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Triunfo para levantar vuelo

LOS ÁNGELES -- Si bien desde lo fríamente estadístico cada victoria tiene el mismo peso, la conseguida por Los Ángeles Clippers el martes ante Utah Jazz conlleva un valor agregado que rebasa cuestiones de baloncesto.

La tropa de Vinny Del Negro visitó al que ha sido su recinto más difícil, y a base de garra, corazón y el talento de sus principales estrellas cerró la noche con una sonrisa.

Para hacer más dulce el resultado está el hecho de que los angelinos no ganaban juegos consecutivos ante el Jazz desde 1980.

Además, tuvieron que recuperarse de un nuevo comienzo desalentador y soportar que dos de sus piezas fundamentales de la temporada pasada (Randy Foye y Mo Williams) jugaran a un nivel tan alto que hasta olió a despecho.

BRILLÓ GRIFFIN
El resultado final tuvo muchos factores envueltos pero ninguno más grande que la sobresaliente actuación de Blake Griffin.

El delantero, quien ha sido criticado por su falta de agresividad y porosa defensa, venía promediando por debajo de sus números habituales.

Sin embargo, esto no importó en Salt Lake City ya que el estelar interno se cargó el equipo al hombro y fue el único que durante 36 minutos se rehusó a volverse a casa con las manos vacías.

Los 30 puntos fueron su marca más alta de la temporada pero lo más impresionante fue la manera en la que los consiguió.

Griffin solo fue a la línea en tres ocasiones y por eso aportó la friolera de 14 canastas (tirando para 70 por ciento desde el campo), dando un concierto ofensivo que incluyó penetraciones salvajes, tiros de larga distancia y volcadas por doquier.

El ex jugador de la universidad de Oklahoma sumó 11 unidades en el tercer periodo y eso les permitió a los suyos llegar con vida y darle rienda suelta a la banca para hacer lo que mejor hace.

'UNA TRIBU LLAMADA BANCA'
Ésta es precisamente una de las denominaciones que rondan en las redes sociales para bautizar al cuerpo de relevistas de los Clippers.

Del Negro nunca se salió del libreto y envió a su segunda unidad a abrir el último cuarto con la difícil misión de remontar una buena parte de la desventaja antes de hacerle lugar al "Mariano Rivera" de los californianos.

Los suplentes están teniendo una temporada de ensueño pero nunca antes se merecieron tanto el sueldo como el lunes.

Entre Jamal Crawford y Lamar Odom aportaron 16 puntos pero analizando canasta por canasta se notó que debieron dejar cada gota de sangre y sudor para conseguirlos.
La realidad es que Utah nunca se rindió y que fueron los angelinos los que simplemente jugaron mejor sobre el ocaso.

TAPONERO PAUL
Chris Paul regresó a la tarima a falta de 7:18 y por primera vez en la temporada mostró vestigios de ser el gran cerrador que todos esperan.

Sus seis puntos y dos asistencias en ese periodo realmente no hacen justicia al impacto que tuvo sobre el final del partido.

El armador penetró a una defensa bien plantada y convirtió bandejas increíbles, solo posibles para un fuera de serie como él.

Esto seguramente le sacó una sonrisa al entrenador, ya que el ítalo-americano ha venido pidiéndole al base que sea más agresivo y que se convierta en un anotador más letal, argumentando que esto beneficiará directamente a sus compañeros.

REGRESO TRIUNFAL
Tras haber sorteado exitosamente una prueba de alto riesgo, los Clippers volverán a casa para pasar el resto de la semana en el sur de California.

Sus juegos restantes incluirán citas con los Dallas Mavericks, Phoenix Suns y Toronto Raptors, antes de volver a salir a una extensa gira por la costa Este.

En semanas previas estos juegos hubieran sido denominados complicados, ya que los angelinos han mostrado tendencia a desconcentrarse ante equipos inferiores.

Sin embargo, parece que los de rojo, blanco y azul comienzan a captar el mensaje. Tras ganar en el Energy Solutions Arena todo está más claro que nunca.

Estos no son los Clippers de siempre.