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Renovar para que nada cambie

BUENOS AIRES -- Ignacio Heguy se vistió de negro; los hermanos Pieres, ya son tres; Nero y Pablo Mac Donough, multicampeones con Ellerstina, ahora esperan ser parte del nuevo Dream Team junto a Cambiaso; Marcos Heguy colgó los tacos, pero otro Heguy, Bautista, ocupa el lugar de líder en Pilará.

Hablando de Heguy family, los primos Ruso y Pepe finalmente no se
bajaron del caballo y por 18ª temporada se mantienen en el alto
hándicap, aunque ahora con Alejandro, el más chico de la dinastía Novillo
Astrada.

En el otro extremo se ubica Estancia Grande, con su primera temporada, más allá que Sebastián Merlos y Bartolomé Castagnola son viejos conocidos de la primera etapa de La Dolfina, y más atrás aún de Royan Pahang, cuando debutaron en el alto hándicap.

Sólo escapan a este panorama los hermanos Novillo Astrada, que mantiene la misma estructura de nombre y formación desde el 2003, con La Aguada.

MEMORIA Y BALANCE
Con tantas modificaciones, varias de ellas anunciadas desde comienzos de la
temporada de alto hándicap del 2010, mucho se esperó el arranque de este
2011 y especialmente del Abierto de Tortugas, donde finalmente Ellerstina se
acaba de consagrar venciendo a La Dolfina por un ajustadísimo 14 a 13.

Rápidamente queda la idea de que casi todos cambiaron, pero finalmente nada se modificó.

Hasta se ratifica el acierto de la comisión de hándicap cuando casi 12
meses atrás decidieron ubicar a Ellerstina como el segundo equipo en
hándicap.

Mientras tanto La Dolfina, si bien aún no es el conjunto inalcanzable que
todos imaginábamos, demostró que le sobran recursos para recomponerse
a la pérdida de uno de sus hombres (Pablo Mac Donough, en quinto chukker
de su primer partido de la temporada) y superar igualmente la prueba,
principalmente de carácter que fue el cruce semifinal con La Aguada; equipo
que claramente en este arranque se instaló como el tercero en discordia.

SE LE ESCAPÓ LA TORTUGA
Con el enroque de nombres también nos imaginamos un nuevo concierto de
candidatos. Sin embargo, Tortugas 2011 nos trajo otro cruce entre Cañuelas
y General Rodriguez. El clásico moderno se mantiene, aún con caras nuevas,
y será trabajo de los demás modificar esta tendencia de cara a Hurlingham y
Palermo.

En números, para Ellerstina fue su quinto título de manera consecutiva en Tortuguitas y suma 15 triunfos consecutivos; algo que ahora lo emparenta con el mítico Coronel Suárez. Sin embargo en el juego, los primeros cinco chukkers de La Dolfina, fueron lo más cercano a un Dream Team, como aquel de los hermanos Heguy y Harriott.

Siete goles debía descontar Ellerstina ya cerca del final del quinto chukker. Una tarea titánica pero no imposible. Un penal errado, un gol de contraataque para envalentonarse, y los chicos de negro otra vez estaban en partido.

No fue el referato lo que inclinó la balanza, más allá de aquel penal de 60
yardas que, a segundos de la campana del séptimo chukker, le taparon a
Cambiaso y un arranque de lo que sería la jugada final, con infracción. Fue la
confianza lo que perdió La Dolfina y encontró Ellerstina para que esta historia se volcara.

Está vez, la razón del triunfo no fueron los pequeños detalles, sino uno
enorme, quizás el más importante en el deporte: CONFIANZA.

Nicolas Pieres fue el optimista número uno de la tarde. Por juventud, porque era su primera final o por lo que fuera. Pero cuando logró contagiar a sus compañeros, La Dolfina se desdibujó, comenzó otro partido y la tortuga
cambió de palenque.