Tras la salida del presidente de la Federación Costarricense de Fútbol (FCF), Hermes Navarro, y del Comité Ejecutivo en pleno, el fantasma de la inestabilidad vuelve a sentarse en la silla de la Federación, por la que han pasado 34 presidentes en doce años.

A tres meses de que Costa Rica debute en el Mundial de Corea del Sur y Japón 2002 frente a China, el 4 de junio, el fútbol se queda acéfalo como tantas veces ocurrió en el pasado.

Los cuestionamientos de la Unión Nacional de Fútbol (UNAFUT) a Navarro, al que le solicitaron una auditoría operativa para conocer el manejo de los recursos de la FCF, fue la causa que acabó con la paz en el balompié costarricense.

"No podemos tolerar que se cuestione la honorabilidad de los miembros del Comité Ejecutivo y que se nos diga que no sabemos administrar la Federación", expresó Navarro hoy al ratificar su adiós de la FCF.

La renuncia de Navarro y su grupo empezará a regir a partir del 25 de marzo, pero el propio presidente, al tiempo que cerraba una puerta, abría otra, al asegurar que "si existe un cambio de actitud en la directiva" (de la UNAFUT), están dispuestos a reconsiderar si continúan con sus funciones.

De esta forma y sin que nadie lo invitara, el juego de poderes entró a escena y es el que determinará, en los próximos días, hacia dónde va el agitado barco federativo.

La primera carta la jugó la UNAFUT, que con sus reiteradas críticas a Navarro, desencadenó el cisma en la cúpula del balompié.

Pero, por paradójico que parezca, los presidentes de los clubes, que son los que administran la UNAFUT, convocaron para mañana, sábado, una reunión urgente, en la que le pedirán a Navarro que continúe en su cargo.

La reacción de quienes respaldan a Navarro saltó a la palestra de inmediato y le correspondió a Isaac Sasso, costarricense y uno de los vicepresidentes de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), amenazar con pedir a la máxima autoridad del balompié mundial que proceda con "mano implacable" si la situación no se estabiliza.

Y es que Sasso no desconoce que hace apenas dos años, el balompié costarricense estuvo al borde del abismo, precisamente por el caos que obligó a la FIFA a advertir que si este persistía, aplicaría severas sanciones al fútbol "tico".

Luego de una reforma a los estatutos de la FCF, que estableció que la Federación estaría compuesta por las ligas de primera y segunda división, balompié femenino, fútbol sala y fútbol playa, la paz regresó a la directiva costarricense.

Pero mientras en la mesa de poderes reina la incertidumbre y las negociaciones por debajo de la mesa, el entrenador Alexandre Guimaraes pide tiempo para la selección, en momentos en que existe una saturación física de la mayoría de los futbolistas que participaron en la eliminatoria.

La gira a Japón y Corea del Sur, prevista para que se efectúe entre el 8 y el 21 de abril, considerada por Guimaraes clave para efectuar una especie de simulacro de lo que será la estadía durante el Mundial, queda de nuevo en entredicho.

A su vez, los partidos de ensayo, como el que se preveía para el 27 de marzo en San José, contra Austria, también entran en el mar de incertidumbres que predomina en el balompié "tico".