convertirse en una pieza fundamental de la ahora afamada segunda unidad y en ocasional cerrador.

El ex jugador de Los Ángeles Lakers confesó que tuvo uno de sus mejores veranos de preparación previo a esta temporada pero que se empezó a preocupar cuando llegó septiembre y seguía sin firmar con equipo alguno.

El alero estuvo entrenando durante algunas semanas en las instalaciones de los Clippers en la localidad de Playa Vista y con su ética de trabajo se ganó la admiración de Chris Paul, Blake Griffin y compañía.

Estos luego se encargaron de endosar su contratación con la dirigencia, y fue así que el antiguo alumno de UCLA acabó vistiéndose de rojo, blanco y azul.

SUPERÓ VARIAS ADVERSIDADES

Barnes tuvo que librar una batalla cuesta arriba tanto dentro como fuera de la cancha. El alero debió superar un problema legal, que le resultó en una suspensión para el primer partido de la temporada.

Además, una vez arribado al campo de entrenamiento, el alero se vio con la dura realidad de competir contra el titular Caron Butler, y el recién incorporado Grant Hill.

Fue así que Barnes comenzó la pretemporada como el '3' de tercera mano, sin promesas de minutos y muy consciente de que su protagonismo sería mínimo.

Sin embargo, el alero nunca bajó los brazos y poco a poco fue metiéndose en la consideración de Vinny Del Negro

OPORTUNISTA

El primer gran guiño del destino lo recibió muy lejos de su California natal. En la gira de pretemporada por China, Grant Hill agravó un problema de rodilla que venía arrastrando desde antes y a causa de esto todavía no ha hecho su debut con la elástica angelina.

Esto, sumado a la recuperación de Chauncey Billups y Trey Thompkins, hizo que Barnes fuera uno de solamente 11 jugadores disponibles para abrir la temporada.

Fue así como el alero poco a poco fue recibiendo protagonismo, y dejando que su intensidad y actividad en cada milímetro del parquet hable por él.

Hoy por hoy, Barnes se ha convertido en un miembro inamovible de la 'Tribu llamada banco' (apodo oficial de la segunda unidad derivado de la banda de hip hop 'A Tribe Called Quest') y ha visto su importancia crecer semana tras semana.

POLIFUNCIONAL

La carrera de Barnes es tan sorprendente como inexplicable. Luego de ser elegido en la segunda ronda del draft del 2002, el alero ha pasado por ocho franquicias en 10 años de carrera.

El jugador tuvo actuaciones notables, sobre todo en su paso por los Golden State Warriors, siendo parte instrumental de aquella histórica serie de playoffs en los que derrotaron a los Dallas Mavericks en primera ronda.

Sin embargo, su personalidad conflictiva sobre el tabloncillo y quién sabe qué más factores le han prevenido de establecerse en un rol y un equipo fijo.

Hoy a sus 32 años, el oriundo de Santa Clara está jugando como un hombre dispuesto a no abandonar el sur de California nunca más.

Sus armas son conocidas: un físico privilegiado que le permite ser de los jugadores más atléticos de la liga. Además, cuenta con brazos largos que lo hacen un más que confiable defensor, y tiene un tiro relativamente confiable.

Además, su energía parece ser ilimitada, y su intensidad es contagiosa al punto de inspirar y sacar lo mejor de sus compañeros.

DE MENDIGO A CERRADOR

Barnes hasta el momento promedia 9.4 puntos por partido, 5.1 rebotes y está tirando para 47 por ciento desde el campo. Todas esas cifras son superiores a sus marcas históricas y esto se ha reflejado en la confianza que le tiene el dirigente.

Es por esto que no sorprende verlo más y más en cancha. Esto va de la mano con la química que tiene junto a Eric Bledsoe, Jamal Crawford, Lamar Odoms y Ronny Turiaf o Ryan Hollins.

Sin embargo, su eficiencia ha sido tal que en los pocos partidos que los Clippers han tenido que batallar sobre el final, ya no sorprende verlo en cancha.

Por ejemplo, en un duro juego ante Chicago Bulls, el alero se encontró sobre el tabloncillo con la alineación titular para confirmar la victoria.

El hecho que Del Negro cuente con él, en detrimento de Caron Butler, es un fiel reflejo de la importancia del alero en las aspiraciones de campeonato de los angelinos.

Y es que Barnes, finalmente parece haber encontrado su lugar en el mundo y su éxito está firmemente entrelazado con las aspiraciones de los californianos.

Sí, de mendigo a millonario, igual que los Clippers.