Martín Bater 11y

El otro equipo ganador de Atlanta

"Simplemente porque no atravesamos metas, no volcamos balones o conseguimos cuadrangulares no significa que nosotras no podamos cambiar el destino del partido".

La frase del párrafo anterior no tiene a un dueño en particular, pero la inspiración de esa porrista anónima bien podría simbolizar el lema de las porristas de los Atlanta Hawks, uno de los equipos más sorprendentes de la NBA hasta ahora en la temporada 2012-13.

Las porristas de los Hawks son igual de determinadas que los jugadores, y no llegues a decirles que ser porristas no es un deporte, o su mirada llena de ira intimidaría hasta al pivote más grande de la mejor liga de baloncesto del planeta.

"Para mí, lo es. Supongo que cada uno tiene su propia opinión, pero yo creo que las chicas trabajan tan duro como cualquier atleta y se tienen que cuidar de la misma manera que ellos", dijo Donni Frazier, la entrenadora de las bailarinas de los Hawks.

"Lo que da bronca es que no creo que ellas reciban el reconocimiento que merecen. No sé qué podrían hacer para recibirlo, pero una vez que alguien (de peso) diga que es un deporte, entonces todo podría cambiar".

Las porristas de los Hawks oscilan en edades y experiencia, pero su dedicación es la misma sin importar quien sea una veterana o novata. Las prácticas son brutales, tres horas y media de bailar y aprender coreografías nuevas con a veces apenas 24 a 48 horas de aviso para hacerlo antes del próximo partido en el Philips Arena de Atlanta frente a 20 mil personas.

Luego llega el día del partido y las chicas no solo tienen que bailar, sino que también deben interactuar con el público.

"Las bailarinas de los Hawks representan de gran manera a nuestro equipo tanto dentro como fuera de la cancha", dijo Bob Williams, presidente de los Atlanta Hawks.

Según Williams, el espectador estadounidense hoy en día espera más que solamente ver un partido de básquetbol. Ellos buscan lo que él llama "una experiencia".

O sea, según el mismo Williams, la capacidad de la gente para prestar atención se ve disminuida hoy en día y las porristas son una parte esencial del evento para mantener vivo al interés de la gente durante tiempos fuera o el entretiempo.

Uno quizás no se da cuenta al verlas bailar, pero todas las porristas poseen trabajos más allá de lo que hacen con los Hawks, pero su pasión puede más y hasta sacrifican sus días libres para ser parte de eventos comunitarios.

"Es difícil de describir. Sentimos que somos celebridades hasta un cierto punto y eso no cambia nuestra manera de trabajar, pero sí sabemos que somos un ejemplo a seguir para los niños y eso nos motiva a dar lo mejor de nosotras mismas", dijo Juliana, una de las veteranas del equipo con cuatro años de experiencia bajo el brazo.

Uno de ellos tuvo lugar el viernes 14 de diciembre en el que formaron parte algunas de las porristas y todos los jugadores de los Hawks. Este evento era a beneficio de 200 niños y niñas de entre 6 y 14 años de edad. Ese evento de caridad tuvo una carga emotiva especial para todos aquellos que estaban presentes ya que ocurría pocas horas después de la masacre en la escuela primaria Sandy Hook de Connecticut que acabó con la vida de 20 chicos y seis adultos.

Las porristas se pasaron horas dando lecciones de baile a decenas de niñas que las miraban con asombro y admiración. En resumen, simplemente las instructoras y las jóvenes alumnas se adoraban mutuamente.

"Me encanta estar alrededor de los chicos. El solo poder influenciar sus vidas y el siquiera poder regalarles un juguete que tengamos o dejarlos usar mis porras lo significa todo para mí", dijo Juliana antes del evento.

LA SANGRE LATINA DE LOS HAWKS

El plantel entero de las porristas de los Hawks está completamente compuesto por mujeres, 28 de ellas en total, y eso no es ninguna casualidad.

El criterio de selección de Donni para seleccionar a sus alumnas refleja, según ella, al de la organización y es el siguiente:

1) Gran personalidad

2) Belleza e inteligencia combinadas

3) Capacidad para bailar.

La pupila que combina a todas esas características y enorgullece enormemente a Donni es justamente la única que tiene sangre latina en el equipo, y su nombre es Denisse.

Denisse es boricua, nació y se crió en San Juan, Puerto Rico, y se mudó a Estados Unidos cuando tenía apenas 13 años. Luego se mudó sola a Atlanta a los 21. Eso genera en ella una mezcla de culturas que se refleja en su manera de hablar.

Por ejemplo, ella puede estar conversando con su familia y decir: "Vamos a comer. Uh, I'm hungry." (Vamos a comer. Uh, tengo hambre). El "spanglish" que define a toda una generación en su forma más inocente y pura.

Denisse quiebra todo tipo de paradigmas y estereotipos sobre las porristas. Ella será rubia pero no tiene un pelo de tonta, ya que tomó lecciones de baile desde que era chiquita, estudió programación de computadoras en la universidad y actualmente trabaja como secretaria y enfermera.

"Yo me había mudado (a Atlanta) con mi novio, y desde que he llegado aquí no he parado de bailar. Mi novio ya fue desde hace tiempo, eso ya es noticia vieja. Simplemente no funcionó, pero yo me quedé (en Atlanta)", dijo Denisse, soltera y lista para encarar nuevos retos.

Su ídola es Britney Spears, y su deseo es que más bailarinas latinas lleguen a Atlanta a bailar algún día. Es más, ella pensó junto a su papá Ricardo en abrir una escuela para enseñar danza, pero ese es un objetivo que todavía le queda por cumplir.

Lo que Denisse más emula de Britney es su pasión en el escenario, y eso se refleja en las ganas que despliega con cada coreografía y cada partido.

EL GRAN OBJETIVO

Las porristas de los Hawks son muy populares en Atlanta y han colaborado con artistas de renombre como T.I. y Lil Wayne además de recibir elogios de algunas de las admiradoras más inesperadas, como las cantantes Ciara y Keri Hilson.

Sin embargo, todos los elogios no alcanzaran hasta que las Hawks no se tomen revancha en el "Torneo de las Porristas 2012-13".

Así es, las porristas de los 30 equipos compiten entre sí en un torneo a todo o nada idéntico a la postemporada de la NBA. Las bailarinas del Miami Heat son las campeonas defensoras, pero las porristas de los Hawks esperan destronarlas al igual que los basquetbolistas aspiran a bajar a LeBron y el Heat en la cancha.

"Somos mucho más que porristas a nivel individual. Cuando unimos nuestras fuerzas, somos todavía más poderosas como equipo", dijo Erica antes de una práctica.

La fe mueve montañas, y la consagración como equipo sería la frutilla del postre para un esfuerzo que va mucho más allá de un simple paso de baile. Sin embargo, todas ellas estuvieron de acuerdo en que tener o no tener un título no suplanta al privilegio de poder hacer lo que más les gusta.

De esa manera, no hay anillo ni competencia que suplante a la sonrisa de un niño bailando con ellas o la ovación de miles de personas tras una coreografía perfecta.

De esa manera, el sacrificio vale la pena.

^ Al Inicio ^