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Sonnen ayudó a sacar lo mejor de Silva

LAS VEGAS – El mejor atleta de las artes marciales mixtas de todos los tiempos hizo de las suyas el sábado.

Anderson Silva conquistó a su rival más difícil por segunda vez, derrotando a Chael Sonnen por nocaut técnico en el segundo asalto de su muy esperada revancha en la UFC 148.

Un rodillazo perfecto en el esternón de Sonnen, que entró por un lugar tan limitado que pareció ilegal al principio, acentuó lo que sería un final sorprendente. En una entrevista posterior al combate, Silva le puso fin a una de las más amargas rivalidades en la historia de la UFC de una manera única.

Apenas una semana después de una conferencia telefónica durante la cual él prometió romperle los dientes a Sonnen, Silva le hizo una invitación completamente diferente.

"Si quieres venir a casa a un asado, me encantaría tenerte de invitado", le dijo Silva a Sonnen, todavía dentro del Octógono.

Sonnen, quien se ha pasado los dos últimos años atacando verbalmente a Silva frente a cada cámara o grabadora de audio disponible, no tuvo excusas ni pedidos de perdón por el resultado. Él había dicho antes de la pelea que "solamente puede quedar uno".

Él no fue ese uno.

"Los mejores ganan siempre", dijo Sonnen. "Esta noche ganó el mejor".

Y así como si nada, quizás lo mejor que le haya pasado a Silva durante los seis años que pasó en la UFC se terminó. Digan lo que quieran de Sonnen, pero las perspectivas de Silva habían comenzado a presentarse como sombrías antes de que él apareciera.

Reverenciado durante mucho tiempo como el mejor peleador de todos los tiempos, Silva tuvo una racha de peleas realmente horribles. Sus triunfos sobre Patrick Cote, Thales Leites y Demian Maia fueron fáciles pero poco inspirados.

En algún punto, el presidente de la UFC Dana White se refirió a una de las peleas de Anderson Silva como el momento más vergonzoso de toda su carrera como encargado de esta empresa promotora.

Ahí entra Chael Sonnen. 7 de agosto de 2010. Sonnen logró lo que ningún otro peleador en la UFC había hecho antes de él: empujar a Silva hasta el mismo borde de la derrota. Desde el comienzo de aquel quinto asalto ante Sonnen, Silva ha sido casi tan intocable como lo ha sido cuando se presentó por primera vez en la UFC y se ganó una reputación como el mejor del mundo.

Él demolió a Vitor Belfort con una patada frontal en el primer asalto de una pelea de campeonato en febrero del 2011. Seis meses más tarde le dio seguimiento con una victoria unilateral por nocaut técnico ante Yushin Okami.

El sábado puede haber sido la mejor de todas, enfrentando y liquidando a un oponente con el único conjunto de habilidades que se percibía capaz de darle problemas. Fue el conjunto de capacidades de Sonnen, dijo White, lo que hizo que se venda la revancha: la mera idea de que otro hombre podría derrotarlo.

"La tremenda paliza que Sonnen le dio a Anderson en la primera pelea, y el modo en que esa pelea terminó, es lo que hizo que se venda esta pelea", dijo White. "Después de esa pelea, yo dije que éste es el tipo de peleas que hace leyendas".

Luego del único desafío en las 185 libras que le ha dado una pelea dura, a muchos les encantaría ver a Silva subir de peso o chocar con otro campeón de la UFC, como el welter Georges St. Pierre o el semipesado Jon Jones, en una súper pelea.

Cuando se le preguntó si consideraba hacer una pelea con Jones, Silva respondió "No".

El campeón de origen brasileño no ha dado señales de decadencia, pero ha llegado a una edad (37 años) en la cual es de esperarse una decaída en su nivel atlético.

A pesar de simpatizar con esa preocupación, White dijo el sábado que Silva ha probado sin duda alguna que es el mejor del mundo en las 185 libras. Y si es éste el modo en que Silva elige terminar su carrera, que así sea.

"Este deporte es para jóvenes. Realmente lo es", dijo White. "A medida que uno crece, un día uno se levanta y ya es viejo. Y eso sucede rápido. Ya no te mueves como solías hacerlo. Ves que vienen las cosas, pero ya no puedes moverte para que no te choquen. Anderson Silva no ha demostrado nada de eso.

"Yo nunca les digo a los peleadores que suban o bajen de peso. Este tipo le hace cosas a la gente que otros tipos no pueden hacerle. Él ya peleó en las 205 libras, y dijo que no lo quiere volver a hacer. Si es así de talentoso en las 185 libras, ese es el peso que él ha dominado completamente y donde se siente a gusto".