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A la cuarta va la vencida

Kobe Bryant ha vuelto a tomar la ofensiva en sus manos Gary A. Vasquez/US Presswire

LOS ANGELES -- Crisis evitada. Empleo asegurado. Orden restaurado.

No es eso lo que ha logrado la victoria de Los Angeles Lakers por 108-79 sobre los Detroit Pistons el domingo pasado, sino lo que ha evitado: cosas como que se produzca el primer comienzo de temporada de 0-4 en la historia de la franquicia desde 1957-58, pánico general en las calles de Los Angeles, además de demandas para abandonar la ofensiva Princeton y para despedir a Mike Brown.

La urgencia llegó temprano a Lakerlandia, aún en este lugar poblado por un público exitista que siempre llega tarde o solo se pone la camiseta durante los playoffs. Ha llegado incluso a afectar al equipo de entrenadores, porque Brown puso a jugar a Kobe Bryant 43 minutos el viernes por la noche en un fútil intento de evitar una tercera derrota.

Hubo incluso un toque de seguridad adicional el domingo cuando Brown envió a Bryant y a Dwight Howard de regreso a la cancha con los Lakers ganando por 24 puntos en el último cuarto. Pero en última instancia no fue necesaria la grandeza o el miedo, al menos no durante la visita de unos Detroit Pistons sin defensa y con una pérdida de balón tras otra. Los Lakers lideraron cómodamente durante todo el trayecto, ganaron su primer juego de cualquier tipo (playoff, exhibición o temporada regular) desde el 18 de mayo, y mayormente lograron exhalar.

Lo único bueno sobre el rol limitado de Steve Nash en la ofensiva hasta ahora es que ha hecho que su ausencia sea más fácil de digerir para los Lakers. Nash está fuera durante al menos una semana con un hueso fracturado en su pierna. El fondo de cancha no fue la historia el domingo por la noche, porque los Lakers le forzaron el balón por dentro a Dwight Howard y Pau Gasol, e incluso Metta World Peace se unió a la acción.

Los Lakers destruyeron a los Pistons por dentro, ganando los puntos en la pintura por diferencia de 56-34. Howard logró 28 puntos encestando 12 de 14. World Peace encestó siete de 11 tiros y anotó 18 puntos.

Esto no resolvió todos los temas. Howard aún hoy erra más tiros libres de los que encesta. Los suplentes enemigos todavía anotan más que la banca de los Lakers (52-27, en este caso).

Lo único que hizo esto fue darle tiempo a los Lakers. Ellos bajaron el volumen del griterío, al menos temporariamente.

"Obviamente, necesitábamos una victoria", dijo Brown. "Perder tres partidos seguidos sin ganar en la pretemporada hizo que las cosas se pongan difíciles.

"Lo que esto hace, más que nada y especialmente con el modo en que ganamos al defender del modo en que lo hicimos h jugar ofensivamente con grandes espacios, movimientos de balón y anotaciones fuera del sistema, es que nos da razones para creer. Cada victoria nos da mayor credibilidad en ambos extremos de la cancha".

Es interesante el uso de la palabra "creer". Es la aliada más grande de un entrenador. Y a pesar de que ha habido pedidos desde el vestuario para soslayar la ofensiva, más derrotas probablemente llevarán a más escenas como la del viernes por la noche, en la que Bryant tomó la ofensiva en sus propias manos.

El domingo por la noche, Bryant se contentó con anotar casi tantas asistencias como intentos de anotaciones desde el campo (ocho de diez). Hubo confianza en todos los presentes en la cancha que la pelota terminaría en el lugar correcto si ellos armaban la ofensiva. Como bono adicional, Bryant pudo trabajar menos con su pie derecho lastimado, no usó la bota de protección que usó el viernes por la noche y pensó que los dos días de descanso antes del próximo partido de los Lakers ante Utah serían suficientes como para hacerlo sentir bien de nuevo.

Entonces, a pesar de sentirse mejor físicamente, nada cambió en su actitud. Cuando los Lakers no tenían victorias le dijo a todos que se calmen, y ahora que ellos lograron su primera victoria no será él quien proclame que el equipo está listo para el futuro.

"Creo que es más un alivio para Mike que para todos los demás", dijo con una sonrisa socarrona.

La mayor diferencia para Bryant fue que en lugar de las preguntas molestas sobre el nivel de pánico con el que tuvo que lidiar, le hicieron más preguntas sobre su abrigo, que pareció estar más cercano al tono borgoña de los Washington Redskins, algo sospechoso para un seguidor confeso de los Philadelphia Eagles.

Mientras tanto, los Pistons lucen tan mal como los Kansas City Chiefs. Pero los Lakers no están en posición de ser calificados en una curva basada en el calibre de su competencia. En la noche inaugural no pudieron vencer a un quinteto de los Dallas Mavericks que se lanzó a jugar sin Dirk Nowitzki, y pusieron como titular a un centro (Eddy Curry) al que dejarían libre un par de días más tarde. Durante la pretemporada no pudieron tomar control ante nadie del modo en que lo hicieron el domingo.

"Lo que me gustó fue el inicio del juego", dijo Gasol. "Nosotros marcamos el ritmo desde temprano, impusimos nuestro juego y nos establecimos bien, y eso ayudó mucho".

Una victoria también ayuda bastante.