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Se van marchando los fantasmas

LOS ÁNGELES -- La sensación de mejoría ya se siente en la Nación Lakers. La buena vibra impregnó a coach, jugadores y aficionados tras la victoria sin paliativos frente a los Knicks de Nueva York. Fue un triunfo gestado a base de garra y confianza, la misma que faltó en innumerables ocasiones y la que ha ido renaciendo con el paso de los encuentros. Las cinco citas al hilo que han ganado los Lakers no son solo una estadística, un dato. Son el signo de que los fantasmas que oscurecieron el comienzo de temporada parecen estar buscando otras almas que poseer.

Hay mejoría, sí; pero también cautela. Vencer al segundo mejor equipo de la Conferencia Este es un mérito engrandecido gracias a los sinsabores que se vivieron semanas atrás; y sí, la senda es la apropiada, pero todavía queda mucho por hacer.

"Fue una victoria muy importante para nosotros. Estábamos un poco desesperados. Hemos logrado una continuidad, pero también estamos mejorando como equipo", señaló Steve Nash. "Mientras evolucionamos y arreglamos los problemas, es necesario ganar partidos. Es muy importante ganar el quinto en fila. Es importante ganar en casa ante un buen equipo y lo es también luego de haberles contenido (a Nueva York) tras su buen momento en el segundo tiempo", apuntó el armador.

Su recuperación le ha venido de maravilla a los Lakers, que ven cómo su ataque goza de unas alternativas que antes no tenía. Las virtudes anteriores se complementan con las actuales y el equipo lo va notando.

"Debemos seguir encontrando la manera de continuar con esta transición y mejorar como equipo a lo largo de la temporada. Al mismo tiempo ganar el máximo número de partidos para lograr la mejor posición posible en playoffs".

Si hay una imagen que comprimió en unos segundos toda la rabia contenida de los laguneros por la irregularidad, ésa es la que nos dejó Pau Gasol a segundos de la bocina final. La expresividad de su rostro puso la guinda a una jugada en la que se armó de confianza para penetrar a la canasta. Realizó un mate salvador que ampliaba la distancia de los suyos a cinco puntos cuando restaban 12 segundos de juego. Con ese mate, Gasol de desahogó y liberó su rabia contenida.

"Fue un poco de todo, y de satisfacción también. Fue una canasta importante, un momento difícil. Me he encontrado con la suficiente fuerza y bienestar como para ir adentro y acabar una jugada con cierta capacidad atlética", comentó el jugador.

"Poco a poco vamos entendiendo cómo jugar, cómo entender un poquito más el sistema y más cómodos tanto en ataque como en defensa", apuntó el español.

La maquinaria se está engrasando y ya solo falta comprobar en qué momento los Lakers darán continuidad a estos destellos de esperanza. Lograron colocarse en .500 (14-14) tras vencer a los neoyorquinos y en breve, ante Denver Nuggets, buscarán registrar en su casillero más victorias que derrotas, una gesta aún no conseguida durante esta campaña.

Pero sobre todo lo que perseguirán en continuar con la construcción de una identidad que llene de solidez la labor del equipo en ambos lados de la cancha, que siga haciendo a sus estrellas mejores, capaces de realizar jugadas como la que llevó a cabo Gasol el martes para poner en pie al Staples Center. Sólo así, los fantasmas del primer tramo de campaña acabarán por irse.