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Relajados de cara al inicio

Las preocupaciones en torno a las rodillas de Dwyane Wade son cosa del pasado AP Photo/Wilfredo Lee

MIAMI -- LeBron James se pasea por los pasillos del American Airlines Arena sonriente y escuchando música en sus auriculares.

Se lo ve más relajado. Es como si el peso del mundo hubiese sido removido de sus hombros, y a decir verdad, esa afirmación parece ser bastante certera tras que el Miami Heat ganara el título la temporada pasada.

Pero a pesar de su renovada tranquilidad mental, lejos está de sentirse conforme tras haber conseguido ese elusivo primer anillo.

"Nuestra meta es defender el título", sentenció James. "Aunque sabemos que para conseguirlo vamos a tener que trabajar duro. Tenemos que mejorar todos los días en las prácticas, los partidos y a la hora de analizar los videos".

Por lo pronto, al menos en el papel, el Heat parte como el principal candidato a alzar el trofeo Larry O`Brien. Después de todo, los ochos jugadores principales en la rotación del Miami campeón del año pasado, regresan esta campaña.

Dwyane Wade fue operado de la rodilla este verano, y dice sentirse "mejor que hace muchos años, quizás hasta desde la universidad que me siento así". Chris Bosh también está recuperado de su lesión abdominal que lo acechó durante la postemporada.
La práctica del Heat está a punto de comenzar, y en eso aparece en escena el alero de poder Udonis Haslem, quien debe haber bajado unas 15 libras.

Haslem está corriendo hacia la cancha, llegando un poco sobre la hora, y varios periodistas elogiamos su condición física.

"Gracias", respondió entre sonrisas Haslem sin detener su paso. "Esto recién comienza".
El discurso general de todos los jugadores es similar al que James expresó cuando llegó al sur de la Florida; un título no es suficiente.

Esa es mentalidad que hace falta para intentar repetir lo hecho el año pasado, aunque el entrenador Erik Spoeltra se pone el cassette y quiere escaparle a las etiquetas.

"A los vaticinios previos se los lleva el viento", enfatizó Spoelstra tras la práctica. "Nuestra única meta es mejorar día a día".

Aparentemente ni el hecho de que finalmente su trabajo no esté siendo cuestionado en todos los medios de comunicación, logra que Spoelstra se relaje.

Está claro que por más de que diga lo contrario ante los micrófonos, el enfoque es el mismo de todos.
Sobre todo cuando el Heat no sólo tendrá el núcleo del año pasado intacto, sino además algunos refuerzos de lujo.

Pat Riley lo volvió a hacer. A mí me gusta apodarlo "El Padrino" porque siento que nadie le puede decir que no, o al menos eso parece.

"Es increíble", sentenció Wade. "Lo que hace son milagros".

Sin mucho espacio en el tope salarial, Riley se las ingenió para traer a Ray Allen, el mejor triplero de todos los tiempos, a Miami.

No sólo le quitó una pieza importante a sus rivales Boston Celtics, sino que además trajo a alguien que parece encajar a la perfección en el sistema.
Sólo imagínense a James y Wade penetrando y colapsando las defensas, con Allen esperando en los extremos para lastimar a distancia. Realmente creo que Allen verá más oportunidades de triples sin marca que nunca antes en su carrera.

Y no será el único, puesto que Shane Battier y Mike Miller siguen en Miami, y también llegó Rashard Lewis --el otro refuerzo--, quien también es letal desde el perímetro.

En la base, considero que el Heat está más sólido de lo que muchos piensan. No tienen una superestrella en la posición, pero Mario Chalmers y un Norris Cole con un año bajo el lomo son un dúo sólido.

El problema está en la pintura, que es el tendón de Aquiles de este equipo. Bosh será el centro titular con Haslem jugando como alero de poder, y Joel Anthony y un más flaco Dexter Pittman aportarán algo de profundidad en la posición.

Habiendo dicho eso, no hay duda de que es una debilidad, y probablemente veremos formaciones más pequeñas durante gran parte de la temporada, con James formando como cuatro por momentos.

La fórmula no ha cambiado, aunque el resto de la NBA sí.

Los Brooklyn Nets aspiran a ser factor en el este tras firmar a Joe Johnson y Gerald Wallace para acompañar a Deron Williams y Brook López, la rivalidad con los Boston Celtics está en su punto máximo, los Lakers quieren ser contendientes tras sumar a Dwight Howard y Steve Nash.

Y el Oklahoma City Thunder tiene más hambre que nunca tras quedarse en la puerta de la gloria, y un año más de experiencia para este joven pero extremadamente talentoso equipo.

"Todos quieren lo que es nuestro", declaró Bosh. "Será doblemente difícil, pero realmente creemos que podemos permanecer en la cima".

Mientras Kevin Garnett sigue sin hablarle a Allen, los Celtics y el Heat abren esta campaña el martes en un duelo en el cual se sacarán chispas.

Boston mirará como Miami alza un nuevo banderín en el American Airlines Arena, y querrá vestirse de aguafiestas.

Para el Heat será el inicio de un camino que comenzó un par de años atrás, y que según los jugadores "ni siquiera ha llegado al climax".

Hasta el día de hoy, los fanáticos siguen criticando a James por haber dicho que "no serán cinco, ni seis, ni siete".

Pero nada de eso le importa al reinante Jugador Más Valioso, menos ahora que ya se sacó el gorila de la espalda. Un relajado James se monta en su bicicleta, y se va del estadio tras finalizar la práctica y la atención a la prensa.

"Para mí siempre ha sido igual", concluyó James. "Siempre he tenido a alguien criticándome. Lo único que importa es nuestra meta de equipo, que es volver a ganar el título".