MÉXICO -- Aún era muy niño Yoel cuando sucedió aquella tragedia que impactó, como pocas veces se ha visto, al mundo del boxeo. Entonces con 13 años, el jovencito Finol decidió afrontar el duelo de una forma diferente, llevando en su corazón y en su mente cada vez que subía al ring el recuerdo de su hermana, Jennifer Carolina, y el de su cuñado, Edwin Valero.
Han pasado poco más de cinco años desde entonces. Aquel niño se convirtió en una promesa para el boxeo venezolano y hoy cada que habla de Edwin es para agradecer sus consejos. A su hermana la lleva en el alma y es a quien dedica cada uno de sus logros, el último de ellos, la conquista del bronce en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 en la categoría de los 48 kilogramos.
"Yo comencé a boxear por un tío, Evelio Finol", aclaró de arranque el joven púgil vinotinto, cuyos objetivos están sitiados por ahora en conseguir su pase al Mundial de boxeo de la AIBA y ahí mismo calificar a los Juegos Olímpicos de Río 2016. "Tengo ya 140 peleas, 13 de ellas son internacionales", añadió.
De arranque, se le pregunta a esta joven promesa si no le afecta la charla sobre Edwin Valero, un sorprendente peleador que conquistó dos títulos mundiales y se fue del pugilismo con marca de 27-0 y 27 nocauts. Sin temor alguno, Yoel asegura que no hay problema.
"Mi relación con Edwin era de familiar, él tenía una relación con mi hermana", recuerda Yoel. "Él me decía que a los 17 años me iba a ir yo a profesional, me motivaba mucho verlo boxear cada que subía a ring, siempre ver sus peleas me motivaba. Me dio muchos consejos que atesoro", expresó.
De aquellos incidentes de 2010 en que primero fallece su hermana y luego su cuñado, Yoel recuerda el evento como alto terrible. "Creo que fue feo, de mucho dolor porque se fueron dos personas muy importantes, mi hermana que era sangre mía y él (Edwin), que para mí era un hermano, un padre, lo admiraba mucho", detalló Finol.
Valero cometió suicidio en la cárcel tras su arresto como sospechoso del asesinato de la hermana de Finol.
Tras dar vuelta a ese capítulo que tuvo que pasar en la vida, ahora Yoel prefiere mantener una imagen especial de esas dos personas que más que un triste recuerdo hoy son motivación para él. "Sí, siempre los tengo presentes, siempre que peleo a los primeros que les pide me den fortaleza para dar lo mejor de mí en el ring es a ellos", confesó.
Así que ese pasado que para muchos debió ser tormentoso, a este brillante peleador venezolano simplemente le motiva a lograr sus sueños en busca de la gloria, esa que conoció a distancia, cuando su cuñado era una estrella del pugilismo internacional.
"Cada que lo veía me daban muchas ganas de entrenar, de estar ahí también, poco a poco, con el favor de Dios", aseguró el vinotinto, quien se dijo a disgusto por su derrota en las semifinales de Toronto ante el cubano Joahnys Argilagos, aunque al final, ese metal que trajo de vuelta a casa, le supo a oro.