Hace poco pude ver el documental "La industria dominicana del beisbol" del periodista Neftalí Ruiz y me pareció excelente ya que toca muchos de los temas involucrados en la producción de peloteros en ese país. Sin embargo, me gustaría agregar algunos aspectos importantes que ayudan a entender, aún más, un problema que va más allá de lo deportivo.
La revista Times calculó que en la última década sólo un 2 por ciento de los jugadores firmados en República Dominicana llegaron a las mayores a pesar que MLB indica en el documental que la cifra es 5 por ciento. Al final es prácticamente lo mismo, la gran mayoría de quienes intentan lograr el sueño de jugar en las Grandes Ligas fracasarán.
Con ese dato en mente vamos a revisar algunos de los argumentos que giran en torno a la industria del beisbol no sólo en República Dominicana sino en otros países, como Venezuela, donde MLB tienen operaciones.
Argumento 1: El beisbol es una vía de escape de la pobreza
El deporte en general puede representar y en muchos casos representa un puente entre la pobreza y una mejor vida, pero siempre que sus bases estén sustentadas en el área académica.
En los Estados Unidos el draft o sorteo en el beisbol está vinculado con las universidades y bachilleratos y existe una organización, la NCAA, que protege los derechos de los estudiantes-atletas y evita que equipos, agentes y scouts interfieran en el proceso educativo. Las mismas reglas de las Grandes Ligas, 3(g)(1) ,prohíben que los cazadores de talento les digan a los niños y jóvenes en ese país que abandone el bachillerato para jugar beisbol.
Si el pelotero estadounidense no tiene suerte en el terreno, que es lo común, al menos tendrá una educación mínima o un título universitario que le permitirá ganarse la vida una vez retirado de la pelota.
En República Dominicana y Venezuela la realidad es muy distinta debido a que el estatus socio-económico y nivel educativo de quienes generalmente firman es muy bajo, pudiendo ser inexistente en muchos casos. Es la necesidad, más que la pasión por la pelota, lo que alimenta el sistema y permite que las organizaciones de Grandes Ligas tengan la libertad que desean para sacarle provecho a sus operaciones.
¿Podemos decir con propiedad qué el beisbol es una vía de escape de la pobreza si la gran mayoría de los niños dominicanos y venezolanos que saltan al profesional carecen de una educación mínima y se sabe que el 98 o 95 por ciento fracasarán al poco tiempo? ¿Qué hacen ese 98 o 95 por ciento en sus vidas post-beisbol?
Aclaro que entiendo el impacto que tiene el beisbol en las economías de nuestros países. El punto es tratar de determinar si los niños y jóvenes que abandonan todo, aunque sea muy poco, para perseguir un sueño casi imposible luego pueden reintegrarse a sus comunidades y llegan a ser personas productivas. Sin ese tipo de información lo único que podemos concluir es que, en algunos casos, la pelota puede funcionar como un parche anti-pobreza con fecha de caducidad.
Argumento 2: El bono de firma lo resuelve todo
El bono de firma es la principal motivación de prospectos y entrenadores. No se puede ignorar la gran cantidad de dinero que ha invertido las Grandes Ligas en la adquisición del talento latinoamericano sobre todo en los últimos años. Ahora bien, todo eso cambiará con las nuevas políticas y límites negociados entre MLB y la MLBPA por lo que resulta innecesario citar cifras pasadas que no se repetirán y deberíamos concentrarnos en las nuevas reglas.
En el 2012, cada equipo de las mayores tendrá 2.9 millones de dólares para firmar jugadores internacionales. Esa cifra no afectará sólo la adquisición de dominicanos sino de venezolanos, japoneses, coreanos, etc.
Muchos de los que no le dan importancia a las nuevas reglas, sobre todo al impacto económico que pudieran tener en República Dominicana, indican que si uno multiplica 2.9 por 30 equipos se dará cuenta que en realidad habrá más dinero que nunca para gastar en la firma del talento dominicano. Eso no es necesariamente cierto.
Primero, repetimos, esos casi tres millones de dólares son para la firma de jugadores internacionales y eso incluye un mercado como Venezuela que no está muy lejos en cuanto a cantidad, inversión e importancia. En otras palabras, nadie sabe en estos momentos la cantidad de dinero por equipo que se invertirá en República Dominicana.
Segundo, las organizaciones de las mayores no están obligadas a gastar los 2.9 millones por lo que esa multiplicación de 2.9 por 30 es pura teoría. Hay divisas, como Texas y Kansas City, que han creído más en el talento latinoamericano y eso se ve reflejado en sus inversiones recientes. Otras prefieren evitar bonos de firma altos ya que consideran que eso pudiera afectar la carrera del jugador al eliminar la motivación. El problema es que el nuevo sistema impide que Texas de 18 millones en firmas y no obliga a Baltimore a gastar los 2.9 millones, lo que al final hace que cualquier cálculo que hagamos en estos momentos no tenga mucho sentido.
Por último, la realidad es que alrededor de un 75% de los jugadores que se firmarán en República Dominicana y Venezuela a partir del 2012 lo harán por menos de 10 mil dólares que es una excepción negociada por MLB y la MLBPA. Eso quiere decir que los 2.9 millones por equipo se irán en 4 o 5 peloteros internacionales y el resto de los prospectos deberán aceptar menos de 10 mil dólares para así evitar la imposición de multas.
