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Ave Fénix

ROMA -- Tras la caída casera contra Inter de la pasada semana, Juventus ganó dos partidos consecutivos, uno en Champions y uno en campeonato, aplastando a sus rivales y anotando la friolera de diez goles.
Además, gracias a la goleada contra Pescara de esta fecha, los bianconeri aseguraron el liderazgo en la Cátedra de la Táctica, puesto que se pusieron cuatro puntos arriba del segundo, Inter, que por su parte cayó en Bérgamo ante Atalanta, en su primera derrota externa tras diez visitas ganadas.

Así, Nápoli pudo acercarse a los nerazzurri, mérito de un triunfo en remontada en casa de Genoa, pero también Fiorentina se puso a distancia de tiro de los milaneses, ganándole al otro equipo de Milán en San Siro.

Por le resto, sonríe Lazio por el éxito en el superclásico capitalino, mientras que lloran Roma y Milan y tiemblan los equipos de Génova y Bologna, con sus entrenadores en serio riesgo.

REACCIONÓ CON ORGULLO
Hay que ser sinceros y recordar que desde el inicio de la temporada venimos diciendo que Pescara es muy poca cosa. Sin embargo, a pesar de los límites del Delfino, ningún equipo en Serie A le había metido seis goles todos juntos, cinco en apenas un tiempo.

Eso es lo que hizo Juventus, justo a una semana de distancia de la primera derrota en campeonato de la era Conte. Una reacción de enorme espesor, que demuestra la categoría de este equipo y el carácter de un conjunto que no por nada es el campeón en carga.

La goleada en Pescara fue importante también para demostrar que la Vieja Señora tiene muchos recambios, que son más que suficientes para poder ganar ciertos partidos en Italia. En suma, los bianconeri tras la derrota regresaron más fuertes que antes, con una reacción emotiva que, si durará hasta Navidad, podría ya hacerle hipotecar la victoria del Scudetto.

Exactamente lo contrario de lo que pasó con Inter, que perdió en Bérgamo y así desperdició los puntos que había recuperado con la hazaña de Turín. Stramaccioni, sin embargo, tiene más de una justificación y en efecto los nerazzurri no deben preocuparse de manera exagerada. Como primera cosa, hay que decir que faltaban Samuel y Ranocchia, lo que obligó al cambio de esquema y a la vuelta de la línea de cuatro atrás.

Además, esa fue la tercera visita consecutiva del "Biscione" en una semana, algo que debería hacer reflexionar un poquito a quien se ocupa de dictar las reglas para el fíxture. Además, los milaneses intentaron hacer lo suyo, pero tuvieron que hacer las cuentas con un cuadro de todo respecto, probablemente el peor rival contra el cual tener que cambiar esquema, que por encima es el equipo que más puntos sumó en las últimas cinco jornadas junto a Fiorentina.

En realidad, Inter podía poner en cuenta esta derrota y no debe preocuparse demasiado por la caída, mientras que Nápoli puede sonreír por su triunfo pero no debe relajarse tanto. En efecto, si bien su 4 a 2 puede lucir convencedor y una demostración de enorme poder y garra, hay que considerar que la victoria llegó sobre el final, tras un partido muy sufrido y de visita a un equipo que no anotaba desde hacía tres fechas.

Lo positivo es que Mazzarri parece estar encontrando un nuevo esquema, porque remontó, anotó y maniobró muy bien por dos veces en tres días cuando pasó a jugar 4-2-3-1, aprovechando así al máximo de su delantera estelar.

De todas maneras, lo importante era ganar y haber resuelto un desafío que se le había complicado, por una razón o por otra, podría sellar un cambio de rumbo importante. Respecto al Grifo, recordamos que De Canio fue echado tras una derrota 4-2 en remontada, pero él no llegaba de tres caídas consecutivas.

Si la del Burro fue una conquista de reacción, la de Fiorentina fue de confirmación: trece puntos en cuatro jornadas, en las que se enfrentaron entre otros a rivales del nivel de Milan y Lazio, son la demostración de que los violetas merecen la cuarta plaza y, sobre todo, merecen poder pelear por un puesto en Europa, especialmente porque los resultados llegan con buen fútbol.

VUELOS Y CAÍDAS
Retomando el discurso del Giglio, en esta ocasión tuvo el coraje y la fuerza mental de bajar a San Siro como si jugara entre muros amigos, para aprovecharse con inteligencia de un Milan perdido y cada vez más hundido en la tabla.

Parece bastante claro que la diferencia mayor entre violetas y rossoneri en este momento está en el banco, porque Montella no sólo armó un equipo genéricamente de grande nivel, sino que estudió bien la manera de herir al Diávolo, mientras que Allegri todavía no le encuentra la vuelta a un plantel que no se puede decir sea peor del que tiene a su disposición su colega.

Milan, en efecto, sigue sin correr mucho, por encima lo hace bastante mal tácticamente hablando, puesto que los jugadores se mueven mucho con el balón en los pies y poco sin él, juega con pocas ideas y sufre defensivamente, especialmente en las jugadas de pelota parada que son, a menudo y en teoría, en las que mejor se puede analizar el mérito o el demérito del entrenador.

