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Chicharito, Douglas Costa, Josef Martínez algunas de las historias a seguir en la MLS
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LOS ÁNGELES -- Es un acuerdo tácito. Un trato no escrito ni apalabrado, pero sobreentendido. Un pacto de sangre implícito y silencioso. Javier Hernández y Carlos Vela quieren poner patas pa’rriba a la MLS y, de pasadita nomás, a la Selección Mexicana.

Este 2022, ambos, Chicharito y Vela quieren ofrecerle, finalmente, a la MLS, su anhelado Armagedón futbolístico, que rebase la contienda deliciosa que libraron ya en su momento el delantero del LAFC y el sueco Zlatan Ibrahimovic.

Getty ImagesChicharito compartió con Vela vestidor en dos mundiales jugando con México.

Gente vinculada al LA Galaxy, al LAFC y a la MLS, y gente ajena a ambos equipos, titubean para aseverar, pero también para negar, que ambos delanteros hablaron de contemplar esa competencia entre sí para su propio beneficio y el de sus clubes.

La MLS espera que así sea. Que finalmente los dos delanteros mexicanos más costosos y caros terminen por tomar las riendas del protagonismo en el torneo estadounidense que arranca este fin de semana en su edición 2022.

Motivos hay para ambos jugadores en esa fastuosa y casi circense batalla, por la cima de goleo y por el título de la liga. Especialmente porque 2020 y la Pandemia arruinaron la competencia, y en 2021, las lesiones se cebaron sobre ambos.

En 2020, Chicharito estaba con más kilos y menos neuronas, más millones de dólares y menos hormonas, metido en el desafío de la MLS. A Vela le alcanzó para una soberbia jornada de Concachampions, basureando él solito al América, y de paso, echando a Miguel Herrera de Coapa.

Y para este 2022, además, ambos, Hernández y Vela, lo saben: si en verdad quieren desquiciar a la MLS con una carrera parejera guiando a sus equipos, de rebote, inevitablemente, en la carambola mediática, pondrían patas pa’rriba a la Selección Mexicana.

Y si hay motivos, hay también pistas para creer en ese desafío de reojo, pero tácito, entre ambos.

1.- Jamás, Carlos Vela había llegado a una pretemporada, ni en Europa ni en la MLS, con la prestancia física que hoy lo ha hecho. Incluso, con la Real Sociedad, Vela y su abdomen demostraban que habían vivido a plenitud las vacaciones. Esta vez ha llegado en la mejor forma física posible.

2.- Javier Hernández apenas se tomó un respiro después del cierre del torneo 2021 y regresó al gimnasio, a trabajos especiales y personalizados, además de apegarse a su plan nutricional. Incluso parece encontrar la redención personal y sentimental en torno a su separación de Sara Kohan y la potestad sobre sus hijos.

3.- Carlos Vela no tiene contrato para la temporada completa. El acuerdo vigente fenece con el mes de junio. Ha lanzado anzuelos, pero en el estanque del LAFC nadie ha mordido el señuelo. Ha hablado de Australia y de Europa, pero en el club saben que son alharaca de una urgente mitomanía, para que le ofrezcan una renovación. El LAFC no lleva prisa. Harán una oferta si El Bombardero la merece de aquí a junio.

4.- ¿Y qué tiene que ver la Selección Mexicana? Obviamente, en caso de tener ese torneo explosivo que ambos desean, y ellos lo perciben y lo gozan, será inevitable el tsunami mediático sobre un Gerardo Martino que apuesta por su ahijado Rogelio Funes Mori, pese a la sequía patética que vive en Rayados y el Tri. Si ambos cumplen la meta en este maratón competitivo en la MLS, será inevitable la lluvia de bayonetas hacia el entrenador argentino para que baje del nicho de su petulancia y acepte renegociar con ambos. Vela ha dicho que no vuelve, y Chicharito no pierde la esperanza, a pesar del veto de Yon de Luisa.

5.- Carlos Vela, en medio de tantos vítores por sus condiciones, vive una realidad: profesionalmente no ha ganado ningún título con sus equipos. Acaso, la orgullosa medalla del Mundial Sub 17 en Perú, sobre Brasil. Sin embargo, él asume la urgencia de ser campeón con el LAFC en medio de ese páramo que es su currículo profesional a nivel de clubes.

6.- El mismo Chicharito necesita de un nuevo título, al menos en la MLS. Desde 2013 con el Manchester United vive en la inopia. Cierto, por añadidura, le corresponde un pedacito de gloria con el Real Madrid campeón del Mundial de Clubes en 2014, y de rebote la coronación del Sevilla en la Europa League, cuando ya había sido cedido al Galaxy.

Por otro lado, Javier Hernández suma nueve goles en los últimos once juegos, y cuatro en la pretemporada, mientras que Carlos Vela, en correcta forma física, trata de reencontrar su racha goleadora, luego de marcarle a New York Red Bulls y romper una sequía que se remontaba al 28 de julio de 2021.

Así, en medio de una complicidad tácita, Chicharito y Vela pretenden en este 2022 poner patas pa’rriba no sólo a la MLS, en un duelo que lleva la liga dos años esperando que se consume, sino además, de carambola, alebrestar a los mandos de la Selección Mexicana.

¿Podrán? Al menos, bajo el léxico de Javier Hernández, hoy, se están “imaginando cosas chingonas”.

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LOS ÁNGELES -- Aclaremos primero, porque enseguida oscurece. Este torneo, la Copa de las Ligas (Leagues Cup) sólo genera repudio, repulsa, animadversión, obvio, entre quienes pisan la cancha, y no entre quienes operan desde sus bunkers con aire acondicionado, habanos y whisky.

Pero si el engendro incomoda en su enanismo, será insoportable ahora que se concibe como un aberrante fenómeno del gigantismo. Una competencia tamaño Gulliver, entre liliputienses.

Imago7Liga MX vs MLS

¿De verdad quieren jugarlo con 48 equipos en sólo un mes y sólo en tierras estadounidenses a partir de 2023? Abarátenme pues, aún más, un ya abaratado futbol baratija de una zona baratera.

Esta nueva versión de la Copa de las Ligas (Leagues Cup), que presuntamente anunciará este martes la Concacaf, tendrá 48 equipos participantes y se jugaría en sólo un mes, según afirma el diario Mural de Guadalajara.

Desde su nacimiento, en 2019, los clubes de la MLS ningunearon este torneo, enviando, la mayoría, a versiones B de sus equipos, y los castigados de la Liga MX fueron forzados a enviar su mejor legión a competir. El título fue para Cruz Azul con un 2-1 sobre Tigres en Las Vegas.

Es un torneo incómodo. Un cachivache, un mamotreto, organizado por la fantasía farisea y voraz de generar ingresos a través de patrocinadores, transmisiones, y claro, esquilmando a aficionados, ávidos de platos de segunda mesa.

La realidad es que a los clubes les desagrada este tipo de inventos. Los entrenadores no ven el beneficio en exponer a sus jugadores de medio pelo, física y futbolísticamente hablando, en un torneo sin provecho genuino, más allá de que para este certamen de 2023, el premio mayor (¡Ufff!) es un boleto directo a los Octavos de Final de la Champions, claro, versión conkakafkiana, según el reporte de Mural.

