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Clippers tenían presión de ganar

Chris Paul sabe que no es suficiente divertirse en la cancha; los Clippers tienen que seguir ganando Andrew D. Bernstein/NBAE/Getty Images

LOS ANGELES -- Hubo un tiempo cuando quebrar las marcas de franquicia de los Clippers era importante para Chris Paull.
Esos días se terminaron.

Aún tan importante como fue reescribir el libro de récords de Los Angeles Clippers este último año, Paul tiene la mira puesta en metas mayores para el 2013. Él quiere añadirle páginas nuevas y capítulos nuevos a la historia de un equipo que nunca ha sido así de bueno y nunca ha tenido este tipo de expectativas.

Aunque el arranque de los Clippers en la temporada 2012-13 ha sido increíblemente impresionante, tal vez el aspecto más impresionante es que los Clippers ya no figuran en la conversación de los equipos contendientes a alcanzar la postemporada; ahora se habla de ellos como un equipo contendiente a ser campeón.

Por años, simplemente llegar a la postemporada se consideraba un objetivo para los Clippers. Después de todo, la franquicia había tenido únicamente dos temporadas ganadoras desde 1977 antes de que Paul llegase a Los Ángeles la temporada pasada.

Pero las metas y los récords previos de la franquicia ya no se alinean con las metas y los récords de este equipo.

El momento en el cual este equipo se dio cuenta de eso fue el 26 de noviembre, cuando los Clippers perdieron ante los sotaneros New Orleans Hornets en casa y vieron a sus oponentes celebrar como si hubiesen ganado el campeonato. Los Clippers siempre habían hablado sobre jugar con un blanco en su espalda, pero nuncahad always talked about playing with a target on their back, but nunca le pareció tan real hasta que vieron a Greivis Vásquez y Austin Rivers actuar como si hubiesen sorprendido a Los Angeles Lakers en la postemporada. Fue el momento en que los Clippers se dieron cuenta de verdad que ellos no eran solo otro partido en el calendario sino que los equipos le dibujaban un círculo del mismo modo en que ellos habían hecho con los Lakers por años.

"Es una victoria grande el vencernos", el entrenador de los Clippers, Vinny Del Negro, dijo en aquel momento. "Entonces, tómenlo como un cumplido, pero también hay responsibilidad que viene con eso. Si ustedes no quieren que los tipos celebren, entonces hagan su trabajo y nosotros celebraremos".

Los Clippers aceptaron ese reto y después de aquella derrota, prosiguieron a ganar 15 partidos consecutivos por un margen promedio de 16.3 puntos y ganaron 11 de sus 15 partidos por 12 puntos o más. En lugar de languidecer bajo las expectativas, ellos decidieron acogerlas.

Y la ciudad prestó atención.

El juego de los Clippers no solo ha vigorizado su afición sufrida sino que además ha atraído a varias caras nuevas a la Ciudad de Oropel. Justin Bieber, Rihanna, Floyd Mayweather, Kim Kardashian y Kanye West todos han estado a pie de pista durante la racha.

De repente, los Clippers no son tan solo el mejor equipo de baloncesto en Los Ángeles sino que además comienzan a desafiar a los Lakers en cuanto a poder estelar en el público.

Los riesgos aumentan partido por partido. Pero si la presión de las expectativas y de la atención les está afectando, no se nota.
Aunque los Clippers se están divirtiendo muchísimo sobre la duela, parecen estarse divirtiendo aún más fuera de ella. Después del partido en el vestuario del equipo es una combinación entre un programa de variedades y una guardería infantil. Mientras los hijos de los jugadores corren dando vueltas dentro de los vestidores, Blake Griffin y DeAndre Jordan tratarán de superarse mutuamente interrumpiendo a sus compañeros de equipo cuando están siendo entrevistados. Recientemente Griffin cruzó caminando durante una entrevista de Matt Barnes cubierto solamente por una toalla antes de dar su propia entrevista con un bigote falso. Durante las giras, los jugadores salen a restaurantes a cenar y al cine a ver películas en grupo y publican en Twitter fotos los unos de los otros durmiendo con el 'hashtag' o etiqueta, "¡Lopillé!"

Es un buen momento para ser jugador de los Clippers, y los jugadores lo están disfrutando.

No existen garantías de que este viaje culminará con un campeonato, por supuesto, pero, por primera vez en la historia del equipo, ésa es una expectativa razonable y un objetivo auténtico.

Y ésa es la diferencia entre los Clippers del 2012 y aquellos de cualquier otro año en su historia.

Ellos son un equipo bajo presión.

Y eso les gusta.