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Místico y El Perro Aguayo Jr., rivales en batallas épicas

MÉXICO -- Rivales feroces sobre el cuadrilátero, Místico y El Hijo del Perro Aguayo fueron protagonistas de batallas encarnizadas, especialmente, en la Arena México. El técnico y el rudo vivieron un intenso pique, plato fuerte de muchas funciones en las que los cosos se llenaban a tope. Una rivalidad que valía cada peso pagado por un boleto y que para el gladiador que hoy le da vida a Carístico, será siempre inolvidable.

Místico y Aguayo Jr. fueron rivales épicos, rivales de época.

"Fue una rivalidad muy grande. Yo platiqué con él en Guadalajara, dos días antes de su fallecimiento, y a pesar de que fuimos rivales mucho tiempo en México, cuando me fui a Estados Unidos y empecé a triunfar, me llamó una vez y me dijo que le siguiera echando ganas, que tenía todo para ser una súper estrella en Estados Unidos", recuerda el primer Místico del Consejo Mundial de Lucha Libre.

"Nos empezamos a conocer fuera del ring después de una rivalidad tan grande y, dos días antes de su muerte, platicamos de los proyectos que teníamos; lamentablemente, se nos fue. Fue, de verdad, algo que me dejó impactado, porque, aunque fui su rival número uno aquí en la Arena México y el más grande, porque nunca pudo quitarme la máscara ni yo a él la cabellera, siempre lo respeté como persona y ser humano, al tratarlo fuera del ring, que ya no éramos rivales, me di cuenta de la persona que era".

Hoy con la máscara de Carístico, el luchador pondera la clase del adversario que enfrentó en incontables veladas; en cada 'quién vive' que protagonizaban, por defender su nombre y jerarquía sobre el ring, los luchadores entregaban el físico y el alma.

"Éramos unos perros para darnos con todo arriba del ring, el mundo lo sabía. Pero siempre he respetado a mi rival, porque siempre he dicho que somos seres humanos; fuera del ring, no le hablo, pero lo sigo respetando como el ser humano que es. La gente y nosotros lo sabemos, subimos al ring y no sabemos cómo bajamos, ya lo vimos en una experiencia tan fuerte como la del Perro Aguayo; subió bien y ya no bajó.

"El Hijo del Perro Aguayo siempre me sacó canas verdes, porque nunca me aceptó una lucha de máscara contra cabellera, le daba la vuelta, pero fue un luchador que siempre me hizo ver mi suerte y me enseñó que nunca debo confiarme, me enseñó a no dejarme de nadie, y a luchar de tú a tú, sea con un rival chico o grande; siempre me enseñó a hacer cosas diferentes, es un rival que nunca voy a olvidar, es una persona que siempre marcó mi carrera profesional en mi etapa como Místico, fui uno de los pocos que tuvo el privilegio de enfrentarme tantos años seguidos con él, sin llegar a un duelo de máscara contra cabellera, siempre lo voy a recordar, fue uno de mis rivales más grandes, siempre lo voy a admirar y a respetar. Si algún día le puedo hacer un homenaje y la familia me lo permite, yo, encantado", recalca Carístico.

'El Príncipe de Plata y Oro' original reconoce el carisma de su rival, quizá, el único ante el cual debía pelearse el reconocimiento de los aficionados en cada uno de los escenarios en los que se presentaban.

"Siempre dividimos al público, la Arena México se dividía, gritaba 'Místico' y 'Perro', 'Perro' y 'Místico'. A final de cuentas, la gente salía contenta, porque éramos dos canijos que nos dabamos con todo por el público; a veces, no nos preocupaba tanto ganar o perder, nos preocupaba quedar bien con el público. Cuando yo llegaba a perder con él, era con gusto, porque sabía que peleaba delante de un grande, con alquien a quien le daba y me daba batalla; a lo mejor después, quería la revancha, porque a ninguno le gustaba perder delante de su gente. Místico nunca se dejó y nunca voy a olvidar esa época que viví en la lucha libre con él como rival, jamás lo voy a olvidar, es una persona que me marcó como profesional", recalca.

A dos años de la muerte del Perro Aguayo Jr., Carístico reconoce la trascendencia de su rival en la lucha libre y el lugar de figura que nunca le será arrebatado.

"Son dos años y se sigue extrañando, es muy difícil que el público lo olvide, sobre todo, por el estilo que marcó, por su empresa, por Los Perros del Mal. Es una estrella que jamás va a dejar de brillar en la lucha libre, al contrario, es una persona que toda la gente seguirá respetando y admirando. Repito, si es posible, le haré un homenaje porque el señor se merece eso y más".