Recuerde, tentativamente, esta vez, participarán los 48 equipos que conformarán la MLS (30) y la Liga Mx (18). Ojo: no olvide que para 2023, se contempla aumentar a 20 el número de equipos en la Primera División de México, así que...

Ideota, sin duda. Una idea grandota, pues. Es decir, un castigo para premiar otro castigo. El ganador, evidentemente, no será el más audaz, sino el más torpe para encontrar la salida de emergencia de la competencia.

Los clubes mexicanos no tienen salida. Que los entrenadores, jugadores, y hasta uno que otro directivo, lo consideren inoportuno, improcedente e innecesario este torneo, de nada servirá. Como asalariados de los clubes, deberán jugar cuando se les ordene y donde se les ordene. ¿Hay riesgos? Sin duda: fatiga y lesiones, por un mendrugo.

¿Por qué se prestan la FMF y la Liga MX a estas jugarretas? No tienen opción. Están esclavizadas. Ya se ha explicado aquí hasta el cansancio. Misteriosamente algunos expedientes que presuntamente involucraban a directivos mexicanos no fueron parte del #FIFAGate.

Protección a cambio del manoseo y la manipulación, porque, ojo: ni el caso está cerrado, ni las investigaciones agotadas, ni los eventuales y posibles delitos han caducado.

Por eso ni ese 27 de mayo de 2015 ni seis años después, ha sido –ni será—, detenido o citado al menos, algún dirigente del futbol de toda Norteamérica. ¿Por qué ningún mexicano? Se compró un seguro de vida, que el balompié de la FMF y de la Liga MX deben seguir pagando, per sécula seculorum.

Así que tampoco es que el futbol mexicano tenga muchas posibilidades de alzar la voz. Como alguna vez le dejaron entrever ante la Comisión de Ética y la Comisión Disciplinaria de FIFA, “calladitos se ven más bonitos”, según testimonios del extinto Chuck Blazer y de Jack Warner.

Dicho está que el silencio de los inocentes es también el silencio de los culpables. Y el futbol de México disfruta de la simbiosis hipócrita de ejercer ambos personajes.

Este miércoles, al jugarse la Final de la segunda edición de la Copa de las Ligas, entre León y Seattle en Las Vegas, esa versión resplandeciente y cargada de luces neón, de Sodoma y Gomorra, la Concacaf estará muy atenta a una de sus migrañas incontrolables: #ElGrito.

El texto de Mural enfatiza el riesgo de que los aficionados mexicanos en Estados Unidos, que han hecho de #ElGrito un vehemente protagonista, se dispare de manera incontrolable. ¿Y si se presenta el grito, a quién pedirá la Concacaf que se castigue por su propio torneo y en su propia casa?

Recordemos que Víctor Montagliani, presidente que preside pero no manda en Concacaf, es el más feroz de los mastines en contra de México por la presencia de #ElGrito. Ha convertido esta batalla en algo personal. Pero si se le meten “a su casa” y lo injurian, ¿a quién castigará?

Recordemos que en la Copa Oro, tras la aparición del alarido ante Trinidad y Tobago, la FMF, a través de su presidente Yon de Luisa, pidió que el juego siguiente, ante Guatemala, fuera jugado a puerta cerrada.

De inmediato saltaron como fieras Montagliani y Concacaf, rechazando esa petición, porque era una agresión a sus intereses económicos. Es decir, #ElGrito es una abominación, pero no tanto, como para que dañe sus voracidades financieras.

Por lo pronto, parece inevitable que este mediodía se haga oficial el alumbramiento, el advenimiento, el parto, pues, de otro adefesio en el balompié de la zona. 48 enanitos en un torneo gigante, con un premio pigmeo.

Pobre futbol mexicano, tan lejos de Dios y tan cerca de la Concacaf.

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ESPNDavid Faitelson

La FIFA ha "bendecido" el acercamiento y unión de las ligas de México y de Estados Unidos. Y Zurich, en este caso, es como el "Vaticano del futbol". Insinúa algo para que lo hagan. México está cada día más cerca y más unido a los Estados Unidos en el futbol, pero no olvida todo lo que de pronto conoció y aprovechó de sus viajes a Sudamérica. Es evidente que el balón rueda en dirección del negocio, que la parte comercial está por encima de cualquier oportunidad o ventana deportiva. México tendrá, forzosamente, que juntarse con la MLS y olvidarse quizá para siempre de la Conmebol, de la Libertadores, de la Sudamericana y quizá hasta de la Copa América. México va por los dólares...

SAN DIEGO, California.- Veámoslo bajo esta analogía: El futbol mexicano tiene una "nueva" novia y más allá del cariño y el respeto y hasta la cercanía geográfica, los intereses que le rodean acrecientan la oportunidad de unirse en busca de la prosperidad eterna. El amor que conoció en Sudamérica se ha quedado como una simple "aventura". Sigue enviándose cartas con ella, las pulsaciones se le aceleran cuando piensa y habla de ella, de su nivel, de su pasión, de su historia. Sabe que ella le conviene, pero que es un "amor platónico e imposible". El futbol mexicano va por un matrimonio por y de conveniencia.

No soy bueno como guionista de telenovelas, pero parece una buena forma de ilustrar el panorama que rodea al futbol mexicano una vez que la FIFA, la mismísima FIFA, ha dado "la bendición" a la unión entre las ligas profesionales de los Estados Unidos y de México. Todo el interés está depositado en una necesidad económica, en el deseo de explotar y aprovecharse de la infraestructura y la estructura de uno, de la pasión del otro y de un mercado que, como bien apunta Gianni Infantino, puede trasformar a esta liga en la más poderosa del mundo. La FIFA, la MLS y la Liga MX ven un futuro en dólares. Ellos no parecen necesitar nada más.

ESPN Digital

Y el problema es que México ya estuvo en los brazos -seguimos en el tono el culebrón, perdone usted- de la Conmebol y conoció que el sueño de jugar en el viejo y añorado torneo continental. Ir a Buenos Aires, a Sao Paolo o a Montevideo y jugar en las históricas canchas del sur del continente. México ya conoció eso, lo pudo hacer y ahora le dicen que su futuro está en el norte, no allá, donde puede estar "la llave" que finalmente marque su avance y huida del tercermundismo futbolístico.

México va casi "obligada" a hacer negocios con la MLS. Juntar las ligas no es una mala idea, pero siempre era una mejor idea mantenerse en la competición de la Libertadores, aún haciendo esfuerzos por salvar el calendario y afrontando el reto de los largos viajes continentales.

