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Más tontos serán ustedes

BUENOS AIRES --
-Pobre tipo, no tiene descanso.
-¿De quién habla?
-Del arquero del FAR Rabat de Marruecos, ese que el otro día cometió la torpeza de festejar por anticipado un penal atajado, y mientras festejaba la pelota volvió a entrar al arco...
-Me acuerdo perfectamente, se llama Khalid Askri.
-Ese. Ahora se ganó el mote del "arquero más tonto del mundo".
-No exagere, reconozcamos que festejar por anticipado es una estupidez, pero es algo que puede pasarle a cualquiera.
-De acuerdo, pero no puede cometer otro error veinte días después.
-¿Cometió otro? ¿Qué hizo ahora?
-Quiso eludir a un rival en la puerta del área, regaló la pelota a un delantero y todo terminó en gol.
-Insisto, están exagerando, son cosas que pasan.
-Espere que no terminé. No conforme con eso se quitó el buzo y se fue corriendo a los vestuarios, abandonó la cancha, a pesar de los ruegos de los compañeros.
-¿Y entonces?
-¿Cómo "y entonces"? Tiene algún argumento en vista para justificar lo que hizo.
-Claro que tengo. Usted está demasiado habituado a las palabras vacías de sentido. Cuando alguien hace algo en la dirección que le indican sus principios, se desorienta, y disimula su desorientación tratando de estúpida a la gente.
-Explíquese.
-¿Oyó hablar alguna vez de Lidwig Wittgenstein?
-¿No, para qué equipo jugaba?
-Para ninguno, era un filósofo austríaco, tal vez uno de los más importantes del siglo XX. En uno de sus libros –el Tractatus Logico-Philosophicus– postuló una ley irrevocable: "De aquello que no se puede hablar mejor es callar".
-¿Y eso qué tiene que ver?
-Tiene que ver. Khalid Askri se limitó a demostrar que sabía lo que todos sabemos, que es un tonto. Pero no creyó conveniente llenar el vacío con palabras, como hacen todos. Prefirió ejercer la autocrítica de un modo mucho más wittginsteniano, es decir, actuando y callando. Lo que a su modo, sin palabras, Khalid Askri dijo, es más o menos esto: "Señores, no son merecedores de mi compañía, soy demasiado tonto y estoy atravesando una racha fatal. Cualquier de ustedes podría reemplazarme. Adiós".
-¿Todo eso?
-Es un resumen, pero más o menos dijo eso. Actuó de un modo que yo me atrevería a llamar digno.
-¿Dejando al equipo sin arquero? ¿A usted eso le parece dignidad?
-Llegado a un determinado punto de mala suerte no importa lo que digan los demás, hay que ponerle fin. Para Khalid Askri esto no da para más, y lo dijo a su modo, muy marroquí por cierto, abandonando la cancha, metiéndose en la ducha y volviendo a casa a pensar en el futuro.
-No creo que le quede mucho.
-Yo no estaría tan seguro. Si yo fuera el DT lo convencería de que se quedara y siguiera trabajando. Cuando en menos de 20 días cometiste dos fallas tan garrafales, todo lo que queda es un camino sembrado de éxitos y actos heroicos.
-¿Usted le daría otra oportunidad?
-Siempre hay que dar otra oportunidad.

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