LOS ÁNGELES-- La atmósfera lagunera experimentó una variación más que significativa este viernes. Una hora y media antes de que comenzara el encuentro ante Utah Jazz, el vestuario de Los Angeles Lakers mostraba el silencio opaco de la frustración contenida, de la calma propia de la concentración previa al partido.

Dwight Howard permanecía sentado en su taquilla. Mandaba mensajes con su celular y miraba, a veces de soslayo y otras con atención, el vídeo del último encuentro entre ambos equipos. La oportunidad era de oro para darle la vuelta a una situación con tintes catastróficos luego del reguero de derrotas que dejaron los Lakers en estas primeras semanas del 2013, en esta temporada aciaga.

Y así fue, frente a una ferviente hinchada con muchas ganas de saborear una victoria. El silencio reinante antes del encuentro se tornó en escándalo cuando éste finalizó. De las duchas salían las risas de la levedad, del peso reducido en sus espaldas tras una victoria gestada a base de energía, química y esa identidad tan ansiada.

"Traté de realizar un esfuerzo concertado para sacar el partido adelante y hacer que mis compañeros jugaran con confianza. Incluso traté de empujar un poco aquellos lanzamientos que no entraban", comentó Kobe Bryant tras la cita.

El jugador estuvo a punto de llegar al triple doble (14 puntos, 14 asistencias y nueve rebotes) y desplegó un trabajo defensivo formidable, al tiempo en que se erigió como uno de los más acertados en ataque, no solo en cuanto a su efectividad a canasta, donde no estuvo tan insistente (7-10), sino en su capacidad para hacer circular el balón.

"Estuvimos en muchas situaciones de 'pick and roll' y tratamos de tener la pelota con buen balance. Hicimos un buen trabajo", señaló.

Fue capaz de robarle el protagonismo asistente a Steve Nash y no tuvo que contagiar al resto de sus compañeros, porque cada uno venía con los deberes hechos. El armador fue claro cuando describió la función de Bryant en el juego ante los Jazz.

"Fue muy positivo la manera en la que Kobe buscó al resto de los compañeros. Trataba de meterse en huecos donde hacía daño y encontraba al resto. Eso muestra lo talentoso y capacitado que es. Si tenemos este tipo de balance de nuestro equipo, seremos realmente buenos", apuntó Nash.

La buena química entre los jugadores fue más que evidente, así como la gran labor defensiva en las transiciones. Tanto Dwight Howard como Pau Gasol brillaron en todos los sentidos.

"Trataba de encontrar a Dwight tanto como podía. De que agarrara ritmo. Mi trabajo era manipular la defensa para asistirle en una buena posición", agregó Bryant. "Pau tan solo salió y jugó su partido. Comenzó muy afinado, algo que le permitió agarrar el ritmo".

Y es que la satisfacción era notoria gracias a la victoria.

"Hicimos un gran trabajo", señaló Howard. "Nos hablamos y estuvimos muy activos. Creo que esa actividad es la que hizo que saliéramos bien y abriéramos la cancha para lograr lanzamientos fáciles", explicó. "Debemos jugar juntos, los unos para los otros y de esa manera llegarán las victorias".

Gasol volvió a salir desde la banca, algo a lo que todavía no acaba de acostumbrarse, a pesar de ello, recibió el aliento del público cada vez que tocaba la bola y jugó mucho más cerca de la canasta. Llegó a los 15 puntos y dejó un muy buen sabor de boca.

"Creo que la energía y la actividad deberían estar siempre ahí. En eso es en lo que deberíamos concentrarnos. A ver si podemos hacerlo. Obviamente habrá noches en las que el oponente sea más agresivo que nosotros, pero si jugamos con esta energía, defensivamente, sobre todo, estaremos en buena forma", alegó el español.