Jugar ante el Galaxy, el Seattle Sounders, o el San José podría ser atractivo en términos comerciales para los clubes mexicanos, pero nada que ver con el hecho de enfrentar a Boca, River, Palmeiras, Sao Paulo, Peñarol o la Universidad de Chile. Con lo que implicaban los largos viajes para los equipos mexicanos y el hecho de afrontar otro tipo de escenarios, la mayor parte pasionales y muchas veces hostiles hacia el club que procedía del norte. El sueño de algunos -el mío y de otro, supongo- parecía más enfocado a la unión de todo el continente, es decir, que la FIFA permitiera que todo América se uniera en una sola confederación para torneos internacionales de clubes, de selecciones -la llamada Copa América- así como las Eliminatorias Mundialistas. Pero desde Zurich hay otras órdenes. Es evidente que la FIFA quiere apostar por el mercado estadounidense. El Mundial del 2026 es una muestra de ello y el autorizar su integración a México es otra señal inequívoca de hacia donde se dirige el balón o el negocio.

¿Usted cree que a la FIFA no le seduce el contrato que, por ejemplo, acaba de firmar la NFL con las televisoras en Estados Unidos? ¡11 billones de dólares! Infantino sabe que el dinero esta ahí y que en esa repartición del "pastel", ellos también pueden y deben participar.

El futbol mexicano cambia "el amor" por el "el dinero". ¿En dónde he visto ese tipo de historias? Sí, ahí mismo, en la televisión, que es la que finalmente manda en el futbol mexicano y en el Mundial y establece los parámetros a seguir...

@Faitelson_ESPN

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LOS ÁNGELES -- Las más crueles verdades llegan de los mejores amigos. Causalmente, Marcos Senna y Cesc Fabregas, en charlas por separado con ESPN y Marca Claro, lamentan, como millones de aficionados mexicanos, los prematuros y precipitados ocasos futbolísticos de Carlos Vela y Giovani dos Santos.

Lo que pudieran haber sido, lo que pudieran ser incluso, y no son. Arquitectos majestuosos de la hazaña en Perú 2005, becados por el Arsenal y el Barcelona, y refugiados en la MLS, Vela y Giovani terminaron quemando sus naves en plena alta mar.

Getty Images

“Para mí, Carlos Vela es uno de los jugadores con mejor definición con los que he jugado jamás, lo tengo clarísimo y lo vi en el Arsenal, lo vi en la Real, lo vi cuando se fue cedido al Celta, lo veo ahora en la MLS. No tengo ninguna duda de que Carlos ha sido un fenómeno y si no ha sido más ha sido porque él no ha querido, y eso siempre se lo he dicho”, explica Fábregas en la entrevista con Marca Claro.

Irrefutable, tanto, como una reflexión de Néstor de la Torre en el Mundial de Sudáfrica 2010, sobre el mismo Vela: “Seguimos esperando (que dé el estirón) a Carlitos, y ya nos estamos cansando”, explicó el entonces capataz del Tri.

En términos que deben ser hirientes para el mismo Carlos Vela, Fábregas recapitula sus charlas frecuentes con el mexicano: “Él siempre me decía ‘bueno, ya, mañana’, ese mañana que siempre se dice de los mexicanos. Pasaba el mañana y yo le decía, ‘no, Carlos, no se tiene que hacer mañana, se tiene que hacer hoy’. Se lo repetí varias veces. Aún así, ha hecho una carrera muy buena”.


Escucha el blog de Rafa Ramos

La reflexión de Marcos Senna con ESPN sobre Giovani dos Santos está también plagada de elogios, de confusión, de decepción y de frustración. Hoy el mexicano vegeta en el América, después de que el LA Galaxy, de la manera más decente lo dejó libre por su bajísimo rendimiento.

“Giovani nos da esa sensación de que pudo hacer muchas más cosas. Obviamente estaba jugando en un gran Villarreal, pero nosotros somos conscientes de que tenía el talento para estar jugando de nueva cuenta en el Barça, en el Real Madrid o en el Paris-Saint Germain, él tenía talento para jugar en ese tipo de equipos y yo creo que tal vez se precipitó en irse tan pronto de la liga española”, revela Marcos Senna a ESPN.

“De Giovani yo creo que me quedó esa sensación de qué él pudo hacer mucho más acá en España. Es un jugador que tenía un talento nato, pero para que un jugador pueda triunfar necesita seguir muchos lineamientos, y también tener suerte, pero en el caso de Giovani no me queda claro qué fue lo que pasó con él para que no haya triunfado en el futbol mundial”, comenta Senna.

Las reflexiones de ambos jugadores, campeones ambos en diferentes plataformas con sus clubes y con España, ensombrecen aún más la percepción sobre cómo dos futbolistas mexicanos eligieron desertar al uso, a la manifestación de sus grandísimas facultades.

No es nueva esta visualización sobre Vela y Gio. Pero que la hagan dos jugadores como Senna y Fábregas, redimensiona conceptos. ¿Por qué? Simplemente porque ellos percibieron de cerca, en entrenamientos, en partidos, en cascaritas, en esos retos personales al interior de los clubes, ese monumental caudal futbolístico de los mexicanos.

Es decir, las expectativas que se generaron hacia ambos futbolistas, irrumpiendo poderosamente en ese Mundial Sub 17 de Perú 2005, tenían una base sólida, y a eso se refieren Fábregas y Senna. Quede claro: sólo un futbolista puede dimensionar genuinamente la grandeza de otro futbolista, y en este caso, la decepción consiguiente.

Queda ese dejo amargo tras escuchar las aseveraciones de Fábregas y Senna. Sin querer, o tal vez queriendo, les arrimaron oro, incienso y mirra a las carreras de Giovani y Vela, que hoy están escoltadas por los cirios de sus últimos alientos.

Cierto, mientras Gio probablemente sea dado de baja por el América en diciembre, Vela seguirá engordando sus estadísticas en la MLS, donde impone su tremenda calidad, sin despeinarse, ante las facilidades y la inferioridad futbolística e intelectual de sus adversarios.

Como ambos ex seleccionados españoles lo afirman, Vela y Giovani pudieron impactar a nivel mundial; pudieron meterse a esa constelación de genios inolvidables, de casi leyendas, ahora que está tan manido el término.

Recordemos cómo tras una poderosa temporada en la Real Sociedad, las nominaciones para jugador del año en España, estaban estrictamente en este orden: Cristiano Ronaldo, Carlos Vela, Diego Costa y Lionel Messi, quien había tenido uno de sus peores torneos.

El Atlético de Madrid se interesó en el mexicano. Sus números avasallaban los de Antoine Griezman, hasta que fueron a detalles más individuales. ¿Quién estaba más comprometido? ¿Quién era más disciplinado? ¿Quién quería triunfar como futbolista? Ficharon al francés.

Hay un extracto de la confesión de Fábregas a Marca Claro. “Él (Carlos Vela) siempre me decía ‘bueno, ya, mañana’, ese mañana que siempre se dice de los mexicanos”. Sí, ese tan famoso “mañana”; ese tan socorrido “ahorita”; ese tan conocido “pero, ahora sí”; ese infaltable “en dos minutitos”.

Pero, hoy, lamentablemente, las reflexiones de Senna y Fábregas, quedan como anécdotas, como lecciones caducas, como un lamentable obituario de la carrera de dos genios con el balón, que el aficionado mexicano se quedó esperando, expectante, anhelante, ansioso.

