ESPNdeportes.com 11y

Dos sonrisas

ROMA -- Fue una gran fecha para los italianos la quinta de la UEFA Champions League, puesto que Juventus arrasó a Chelsea y así se puso segundo en la clasificación del Grupo E, de manera que le alcanzará con un empate en Donetsk para asegurarse el pase a octavos, más allá de lo que haga Chelsea contra Nordsaelland.

Milan, por su parte, sufrió más de lo debido ante Anderlecht, un rival no tan peligroso, pero al final logró vencer por 3-1 y así se aseguró el pase del turno con una fecha de anticipo, algo inesperado por como está el equipo, pero previsto al inicio de su camino europeo, puesto que, cuando analizando la zona C, habíamos subrayado que no se trataba de un Grupo muy complicado.

LE COSTÓ EL PUESTO
El camino continental de la Vieja Señora comenzó con un empate en Stamford Bridge, resultado que los hinchas aclamaron a gran voz, porque se sumó un punto en casa del campeón, pero que por estas páginas criticamos.

Simplemente, en esa ocasión, subrayamos que no se había visto a la Juve que conocemos y que fue una lástima que así fuera, porque los bianconeri jugando como saben podían golear a los Blues, un equipo que goza de una fama más grande del verdadero nivel del equipo (por lo menos actualmente).

Juventus, con su grande "nobleza", en Turín se ocupó con cierta dedicación de demostrar las veracidad de nuestras palabras: jugó con todo y le pasó por arriba a Chelsea, goleando por 3-0.

Inexplicablemente, cuando ya estaba en ventaja por 1-0 gracias a un gol de Quagliarella (jugada muy parecida a la que podía valer el 1-0 ante Lazio, con desviación del delantero tras remate de un volante), el local concedió una contra terrible en la que podía llegar el empate inglés, de no ser por un cierre milagroso de Bonucci. Pero, en fin de cuentas, esa fue la única chance de gol en favor de la visita, que por el resto fue totalmente dominada.

El error de Chelsea, especialmente de Di Matteo, fue el de plantear un partido exactamente idéntico al del enfrentamiento de la ida: Oscar en presión alta sobre Pirlo, delantera abierta para intentar aprovechar los espacios a las espaldas de los aleros juventinos y defensa muy cerrada en el área.

Esa decisión terminó por costarle el puesto al técnico italiano, echado después de la derrota que prácticamente le está costando al club de Londres su presencia en Champions League, primer campeón defensor que no logra superar la fases de grupos en la Champions League.

El tema es que, evidentemente, Conte se esperaba las mismas movidas y así planteó un juego diferente al de costumbre, con el balón que pasaba más por Marchisio y Vidal y desde ellos se iba enseguida hacia los aleros, que encontraban mucho espacio para llegar hasta el fondo y desde ahí podían premiar las subidas de los mismos volantes que entraban, o de los atacantes, siempre muy activos.

A todo eso, los bianconeri jugaron con el ritmo intenso que caracteriza su fútbol y no tuvieron problemas para imponerse a los ingleses, cerrando un partido sin mucha historia con los buenos goles de Vidal y Giovinco; así como no deberían encontrar problemas para sumar tampoco en Ucrania contra Shakthar, en donde, como dicho, les alcanzará un punto para clasificar (y su rival, ya clasificado, con ese mismo empate se garantizaría la primera posición del grupo).

MÁS PUNTOS QUE FÚTBOL
Milan, en cambio, no estuvo muy bien, si bien lo más importante era ganar, especialmente porque Zenit (ya se sabía el resultado porque en Rusia se juega antes) había empatado y así los rossoneri pudieron pasar el turno con una fecha de anticipo, lo que significa ahorrar energías para el campeonato y poder ya proyectar el futuro.

El equipo empezó el partido jugando con buen ritmo, pero concedió bastante pronto una clara ocasión con uno de sus ya típicos errores defensivos y desde ese momento, por todo el resto del primer tiempo, jugó con miedo.

En efecto, los nervios determinaron que los rossoneri jugaran con frenesí, factor que determinó los muchísimos errores en fase de construcción de juego: el tema es que todos buscaban demasiado rápidamente la jugada vertical, por encima, paradójicamente, sin hacerlo cuando más debían.

Todo eso terminó por "partir" al equipo en dos y así los italianos sufrieron otras dos clamorosas ocasiones de gol más, una con un regalo de Constant y otra con un cierre "en-extremis" del mismo marcador de punta franco-guineano.

En el complemento el guión cambió: el Diávolo pareció bajar más tranquilo y con ideas más claras, pero la diferencia, en fin de cuentas, lo hizo el inmediato gol del 1-0, fruto de un clamoroso yerro defensivo de los belgas y anotado por el "salvador de la patria" El Shaarawy, quien sumó su treceavo gol en 19 partidos oficiales de esta temporada, contando también el amistoso con Italia.

La ventaja le puso todo más fácil a Milan, que desde ese momento empezó a mostrar confianza y solidez y, por momentos, hasta un buen juego. Así llegó la contra que le costó al roja a Nuytinck y, en el consecuente tiro libre, la impresionante chilena de Mexés, quien controló de pecho el centro atrasado de Montolivo y, desde el límite del área, se exhibió en un gesto técnico maravilloso, para firmar el 2-0.

Con doble ventaja y hombre de más, nuevamente los rossoneri se apagaron y terminaron por alejar demasiado las líneas, con la defensa muy lejos de la línea de los volantes y la delantera aún más separada.

Así, a pesar de tener todo en contra, el conjunto local salió a jugársela y logró descontar. Sin embargo, esta vez el Diávolo supo reaccionar como debido y, sobre el final, logró liquidar el trámite con un gol de Pato, fruto de otra gran jugada de El Shaarawy.

Vale realmente la pena decir un par de palabras sobre este "pequeño Faraón", porque entre todas las estadísticas del partido llamó la atención que el jugador que más corrió después de Nocerino fue justamente él: un delantero que corre tanto a menudo significa un líder que se está poniendo al hombro un equipo.

Que ésto llegue por parte de un chico de veinte años, que por encima está anotando una tremenda cantidad de goles, nos deja con la clara impresión de estar asistiendo a la explosión de un indiscutible campeón.

^ Al Inicio ^