Si a esos 10 mil dólares le quitamos un 40% por pago al buscón o entrenador nos quedamos con que en la gran mayoría de lo casos las nuevas firmas llevarán a sus casas 6 mil dólares. ¿El bono lo resuelve todo?
Argumento 3: Sin el beisbol no hay más alternativas para esas personas
Este argumento no es fácil de atacar ya que tiene mucho de verdad y refleja una situación más compleja.
Es común escuchar que esos niños y jóvenes dominicanos o venezolanos no llegarán a ningún lado sin el dinero que reparte MLB ya que de todas maneras no van a las escuelas o, como de manera inapropiada lo mencionó un scout en el documental de Neftalí Ruiz, "tienen una capacidad intelectual limitada". En otras palabras, esas personas son vistas como una carga social latente y el beisbol es considerado simplemente como una válvula de escape que funciona en algunas oportunidades.
A pesar que uno puede tocar el tema de responsabilidad social de las empresas, y hacer algunas comparaciones con la manera como Nike y Apple han enfrentado situaciones parecidas, la realidad es que MLB tienen como principal objetivo firmar al mejor talento al menor precio posible. La realidad socio económica de los dominicanos o venezolanos es un problema de los gobiernos de esos países. Si un país permite que niños de 13 años entrenen a tiempo completo y abandonen las escuelas entonces el problema es otro más grave. Son los dominicanos o venezolanos los que deben asignarle valor y proteger a sus nacionales incluyendo a los más pobres, eso no le compete a MLB.
Si esos niños y jóvenes no tienen alternativas distintas al beisbol el objetivo debería ser crearlas. Pensar que el beisbol sacará a un país del subdesarrollo tiene tanto sentido como confiar que la lotería hará esa misma labor.
Argumento 4: MLB lo resolverá
Vamos a estar claros, MLB es el único responsable de todos los problemas que genera el sistema que ellos mismo crearon y gestionan. MLB ha podido regular y detener los abusos de los buscones, el consumo de esteroides por niños y hasta la falsificación de identidades, por citar tres ejemplos, si tan sólo le hubiera prestado atención a lo que estaba pasando en sus narices o controlado sus propias acciones. Esa negligencia tiene un solo culpable que es MLB.
Ahora bien, MLB no es un proyecto humanitario ni una organización no gubernamental o de caridad con el objetivo de aliviar la carga de la pobreza en el mundo. MLB es una empresa que, entre otras cosas, busca mano de obra talentosa que pueda ser adquirida a bajo costo. Es por ello que los únicos cambios que se pueden esperar por parte de esa organización sean para proteger su negocio.
MLB ha dicho, por ejemplo, que está tomando medidas para mejorar el sistema y ofrecer alternativas educativas a los peloteros firmados. Lamentablemente eso muchas veces consiste solamente en clases de inglés y de adaptación cultural a la vida norteamericana que en ningún caso podrían considerarse como sustituto de una educación formal. ¿Sacaría usted de la universidad a su hijo para que sólo tome esas clases de inglés y adaptación cultural?
Algunos defienden esas clases como un aporte importante cuando en realidad no lo es, aunque indudablemente que es mejor que nada. La realidad es que ese tipo de iniciativas busca beneficiar a los mismos equipos ya que algunos de esos prospectos tendrán que viajar y vivir en los EEUU, así como comunicarse con el personal de ligas menores que no habla español y, como sabemos, en las ligas menores o mayores los latinos no cuentan con la ayuda de traductores.
El resto de las operaciones de la oficina de MLB en República Dominicana están enfocadas en la verificación de identidades cuyo objetivo no es otro que garantizar la inversión en los jugadores.
En fin, MLB tiene su negocio y lo quiere proteger aunque eso implique cerrar los ojos ante problemas graves. Al final la mayor responsabilidad, de nuevo, recae en cada país. Los gobiernos y sus ciudadanos deberían presionar por un balance en el sistema de manera que pueda beneficiar a todos los involucrados.
Argumento 5: El draft o sorteo mundial no se dará
No perdamos mucho tiempo en este punto. Ya el draft o sorteo mundial está negociado y no estamos lejos de su implementación. MLB es la última de las cuatro ligas más importantes, NBA, NHL y NFL, en implementar tal medida.
Conclusión
En la industria del beisbol hay muchos que se benefician económicamente pero los únicos que no tienen voz ni voto en las decisiones que se toman son los miles de niños y jóvenes que renuncian a su niñez para perseguir un sueño casi imposible. Ellos son los que al fracasar deben regresar a sus casas con un daño psicológico que no se puede calcular y sin la menor idea de como ganarse la vida.
Los límites económicos establecidos en el último Convenio Laboral impedirán que los bonos de firma le den oxígeno al sistema y eso lo veremos pronto. No debemos seguir pensando en el pasado sino concentrarnos en ver que podemos hacer para mejorar lo que se ha convertido en una exportación de menores de edad sin educación y con pocas oportunidades de éxito.