Oro, incienso, mirra, y una profunda decepción, de igual a igual, de futbolista a futbolista, entre dos triunfadores, como Fábregas y Senna, hacia dos que debieron rozarse a esos niveles de grandeza, como Vela y Giovani, pero, simplemente, no quisieron.

Hubiera sido fantástico encontrar en el sendero de Giovani y Vela, este trozo del poeta inglés John Dryden: “Estoy un poco lastimado, pero no estoy muerto. Me recostaré para sangrar un rato. Luego, me levantaré de nuevo”.

Y una inquietud… ¿tendrá Javier Hernández a su lado un amigo de la dimensión de Cesc Fábregas o Marcos Senna, en lugar de la horda de charlatanes que lo rodean? Lamentablemente, la única voz que podía reencaminarlo, la de un personaje que en Chivas sí se considera una leyenda, ya se silenció decepcionada, la de su abuelo, Don Tomás Balcázar...

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LOS ÁNGELES -- Su nombre, en la memoria selectiva del aficionado mexicano, evoca siete peculiaridades, y seis de ellas, involucran escándalo: peculiar fuga de Tigres a Europa; peculiar secuestro; peculiar descripción del Tuca Ferretti ("tarda 15 minutos peinándose el copete"); peculiares videos; peculiar accidente; peculiar intercambio de golpes con su patrón Amaury Vergara, y un peculiar título de goleo en medio de una lamentable temporada de Chivas.

Exiliado de Guadalajara, esa ciudad que parece ser la versión Sodoma y Gomorra para el futbolista profesional, Alan Pulido recaló en la MLS, tras el desinterés absoluto de Chivas por renovarle contrato.

EFE

Enclaustrado en la banca por los vaivenes hormonales del Tuca Ferretti, termina yéndose de Tigres, asegurando que se había ganado su libertad luego de años de opresión bajo el técnico brasileño. Pero, de la nada, apareció un contrato en manos de los felinos con su firma, que lo ligaba aún a la institución.

Con un amparo del TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) en el bolsillo, erró, errante, en el futbol de Grecia, con pobres registros en el Levadiakos y Olympiacos, hasta que Chivas lo rescata en la operación financiera más costosa en la historia del Guadalajara, como reflejo de un muy peculiar interés de José Luis Higuera en contratarlo, a pesar de que el consejo administrativo le había advertido a Jorge Vergara que era una operación que cimbraría financieramente las arcas del equipo.

Vergara tuvo fe ciega en la visión de Higuera y en la capacidad de Pulido. Se equivocó en ambas, rotundamente. “Ya es tiempo que desquite el esfuerzo que hicimos en traerlo”, declaró alguna vez el fundador de OmniLife a ESPN sobre el delantero tamaulipeco.

Pulido se coronó campeón de goleo en uno de los peores torneos de Chivas. El título lo ofrendó al ya para entonces fallecido Jorge Vergara. En el Guadalajara, Ricardo Peláez y Amaury Vergara habían decidido dejarlo ir. Y Pulido lo facilitó, al asegurar que estaba escuchando numerosas ofertas. Terminó en la MLS, en el Sporting de Kansas City con un contrato de cuatro millones de dólares por año.

La versión que bullía en Guadalajara, era que Pulido se había ido a los golpes con Amaury, cuando éste le reclamó su indisciplina y comportamientos poco profesionales. El jugador dio otra explicación, asegurando que era la víctima de una injusticia por parte del club.

“Nunca pedí aumento (en Chivas), pedía asegurar mi contrato con años. Anteriormente se había platicado eso. Yo estoy completamente agradecido con Chivas por todo lo que me ha dado. Sigo queriendo a esta afición, los amo con todo mi corazón y sé que en algún momento voy a regresar a vestir estos colores... Me quiero retirar con Chivas, fue el momento más feliz de mi vida”, aseguró.

Las lesiones, némesis frecuente a lo largo de su carrera, le ha etiquetado con la irregularidad a lo largo del año en la MLS. Incluso, una nueva distensión de ligamento en la rodilla izquierda, pone en riesgo su participación en los playoffs.

Kansas City clasificó primero de la Conferencia Oeste, el hemisferio pobretón de la MLS. De haber jugador en la Conferencia Este, habría clasificado en un sexto lugar de la tabla. Así las diferencias.

Alan Pulido ha dejado satisfecho a su equipo, por lo menos muchísimo más que jugadores de los que se esperaba mejor rendimiento: Javier Hernández, Jonathan dos Santos, Rodolfo Pizarro, y hasta el mismo Carlos Vela, quien fue víctima de severa lesión.

Por esas lesiones, ha jugado sólo 12 partidos de 21 posibles (57 por ciento); un total de 962 minutos, con seis goles (15% de los 38 totales del equipo), cinco asistencias, y 18 disparos al arco.

Su cuota de goleo debería ser mejor, tomando en cuenta que las defensas, en general, en los equipos de la MLS, son especialistas en conceder tiempo y espacio a los atacantes, como llevando a la práctica en la cancha el lema de prevención contra el coronavirus, es decir, los zagueros marcan manteniendo su sana distancia.

Más allá de que las cifras pueden tener conforme al Sporting, la meta para el próximo año será trabajar con Alan Pulido para tratar de fortalecerlo e incurra en menos lesiones, habida cuenta no sólo los encuentros que se perdió en la fase regular, sino la valoración final sobre si estará listo o no para la fase de playoffs.

En su momento, Alan Pulido lamentó que, a su juicio, no se desatan las fanfarrias en México, para enaltecer todo lo que según él ha logrado en la que considera una temporada triunfal en la MLS.

“Me da risa. Todo lo que he logrado (en la MLS), en México lo han minimizado y me causa risa. Las cosas que he hecho en lo personal si lo hace otro jugador se lo alaban más”, dijo Pulido a través de una video conferencia.

“Si cualquier otro jugador mexicano hiciera lo que estoy consiguiendo, tendría otro impacto. Lo digo un poco de broma, no es personal ni nada, yo sigo trabajando en los objetivos que me he trazado”, añadió el delantero quien se coronó en la SuperLiga Griega, con el Olympiacos, aunque sólo jugó ocho partidos y marcó cinco goles.

Al menos en Kansas, viviendo en los suburbios, no ha habido situaciones que despierten reminiscencias respecto a lo que fue su estadía en Guadalajara, cuando él mismo se dedicaba a difundir sus aventuras nocturnas, algunas extravagantes, según videos que se filtraron, más allá de un choque cuando él manejaba el auto, y obligó a su cocinero, quien viajaba con él, a asumir la responsabilidad del accidente.

En ese sentido, Alan Pulido ha evolucionado, aunque el Sporting de Kansas espera que en la cancha explote, el jugador que ellos creen haber comprado, el que terminó como líder de goleo de la Liga Mx.

Lejos de ser un fenómeno de mercadotecnia, especialmente ante Carlos Vela, y aún con el fracaso de Chicharito Hernández en este año, Alan Pulido ha despertado interés incluso en el técnico de la selección mexicana, Gerardo Martino, quien ha decidido sacar sus propias conclusiones sobre la eventual utilidad del jugador, antes que por recomendaciones o advertencias de otros.

