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Recuperó la sonrisa

BUENOS AIRES -- Volvió y lo hizo con una sonrisa. Un mes y escasos días pasaron de la polémica semifinal que Argentina perdió de local ante República Checa por la Copa Davis. Atrás quedaron varios silbidos recibidos y la evolución de la tendinitis en su muñeca izquierda. Juan Martín del Potro retornó al circuito como máximo favorito en Viena, sufrió en algunos pasajes pero finalmente impuso su categoría y ganó el 12º título de ATP de su carrera y 3º de esta temporada.

Más cómodo en superficies rápidas, el gigante argentino, el mejor tenista de América Latina, completó una semana con sólo cuatro partidos y un solo set cedido para sumar 70 puntos más y acercarse aún más al ansiado boleto para jugar la Copa Masters de Londres. En el ranking mundial, que computa las actuaciones de las últimas 52 semanas, sigue 8º y es el 7º en la carrera anual hacia el certamen que reúne el mes próximo a los 8 mejores.

Del Potro había pasado días muy difíciles, con muchas dudas sobre si su estado físico le había impedido realmente poder disputar un punto clave -el cuarto- en la serie copera en Buenos Aires, contra Tomas Berdych (6º). Su baja precipitó la derrota albiceleste, la primera en casa y sobre arcilla luego de 14 años. La espigada Torre de Tandil, de 1.98 metro, se ausentó de la gira asiática, incluido el Masters 1000 de Shanghai, y optó por regresar a la competencia en Viena. Y vaya si le fue bien.

Cuando aterrizó en Austria, el argentino, de 24 años, sabía que tenía un cuadro accesible, interesante para soñar con dar pelea hasta la final. Igualmente, el debut, en los octavos (tuvo libre la primera rueda por ser candidato), le costó muchísimo y la pasó mal en más de un momento, porque el grandote alemán Daniel Brands le ganó el primer set. Del Potro se recuperó, lejos de su mejor versión, falto de ritmo, pero con la camiseta de top-ten y figura.

Fueron tres sets cerradísimos, todos resueltos en tie-breaks, tras más de tres horas de acción, a puro saque y sin quiebres de servicio. Allí el argentino conectó 30 aces, igualando su marca top en ese rubro, que es la mejor de un jugador de su país. Por eso, padeció mucho más de la cuenta ante un rival de riesgo, ubicado 111º en el listado de la ATP, que avanzó y se ubicó 100º. En cuartos ya estuvo más en sintonía, para conseguir un triunfo sencillo al vencer fácil al australiano Marinko Matosevic (55º).

Con esa llave abierta, Del Potro afrontó otro duro desafío en la semifinal, con un adversario similar al primero pero de mayor experiencia, superando al gran sacador luxemburgués Gilles Muller (entró al torneo siendo 81º y lo terminó 63º) en dos tie-breaks y sin un rompimiento de saque en todo el partido. En la final, todos suponían que llegaría el choque más exigente, pero al serbio Janko Tipsarevic (9º) se le escurrió la victoria en semi y cayó ante el esloveno Grega Zemlja, procedente de la fase clasificatoria.

Por lo tanto, ya era otra la situación, porque Del Potro llegó con el cartel de claro candidato al título que se le había negado un año antes frente al duro francés Jo-Wilfried Tsonga. Para Zemlja se trató de un escenario nuevo, diferente, por encontrarse en su primera definición de un campeonato del circuito mayor de la ATP. Y eso se notó en los instantes decisivos, cuando otra vez, como en los encuentros anteriores, el argentino marcó la brecha clave con determinación y la mayor pimienta de su drive.

En un cruce de derechas potentes prevaleció la precisión y contundencia de Del Potro, que hizo la diferencia cuando se lo propuso. Así, el tandilense fue de menor a mayor en la semana y consiguió un total de 63 aces en Viena y apenas cedió una vez su servicio, justo en la final, en 49 games de saque. En general, esa no es un arma letal del top-ten, que sí le aporta puntos gratis y en especial en una superficie rápida como esta y bajo techo, pero con la que carece de regularidad y oportunismo.

Sin dudas, Del Potro, medalla de bronce este año en los Juegos Olímpicos, sacó tajada del cuadro que se le presentó, ya que no se midió con ningún colega ubicado entre los 50 primeros del ranking. De hecho, Zemlja jugó en Viena como 70º de la tabla y saltó hasta el 50º puesto por haber sido finalista. De esa manera, el gigante ratificó su condición de principal cabeza de serie y fue su tercer título logrado como principal favorito, tras sus éxitos en Auckland 2010 y Estoril 2012.

Esta vez, las características de la cancha favorecieron al argentino, que si bien no suele jugar puntos cortos, pese a la gran potencia de sus golpes de base, sobre todo el drive, mostró decisión a la hora de buscar ciertas definiciones. Y el servicio le dio rédito, logrando un plus en pasajes comprometidos. De esta manera, consiguió su segundo certamen indoor, luego del de Marsella de febrero, y fue el primer argentino campeón en Viena. Así, logró 8 de sus 12 títulos sobre superficies rápidas y sólo 4 fueron en polvo de ladrillo.

Con esta actuación, Del Potro igualó su marca de tres copas levantadas en 2009, cuando hizo su sueño realidad al conquistar el US Open, y quedó a una de las cuatro obtenidas en 2008, al ganar sus primeros torneos como profesional. Además, siguiendo con el rubro numérico, le aportó el título individual masculino 199 a Argentina, para superar a David Nalbandian e igualar a Martín Jaite, el actual capitán de la Davis, en el tercer lugar histórico, detrás de José Luis Clerc (25) y del top, Guillermo Vilas (62).

Más punzante con la derecha invertida y con un revés paralelo que le funcionó muy bien, un golpe que tuvo contenido en los certámenes previos por la citada dolencia en la muñeca izquierda, Del Potro volvió a sonreír y vaya si este triunfo le sirvió para adquirir más rodaje y una confianza mayor con vistas a las dos próximas paradas del calendario, fundamentales para buscar sellar el pasaporte a la Copa Masters.

De esta manera, Del Potro afronta la recta final de 2012 con grandes expectativas, ya que no defiende puntos en Basilea y en el Masters 1000 de París-Bercy, que no los jugó el año pasado, pero sí la semi de Valencia 2011. Como se presume, por su 7º lugar en la carrera y la baja casi confirmada del lesionado español Rafael Nadal (4º), el tandilense jugará el Masters por tercera vez. Su última participación allí se dio en 2009, cuando venció al rey, el suizo Roger Federer, y trepó a la final, perdida ante el ruso Nikolay Davydenko.

Por eso, es muy probable que Del Potro le ponga el moño a este año dando pelea entre los mejores en Londres y hasta finalice uno o dos lugares más arriba en el ranking. Así, seguirá buscando más roce contra las figuras, con vistas a un 2013 que puede llegar a depararle muchas más alegrías y el esperado salto al grupo de los top-5, que ya supo ocupar. Tiene el crédito abierto.

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