Hubo otro desafío del que un equipo salió volando y otro en caída libre: el derby capitalino. Lazio, gracias a un buen triunfo de remontada, se despertó tras cuatro partidos sin victorias y así puede quedar en la estela de los de arriba, a nueve distancias -nada menos- de la primera posición pero a cuatro nomás de la zona Champions.

En el clásico fue determinante el clima, porque la lluvia torrencial que inundó Roma hizo que la cancha estuviera muy pesada y que el balón corriera poco, lo que claramente favoreció a un equipo más físico como el albiceleste respecto a uno más técnico como el giallorosso. Pero a pesar de eso, fue la preparación táctica del encuentro y la mejor gestión emotiva de los jugadores lo que marcó la mayor diferencia.

En efecto, el juego de cadenas por las franjas y la movilidad de los tres volantes del Águila, a frente de la estática de los medianos de Roma (algo bastante atípico para un equipo de Zeman), fueron la clave del encuentro, junto claramente a los nervios de De Rossi, quien dejó a sus compañeros con hombre menos por un tiempo entero.

Respecto a toda la zona central de la clasificación, Udinese, Catania, Cagliari, Parma y Torino confirmaron sus buenas calidades y con mérito se ubican bastante lejos, por cuanto posible, de la zona descenso. Entre ellos, Parma viene en frenada mientras que Udinese y Torino dejaron la impresión de poder mostrar algo más en esta temporada.

ZONA DESCENSO
Palermo, con un buen triunfo ante Sampdoria, salió de la zona descenso y al mismo tiempo dejó bastante hundido al conjunto doriano, apenas un escalón arriba de las posiciones que significan la Serie B.

Respecto a los sicilianos, hay que subrayar que en el match del Barbera podría haber nacido una estrella, considerando que el match fue decidido por un joven argentino a su primer temporada italiana, Dybala, autor de un hermoso doblete.

Por parte de los blucerchiati, es increíble que la sociedad lo haya confirmado a Ferrara a pesar de la séptima caída consecutiva, pero la familia Garrone tiene fe en su entrenador y busca ser coherente con su proyecto, algo admirable pero que, en este caso, arriesga ser más una decisión forzada que una razonada.

Atrás están Genoa, Bologna y Siena. Los albinegros están haciendo lo suyo y estar a tres puntos desde la zona permanencia, teniendo seis de penalización, es algo que parece prometer bien para poder cuanto menos luchar hasta el final.

Todo lo contrario para Bologna y Genoa. El problema del equipo de Pioli es que perderlos a Ramírez, Di Vaio y Mudingayi todos juntos fue un golpe demasiado duro para un cuadro de ese nivel y los resultados obtenidos parecen casi inevitables.

El Grifo, en cambio, paga como de costumbre las decisiones de un presidente incoherente, que otra vez más cambió sensiblemente sin sentido y sin proyectos el plantel durante el verano y que, por encima, lo echó a De Canio sin mucha razón.

A tal propósito, como dicho antes, habría que entender porque el viejo entrenador pagó una derrota casera en remontada por 4 a 2 mientras que Delneri por ahora mantiene su puesto, a pesar de que el actual técnico no sumó ni un punto en cuatro partidos.

LOS NÚMEROS

No es normal que en una fecha se cuenten más triunfos internos y a la vez más goles visitantes, pero eso fue lo que pasó en esta doceava: efectivamente, fueron 4 los éxitos locales, 3 los empates (dos por 0 a 0) y 3 las victorias externas, pero los anfitriones anotaron 15 tantos a frente de los 19 visitantes, por un total de 34 y un excelente promedio de 3.4 por match.

Como de costumbre, excelente fue el aporte hispanoamericano, en la ocasión con la belleza de nueve goles y 4 figuras de la cancha. Curiosamente, entre los siete goleadores, el único que fue el mejor del partido fue Paulo Dybala, autor de un doblete. Por el resto, anotaron Edinson Cavani, Germán Denis (dos, uno de penal), Fredy Guarín, Erik Lamela, Rodrigo Palacio y Arturo Vidal. Las otra tres figuras fueron Mariano Andujar, Maximiliano Moralez y Gabriel Paletta.

Respecto a la tabla de los goleadores, el Matador Cavani y Lamela atraparon a Stephan El Shaarawy en la cima, que los tres comparten con 8 centros, seguidos por Antonio Di Natale, Miroslav Klose y Diego Milito con 7 cada uno.

LA PRÓXIMA FECHA
La decimotercera jornada de la Serie A irá de sábado a lunes: se abrirá el 17 de noviembre a las 12 ET en el Juventus Stadium, donde Juventus recibirá a Lazio, para seguir casi tres horas más tarde con el enfrentamiento entre Nápoli y Milan en programa en el San Paolo.

El domingo, a las 9 ET, el fíxture prevé los siguientes enfrentamientos: Bologna -Palermo (Dall'Ara), Catania-Chievo (Massimino), Fiorentina-Atalanta (Franchi), Inter-Cagliari (San Siro), Siena-Pescara (Franchi) y Udinese-Parma.

El domingo futbolero se cerrará a las 14:45 ET con el derby del Marassi, Sampdoria-Genoa, pero la fecha se terminará el día siguiente, a la misma hora pero en la capital, con Roma-Torino.

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