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LOS ÁNGELES -- Un mea culpa público no es un acto de expiación. Es, apenas, un acto de autocompasión.

El arrepentimiento es apenas el principio de un largo, agreste, entrampado camino rumbo a la expiación. Muchos lo comienzan, sólo lo terminan los peregrinos genuinos de la fortaleza y la resiliencia.

Javier Hernández hace una confesión este lunes en Instagram. Pero, no hay una promulgación de compromiso, no hay un juramento de honor, acaso una carta de buenas intenciones, de ésas de las que dicen está empedrado el camino del infierno…

En su publicación, Hernández lamenta el fracaso del Galaxy de Los Ángeles, el equipo que lo rescató del limbo en Sevilla. Sí, el club que lo contrató para que escribiera una épica diferente, pero paralela en éxito e impacto a la de Zlatan Ibrahimovic. Las nupcias fracasaron.

“La evaluación de esta temporada es completamente negativa, comenzando desde la autocrítica, y sabiendo que no pasé por mi mejor momento futbolístico”, explica en su mensaje Javier Hernández, llamado Chicharito en honor a su padre, aunque después se autonombró 'La Leyenda'.

“Ahora toca descansar unos días, para después, empezar a darlo todo, para que el Galaxy vuelva al lugar donde merece estar”, agrega Hernández en su epístola, al calce de una foto en la que se muestra abatido, vencido, cabizbajo, y que ha recibido cerca de 70 mil 'likes'.

Como para casi toda la humanidad, 2020 ha sido un año desafiante, cruel, inclemente, para Javier Hernández. Claro, es un atenuante tener un salario seguro de 6 millones de dólares.

Tiene, además, un poderoso privilegio que gran parte de la humanidad no tiene: darse a sí mismo una segunda oportunidad. ¿Cuántos disfrutan de ese derecho?

Lamentablemente, habla en ese lenguaje vacío del futbolista preso más de remordimientos circunstanciales que arrepentimientos genuinos. “Empezar a darlo todo”. Es como el que aplaza cada viernes la dieta para el próximo lunes.

“Empezar a darlo todo”, equivale a no haber dado antes absolutamente nada. Apesta a esa excusa de entrenadores y jugadores del montón: “Vamos a seguir trabajando, a trabajar más fuerte cada día”. Y los resultados son iguales o peores. Suenan a lloriqueos del Titanic.

Javier Hernández tiene tres meses de vacaciones. Tres fantásticos meses para reconstruirse como futbolista, pero, antes, como él persistentemente lo ha dicho, como ser humano. Lamentablemente, en su entorno parece haber más apapacho y compasión, que ayuda y exigencia. Sus asesores le endulzan el oído en lugar de ser solidariamente críticos.

Tres meses. Y Javier puede, con los vestigios de aquel goleador, reconstruir una nueva versión. No es tarde. Sólo será tarde si deja de intentarlo, si claudica.

Javier Hernández hoy sufre de sobrepeso para poder ser el atleta de alta competencia que él cree que es. Dentro del Galaxy, estiman que está al tres o cuatro kilos por encima del peso ideal para las exigencias de alta competencia.

Y en la cancha, sus deficiencias generan más lástima que cuestionamientos. Ya no es el jugador que hace tiempo anticipaba a los defensas. Ni el que estaba una milésima de segundo antes que su marcador. Ni el que aparecía en el área como un fantasma acechando un balón dividido o a la deriva. Y cuando llega, su organismo ha estropeado su dinámica de golpeo.

Todo esto lo ha detectado el equipo angelino. Y lo trabaja con él. Pero hace falta más, justo del lado del jugador. Su aparato motriz empieza a oxidarse, y él cree que aún vive en la explosiva y consecuente juventud poderosa de los veintitantos años.

Ha perdido la idea integral de disciplina. En sus reflexiones en redes sociales reniega del sacrificio, porque lo considera más una condena ingrata y castrante, antes que un ritual urgente y necesario de expiación.

Como podrá verse, aún es tiempo para el rescate. Imagínese, tres meses, con el poder económico para conseguir los mejores asesores y no rodearse de charlatanes, sino con especialistas en nutrición, en motivación y en acondicionamiento físico. Tres meses, una eternidad.

Observe, Usted, el escéptico, imágenes que con frecuencia publican en sus redes sociales, futbolistas que por la edad rebasan con mucho a Javier Hernández, pero que desafían y vencen el castigo despiadado e inclemente del tiempo.

Observe las fotografías que difunden Sergio Ramos, Zlatan Ibrahimovic y, por supuesto, Cristiano Ronaldo, o el cambio impresionante en algunos jugadores del Bayern Múnich tras la encerrona por la pandemia.

Si ellos pueden, ¿no podrá Javier Hernández? Todo esto repercutirá en más potencia atlética, especialmente, habida cuenta que Chicharito nunca ha sido un exquisito con el balón, pero no hay quien le compita con esa fascinación única, atropellada y chocarrera que lo coloca como el Chaplin del Gol.

Lamentablemente, siempre encuentra quien le sobe la crin al caballo conformista que vive dentro de él. En nada le ayudan las lisonjas lastimeras, bobaliconas, zalameras, hipócritas, que aseguran que “hay un boicot contra Chicharito”, “hay odio hacia La Leyenda”, “le tiene envidia y se ensañan en estos momentos”, “¡No les hagas caso, Javier, sé quien quieres ser!”, bla, bla, bla. Y lo triste es que estas letanías rastreras, las he leído bajo firmas que se ostentan como críticos comunicadores.

Tres meses, Javier. En tres meses, se cumplirá el plazo que tú mismo has impuesto. Pero no esperes al lunes para darlo todo, empieza el viernes, empieza ayer, empieza siempre.

En tres meses, si Javier Hernández es capaz de mostrar aparatosamente una reconversión física como la de los citados Ramos, Zlatan, Cristiano, entonces, será el tiempo de creerle, de tomarle en serio, de que ha llegado, finalmente, el momento de darlo todo, y no sólo por el Galaxy, sino porque seguramente ni él, ni su bulliciosa, escandalosa y escandalizada corte de lambiscones quieren verle terminar su carrera postrado humillantemente en la banca del Galaxy.

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LOS ÁNGELES -- La MLS es, y ha sido, saqueada por los futbolistas mexicanos. Sólo dos en su historia han satisfecho el paquete completo de ansiedades de la liga estadounidense: Cuauhtémoc Blanco y Carlos Vela. El resto, unos con más pudor y otros con mucho cinismo, ofrecieron cuentas de vidrio y se llevaron el oro.

La referencia es inapelable. Se les califica bajo una fórmula infalible con estos elementos: el salario, expectación, expectativas, minutos jugados, impacto mediático y resultados.

Getty ImagesLesiones y bajo rendimiento sólo le han permitido a Javier disputar siete juegos como titular en 2020.

En el listado, la mayor decepción para la MLS es, sin duda, Javier Hernández. Un salario de 6 millones de dólares por año y hasta el momento sólo 713 minutos disputados en este 2020. Es decir, 8,415 dólares por minuto. Sólo dos goles, ¿costosos? Un poquito: 3 millones de dólares cada uno. Y ahora, al quedar el Galaxy fuera de los playoffs, otros cuatro meses de vacaciones.

