ESPN Los Angeles
Rodrigo Azurmendi 11y

Turno de la fanaticada Clippers

LOS ÁNGELES -- Luego de décadas de frustración que se combinaron con algunos de los mejores pasajes de la historia de sus vecinos (Los Ángeles Lakers), la afición de Los Ángeles Clippers finalmente parece haber dejado atrás las tinieblas y encontrarse en su mejor momento.

La franquicia propiedad de Donald T. Sterling empezó a enderezar el rumbo hace algunos años con la selección de Blake Griffin desde el draft, y en los últimos tiempos han reforzado su nómina con jugadores de la talla de Chris Paul, Chauncey Billups y Jamal Crawford.

Además, el entrenador Vinny Del Negro ha sido capaz de imponer una filosofía de trabajo duro, humildad y respeto al proceso que poco a poco va dando resultados.

Luego de alcanzar la segunda ronda de los playoffs la temporada pasada, hoy los Clippers se encuentran al tope de las posiciones de la NBA y acaban de concluir una racha triunfal de 17 juegos al hilo.

Sin embargo, las mieles del éxito tardaron mucho más de lo esperado en llegar.
"Para ser un fanático de los Clippers hay que ser muy fuerte porque han sido malos por muchos años", asegura Marc Magid de El Segundo y abonado desde 1987.

Y si hay algo que estos aficionados saben, es sufrir.
"Mi primera temporada fue la 2005-2006 y entraron a los playoffs por primera vez en mucho tiempo", dice Yair Kempler, residente de West Hills. "Estos años desde ese punto es lo que yo llamo pagar derecho de piso. Hay que sufrir un poco para disfrutar lo bueno".

En aquella temporada, los de rojo, blanco y azul dieron la sorpresa y estuvieron muy cerca de alcanzar las finales de conferencia.
"Como fanático uno siempre espera lo mejor", opina Jeri Bartle, residente de Ventura y abonada desde hace 14 temporadas.

"Aquel equipo de Cuttino Mobley y Sam Cassell tenía potencial".
Sin embargo, aquella plantilla dirigida por Mike Dunleavy no fue capaz de mantenerse y los Clippers volvieron a las andadas.
"Pensé que iban a continuar la mentalidad ganadora pero recién el dueño empezó a gastar la temporada pasada", afirma Kempler.

Fue precisamente la llegada de Paul que cambió todo. Eso le dio un nuevo espíritu al equipo, y convenció a Sterling de sacar la chequera y desembolsar grandes sumas para adquirir a Caron Butler y Lamar Odom, además de renovar a Griffin y DeAndre Jordan.

Y vaya si han cambiado las cosas.

"Hubo momentos en los que no era capaz ni de regalar mis boletos", recuerda Kempler. "Las veces que los regalaba me llegaba un correo diciendo que no habían ido al juego. Ahora todos me llaman pidiéndome tickets".

Y es que 'Lob City' de a poco se va abriendo paso entre las masas angelinas.
"El nivel de emoción de 1 a 10 es un 15", confirma Magid. "Mis pequeños Clippers están al tope de la liga, es increíble. La racha fue impresionante. Si podemos desarrollar nuestra defensa de media cancha podemos ganarlo todo".

Magid explica que la clave pasa por la unidad del equipo.
"Veo camaradería", apunta. "Mi parte favorita del juego es mirar a la banca y verlos saltar y bailar. Se ve muy divertido".

El éxito ha sido tal que los fanáticos empiezan a soñar con una lucha de tu a tu contra los poderosos Lakers, al punto de robarles a miembros de su hinchada.

"Hay una rivalidad y es muy gracioso", dice Bartle. "Conseguimos traer a un nuevo grupo de fanáticos. Una de ellas es mi suegra, que es una fanática total de los Lakers y ahora, a sus 80 años, ama a los Clippers".

Magid se mostró más cauto, pero asegura que disfruta de gozarles a los fanáticos Lakers desde su asiento en la segunda fila.
"Sigue siendo un mundo de Lakers porque nosotros todavía no ganamos nada", aclara. "Pero de todas formas les voy a gritar todo lo que pueda".

Kempler, quien describió al momento como 'emocionante y un gran sentimiento', prefirió enfocarse en los Clippers y no en mofarse de sus alicaídos vecinos.

"Soy una persona con compasión y por eso no se los saco en cara demasiado", concluyó. "Eso es porque yo sufrí mucho".

Por suerte para ellos, parece que ese sufrimiento ha llegado a su fin.

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