Procedente de la banca del Sevilla, 'La Leyenda', como eligió autonombrarse en la pila bautismal de su inagotable soberbia, sólo ha reembolsado al Galaxy con una poderosa oleada de venta de ropa las primeras semanas; por cierto, su camiseta es la más cara de la plantilla: 136 dólares. Y, claro, una agenda cargada de visitas a los programas de televisión más populares en inglés, en Los Ángeles.

Javier Hernández ha estado más activo en redes sociales. Ahí también disiente de los valores del Galaxy y de la MLS, que piden un comportamiento correcto, respetuoso. Basta ver uno de los videos del jugador en el que reparte 11 palabras altisonantes que hieren el código de conducta de la liga, de cada diez que pronuncia.

¿Por qué no es sancionado por la MLS por empañar la imagen con semejante léxico? “Es un tema que le corresponde al Galaxy, es su jugador y es la imagen del club y es el club el que debe proceder”, explicaron fuentes de la MLS. “Pero, sí desagrada ese comportamiento. No es el que pretendemos de un jugador de esta liga”.

¿Cómo llegó al Galaxy? Jovan Kirovski, director deportivo, estaba obsesionado con él desde 2015. El salto de Javier de la banca del West Ham a la banca del Sevilla, creyó el directivo que era la señal para satisfacer sus caprichos y firmar al seleccionado mexicano con más goles totales y especialmente en partidos amistosos. Y, además, para intentar ponerle un parche a la salida de Zlatan Ibrahimovic después de su exuberante campaña.

Lesiones, baja forma física, bajo rendimiento, y poca simpatía y menos empatía con las urgencias del club, sólo le han permitido disputar siete juegos como titular en 2020. Y en 713 minutos, 18 disparos a gol (uno cada 40 minutos jugados) y sólo dos anotaciones. Analistas que siguen al Galaxy en el día a día, coincidieron en un veredicto: el equipo juega mejor sin él.

DOS SANTOS Y UN DEMONIO…

¿El segundo lugar en las decepciones? Tampoco es complicado. Giovani dos Santos. Y también en el Galaxy. Después de un fulgurante debut con el Barcelona, y siete años después y siete equipos después de decepciones, el Balón de Plata del Mundial Sub 17 en Perú aterrizó en Los Ángeles.

Llegó del Villarreal en una operación estimada, según fuentes de ESPN, en 34 millones de dólares. Entre 2015 y 2018, jugó 77 partidos y marcó 26 goles con el Galaxy.

Su primer año fue promisorio, pero, después, entre bajas de juego, lesiones musculares que reflejaban descuido extra cancha, todo terminó en un rompimiento amargo con el Galaxy, el 1 de marzo de 2019, después de más de un mes de ni siquiera entrenar con el equipo. Al dejarlo libre, y a pesar de tener contrato, la MLS no pudo colocarlo en ningún otro equipo de la liga.

El equipo angelino decidió retener a tres jugadores bajo el sello de franquicia: su hermano Jonathan, Zlatan Ibrahimovic y Romain Alessandrini. “No hay nada personal, se tomó la mejor decisión para todos”, explicó el gerente deportivo, Denise Te Kloese. Gio desembarcó en El Nido de Coapa, donde el América sigue, también, esperando y esperando.

OTRAS LÁGRIMAS…

La lista de grandes decepciones no para ahí. Algunos pusieron en rojo el termómetro. El paso de Rafa Márquez fue lamentable. Su ambiente en el vestidor no mejoró al decir que si lo rodearan jugadores tan buenos como él, el equipo de Nueva York estaría mejor. Después terminó como Bicampeón con el León, recuperó su cinta de capitán y acudió a dos mundiales más con el Tri.

Hugo Sánchez llegó al Dallas Burn por su fondo de retiro, y casos similares ocurrieron con Luis Hernández en el Galaxy, donde sólo recuerdan cómo, intransigentemente, siempre estacionaba su auto en zona de discapacitados.

El Galaxy ha sido desafortunado contratando a jugadores mexicanos y tal vez sólo Jorge Campos retribuyó momentos de alegría en la cancha, con su dualidad espectacular como portero y como delantero. Fue todo un imán de taquilla.

En tanto, la aventura de Chivas USA tuvo los últimos momentos de talento de Ramón Ramírez y Claudio Suárez, mientras que Paco Palencia adquirió un segundo aire. La lista de mexicanos con participación en la MLS es de casi un centenar desde su fundación, pero la mayoría pasaron desapercibidos o dejaron sólo una triste memoria.

Getty ImagesComo designado, Jona es de los mejor asalariados en LA; en 2020 suma siete juegos como titular.

DE CHILE, MOLE Y PICADILLO…

En la actualidad, en el presente torneo, con Chicharito a la baja y Carlos Vela apenas saliendo de lesiones, la mirada se centra en el resto de la legión mexicana en la MLS. Y el horizonte no es alentador.

Jonathan dos Santos se la pasa entre algodones y Guillermo Barros Schelotto no lo consideraba, por esa fragilidad, entre sus imprescindibles, a pesar de ser uno de los mejor asalariados como jugador designado. En 2020 apenas suma siete juegos como titular y un total de 700 minutos. Con el Galaxy ya eliminado, también, cuatro meses de vacaciones muy bien pagadas.

Rodolfo Pizarro, el que pensaba dar el gran salto a Europa desde la MLS, ha vuelto a su estilo de la Liga MX: inconsistencia. Aparece de vez en cuando, marca goles con todas esas permisividades que otorgan los defensores de la liga, dando latifundios de espacio y eternidades de tiempo para disparar. Los números lo hacen ver menos grave de lo que es: cuatro goles y cinco asistencias en 18 partidos.

Alan Pulido trata de rescatar su campaña. Se ha perdido ocho juegos, pero en los 12 en que ha participado, suma seis goles y cinco asistencias. Su adaptación ha sido dentro de lo previsto, en un equipo de baja exigencia como Kansas y en una ciudad donde no puede tener una vida tan disipada como ocurría en las noches de Guadalajara. Además, esta semana se lesionó de los ligamentos de la rodilla izquierda y está en duda para los playoffs de la MLS.

¿Y el hombre del Lamborghini? Nada ha cambiado en el Atlanta United para Jürgen Damm. Veloz para el nivel de la liga, aplica un poquito de picardía, sigue peleado con el gol, pero, al menos, en el cruce de la frontera de México a Estados Unidos, en alguna tienda de descuento, debió comprar una brújula porque en 13 partidos, seis como titular, lleva cuatro pases para gol, siete disparos a la portería, cero anotaciones y como 293 centros afuera del estadio. Normal, pues.

Al lado de Damm, está Erick 'El Cubo' Torres, con cuatro juegos como titular en el Atlanta, con un gol y una asistencia, y muy lejos de aquellas temporadas cuando marcó 15 goles con Chivas USA, y 14 con Houston Dynamo. Tiene 27 años y le queda poca cuerda, que sólo podrá desarrollar en la MLS.

¿El resto? Es decir, Oswaldo Alanís es defensa del equipo más castigado de la MLS, el Terremotos de San José, con 47 goles recibidos en 22 juegos, aunque suma los mismos goles que Chicharito, es decir, dos, y una asistencia. Otro delantero que fue alguna vez promesa de Chivas, Carlos Fierro, suma 12 juegos como titular y en 1,030 minutos de juego, acumula dos goles y tres asistencias con los mismos Terremotos de Matías Almeyda.

MENOS DE AQUELLOS, MÁS DE ESTOS…

Suspiros debe haber en la MLS por un jugador: Cuauhtémoc Blanco, quien llegó a prepararse para su retiro al Chicago Fire, pero, motivado por el técnico colombiano Juan Carlos Osorio, tomó un poderoso segundo aire.

El Temo pobló las tribunas, hizo goles, dio asistencias, hizo show, revivió 'Cuautemiñas', convirtió al equipo en competitivo, y de repente era fascinante ver cómo jugadores secos, fríos, torpones, prototipos del estilo de la MLS, empezaron a alegrar la cancha con taquitos, túneles, rabonas y demás filigranas. Los contagió para hacer travesuras en la cancha.

Sí, Cuauhtémoc dejó una escuela futbolera, que duró poco, al regresar a México e ir haciendo su gira de despedida y la recolección para su fondo de retiro, con Santos, Veracruz, Irapuato, Dorados, etcétera.

En ese tiempo, la venta de camisetas de Cuauhtémoc Blanco sólo era superada por la de David Beckham, el ícono resplandeciente del Galaxy, pero el encorvado mexicano llenaba las plazas donde su equipo se presentaba.

Y claro, la MLS anhela a otro Carlos Vela, que parecía que llegaría a hacer turismo, ver juegos de basquetbol y beisbol, y seguir sobrellevando un oficio que reiteradamente ha dicho no era su pasión, ese oficio de jugar al futbol.

Pero se adueñó de la escena. Pasó de ser Vela en Europa a ser una antorcha inponente en la MLS.

Después de una buena primera temporada con el LAFC (28 juegos, 14 goles), para 2019, fue la estrella de la liga. 31 partidos jugados y 34 goles, lo colocaron como el mejor jugador de la semana y del mes en repetidas ocasiones.

Aprovechando su oficio, su técnica, su calidad futbolística, marcaba no sólo goles importantes, sino competía para el mejor gol del torneo, por supuesto, aprovechando la siempre tibia, lenta, desparpajada y bobalicona forma de marcar que hay en la MLS. Sin embargo, supo capitalizarlo.

2020 no ha sido su mejor año. Las lesiones se ensañaron con él. Y en su reciente regreso ha vuelto a la tónica de los goles majestuosos, insisto, ante la marcación de la MLS tan peculiar, como respetando 'la sana distancia' que se recomienda por la pandemia del Coronavirus. Suma seis juegos, tres como titular, tres goles y dos asistencias en 377 minutos.

Por eso, es especialmente sorprendente para la MLS cómo los dos referentes mexicanos hacia los que había escepticismo, han terminado por rebasar todas las expectativas y cumplir con la expectación generada.

Hoy, por eso, en la MLS quieren más Velas, más Cuauhtémocs y menos Chicharitos o… menos 'Leyendas' apócrifas.

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EFEMartino sorprendió con la convocatoria a Layún y la no convocatoria a Montes y Navarro.

LOS ÁNGELES -- Gerardo Martino interrumpe su año sabático, como feliz ermitaño en Argentina. Le aguarda un partido que hace malabarismos entre las razonables dudas médicas y sanitarias en Costa Rica.

Es un juego inútil deportivamente, pero las televisoras recaudaban hasta antes de la pandemia, más de dos millones de dólares netos entre anunciantes y patrocinadores. El músculo duerme sólo mientras la ambición descansa.

Este miércoles, Martino reveló su lista de 26 jugadores, quienes, al igual que sus congéneres ticos, tampoco se entusiasman por riesgos agregados en este campo fértil de contagio, especialmente cuando la medicina privada en México insiste en que el gobierno federal falsea las cifras.

La elección de sus 26 futbolistas no debió ser complicada. Martino no tomó en cuenta a los europeos por razones obvias, y en la MLS ha habido una sospechosa pandemia de lesiones súbitas entre los mexicanos, quienes además se han convertido en algunos de los lastres más costosos del torneo estadounidense actual.

Más allá de que el técnico argentino aseverará en su momento que en Argentina vivió apasionadamente y al detalle este Torneo Guard1anes 2020, y que también está enterado de las indisciplinas deleznables de algunos jugadores, y que por lo tanto eligió lo cuerdamente elegible, en una liga donde domina el futbolista extranjero.

En la lista hay de todo, menos imprescindibles, porque de esa categoría escasean en la Liga MX, como Fernando Beltrán y Carlos Rodríguez, y en la lista de necesarios agregue si quiere a jugadores prometedores pero inestables, cono Luis Romo, J.J. Macías, Johan Vásquez, Santiago Giménez y Sebastián Córdova, quien se ha salido del redil y se ha fracturado la responsabilidad, al caerse del ladrillo al que lo había subido el americanismo.

Sin embargo, y seguramente debido a la diferencia de horario entre México y Argentina, Martino se ha perdido todos los partidos del León en 2020. Si hay dos jugadores fundamentales ahí, son Luis Montes y Fernando Navarro, quien ya fue marginado del pasado mundial, sólo porque a Juan Carlos Osorio le gusta el biotipo europeo: grandotes, fuertotes y si se puede guapotes, es decir, versiones masculinas de las visitas clandestinas que presuntamente recibía en el Centro de Alto Rendimiento.

El gran nivel de ambos futbolistas no es sólo en este Torneo Guard1anes 2020. De hecho, en el equipo León fue muy evidente el efecto de no tener a Fernando Navarro, afectado por una severa lesión en el interrumpido Clausura 2020, y después, en julio de este año, cuando dio positivo por COVID-19.

¿Llegarían Montes y Navarro, en la edad correcta, a la Copa del Mundo de Catar, a jugarse en diciembre de 2022? Puede ser una pista para el desdén de Martino o la decisión de sus auxiliares y observadores en México, más allá de que El Tata, tal vez, terminó viendo algunos juegos de manera diferida—muy poco probable--, por esa misma diferencia de horario.

Sin embargo, ciertamente, tanto Montes como Navarro, con más experiencia y futbol que varios de los convocados, podrían ser de ayuda en las eliminatorias mundialistas que comienzan el próximo año.

Sorprende el regreso de Miguel Layún, de inestable año con Rayados, aunque bien se sabe que el tipo se cuida, es generalmente responsable, a menos que se desbalague en algún brunch neoyorquino con repercusiones en San Antonio, Texas, aunque, evidentemente no hay un escenario para ello.

En la MLS había intenciones de colaborar con esta oportunista convocatoria e innecesario juego, pero seguramente Tata Martino tiene claro el panorama de que no necesita ni voltear hacia la liga estadounidense, en la que los que no están lesionados, o los que se fingen lesionados, o los que siguen en una baja de juego, viven su plan de retiro y jubilación cómodamente.

Sin duda, el León le agradece este desaire o menosprecio a Tata Martino, pues podrá disponer mejor de Montes y Navarro, aunque seguramente los jugadores ven con optimismo algún eventual llamado a futuro, ya en partidos oficiales.

Por lo pronto, al técnico argentino le interrumpen su año sabático, sin confirmarse aún si como dijo Yon de Luisa, aceptó que le redujeran su salario debido a la pandemia.

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De todas las decisiones que ha tomado Carlos Vela, esta es la que me parece más sensata. El Jugador Más Valioso de la temporada 2019 de la MLS, el capitán, líder y jugador más desequilibrante del LAFC ha decidido no disputar la temporada 2020 en Orlando debido al embarazo de alto riesgo que lleva su esposa. Entendible al 100 por ciento.

Otras veces he dicho que no es fácil comprender el mundo de Vela. Esta vez sí. En el pasado no entendí por qué dejó La Liga española a los 30 años de edad para irse a la MLS, teniendo al menos un par de años más en plenitud; tampoco entendí por qué rechazó sistemáticamente a la Selección Mexicana estando en su mejor momento; y mucho menos por qué dejó de ir al Mundial de Brasil 2014 cuando podía ser el jugador más importante del equipo.

Getty ImagesCarlos Vela decidió no participar en la temporada 2020 de la MLS en Orlando.

La opinión pública ha esperado algo más de Vela en su carrera. Siempre. Su talento le daba para triunfar al nivel más alto. En aquellos inicios estaba por encima de Antoine Griezmann en la Real Sociedad, hoy uno está en el Barcelona y Vela completará un año entero sin jugar en el LAFC.

El coach de los New England Patriots, Bill Belichick, dijo alguna vez: "El talento pone el piso, el carácter pone el techo". No digo que Vela no tenga carácter. Pero para tener un techo más alto seguramente habría tenido que ser ese enloquecido por el futbol que no es, ese jugador dispuesto a no estar en el nacimiento de su hijo como a tantos otros les ha pasado, o esa bestia competitiva que exprimiera su carrera europea para estar luchando en el nivel más alto. No es su caso, se vale y es una pena, porque talento como el suyo no se da en macetas.

Aún así, en lo que va de su carrera, ha sido el segundo extranjero con más juegos en la historia de la Real Sociedad, ganó un Mundial Sub 17 en que fue Bota de Oro, jugó dos Mundiales absolutos y ganó el MVP de la MLS tras imponer el récord de más goles en una campaña. ¡Nada mal, un techo que muchos quisieran! Y lo más importante, ha vivido su carrera en sus propios términos. Al final de la historia eso es lo más importante.

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LOS ÁNGELES -- A los 28 años, Carlos Vela renuncia a los sueños ajenos para consumar y consumir los propios. Eligió el ataúd antes que el clímax para su carrera futbolística.

Este miércoles, La Hiena, como algunos cercanos le llamaban, se despide de la Real Sociedad. En San Sebastián habrá suspiros, pero no lágrimas. Lo que pudo haber sido y no fue.

Y, también, este miércoles, Carlos Vela se despide de la realeza de la sociedad futbolística del mundo. Y hoy, cabe subrayarse, es el día de su liberación: no más jugar bajo presión.

Renuncia, entonces, insisto, a ilusiones ajenas, para plegarse a las propias. ¿Egoísmo? Vela ha decidido que su felicidad no está en avivar el fuego de la felicidad ajena.

Desde su irrupción poderosa en el Mundial Sub 17 de Perú, cuando le ofrendó a México un trofeo inesperado, entregó, sin saberlo, y seguramente sin quererlo, un manojo de esperanzas a la afición mexicana. Él y Giovani dos Santos.

Los más advenedizos y jactanciosos de la época colocaron un galardón, que terminó siendo el epitafio: "La Generación Dorada", al bautizar a la prole victoriosa de Chucho Ramírez. Ninguno de sus legionarios sobrevivió a semejante condecoración. Pareció un lastre más que un combustible.

Con aquella hazaña y la medalla de oro de Londres 2012, Giovani deambula en el Galaxy de Los Ángeles, y como vecino, íntimo, tendrá ahora a Carlos Vela, con Los Ángeles FC, en la intrascendencia de la MLS que no es capaz, al menos, de ganar un torneo de clubes de Concacaf.

Al abandonar a la Real Sociedad y a la realeza de la sociedad mundial del futbol, la Liga de España, Carlos arrió su Vela antes de zarpar.

Sin duda el futbolista más completo de su generación, con esa dosis apareada por la astucia y la inteligencia, Carlos Vela vivió su mejor momento cuando los medios españoles lo colocaron en una escalinata de monstruos: Messi, Cristiano, Costa y él.

Y ahí, justo entonces, cuando el orbe volteaba a ver al tutor de esa alianza con el francés Griezmann, justo cuando era el momento de zarpar a conquistar mundos, justo entonces, Carlos decide arriar su vela.

En ese momento, Atlético de Madrid esperaba que la moneda que había lanzado al aire El Cholo Simeone cayera al piso: Vela o Griezmann. El entrenador eligió al que tenía hambre, hambre genuina, hambre de cancha, de gloria, de futbol. Vela se quedó en San Sebastián... hasta este miércoles.

Alguna vez el mismo Vela dijo que el futbol no era lo más importante de su vida y ni siquiera su deporte favorito. Puntualizó que el balompié era su modus vivendi y que lo disfrutaba como tal. Una pasión domesticada. Su taxímetro no cubría los honorarios de sus latidos.

En declaraciones a los medios, este fin de semana, Carlos Vela aseguraba que se iba contento de la Real Sociedad. Queda claro que en el museo de San Sebastián no ha hecho espacio para su llegada ni para su adiós.

En sus alocuciones, Vela dice que se lleva todo a cuestas, los buenos y los malos momentos. Sus palabras suenan, reitero, a liberación: la exigencia citadina, regional o nacional en la Liga española, se acaba.

En Los Ángeles, lo sabe Vela, será el inquilino folklórico de las primeras semanas. Vendrá camisetas, generará expectación y expectativas, y seguramente colgará balones con utopías en las redes de la MLS.

Y después, puede, como ocurrió con Giovani, desvanecerse, suavemente, imperceptiblemente, en ese indoloro, incoloro e inodoro panorama de la indiferencia y de la decepción. En las penumbras, todos visten de gris para vivir mejor.

Pero, después de escuchar las conclusiones del delantero mexicano queda decepcionantemente claro que nunca se enteró de que en esa vida maravillosa que siempre se le ofreció de manera indiscriminada, el único personaje nocturno fue el mismo.

Habló de "malos momentos". Y Carlos debe entender que en una vida generosa de buenos momentos como futbolista en Europa, él fue el único mal momento que la arruinó.

Nunca quiso ser todo lo que él podía ser. Nunca quiso ser todo lo que él debía ser.

Cierto, todos tienen derecho en algún momento de arriar sus velas, pero nadie puede hacerlo antes de zarpar.

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