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¿Riquelme se volvió loco?

BUENOS AIRES -- El tema de los códigos, me parece excelente. El tema de la palabra que tanto pregona Román es para imitar. En eso todos estamos de acuerdo. Pero ¡en Boca hay que jugar!

Un jugador profesional a cambio de ponerse la azul y oro deja de lado todo. Ya lo decía Bilardo, "por la selección dejé a mi familia, me pelié con todos. Hoy muchos me odian, pero yo quería ser director técnico de Argentina". ¡Qué lindo! ¿No?

Román debería arriesgar, dejar de lado algunas imprecisiones y ponerse la azul y oro. Es lo mejor que puede pasarle a él y a Boca.

Esperemos que Román esté confundido, que recapacite. Nadie en el mundo puede tener más: jugar en Boca, ser dirigido por El Virrey y ser amado por medio país. ¿No es suficiente Román?

Esta mañana Riquelme dio la respuesta que nadie quiere escuchar. La tajante negativa salida de su boca debo confesar que me dolió un poco, pero más que dolerme, me dio mucha bronca.

¿Qué más se le puede ofrecer a un ídolo? Tal vez no sea cuestión de ofrecimientos, tal vez Román continúa vacío, no tiene la mejor de las relaciones con la dirigencia. Pero es cierto que el tiempo corre en su contra y yo quiero que se retire en Boca. Es un deseo que se extiende casi por todo el planeta futbolero.

Sin embargo, en estos tiempos vertiginosos, parece que no alcanza con el simple amor a la camiseta. Ni siquiera bajo circunstancias excelentes.

Imagino que mientras escribo este comentario, muchos jugadores sueñan con poder jugar en Boca aunque sea diez minutos. No es para todos, muchachos.

Boca, desafortunadamente, a pesar de ser un club popular, no es para cualquier jugador. Parece que ahora, tampoco es siquiera para monstruos como Riquelme.

¿Qué pasa realmente en todo este entuerto? ¿Por qué motivo, Román no quiere volver a jugar en Boca? ¿No puede existir un replanteamiento de las cosas, un sinceramiento por todos?

Lo cierto es que Riquelme ya no va a jugar en Boca. Pienso que no lo favorece el tiempo, si esta vez, no agarra viaje, se tendrá que retirar en otro equipo y con la peligrosidad de que sin tanta fama ni gloria.

Un crack entrado en años, más que beneficiar al club, lo hundiría en deudas. No sería justo. Esta es sin duda, la última oportunidad que tiene Román para jugar en Boca.

"El caso Riquelme", sirve para reflexionar sobre por qué los jugadores muchas veces no se ponen de acuerdo con los dirigentes. Este no rotundo de Riquelme debería enseñarnos los verdaderos valores del fútbol. Y no solo del fútbol , sino de la vida misma.

Aquel que no es capaz de correr la página, de corregirse con humildad; aquel que no es capaz de ver sus propios errores, ni de asumir que, a la larga, lo más importante no es como se sienta uno, sino su compromiso social, su compromiso deportivo, su compromiso como ciudadano.

En fin, no hay que echar más palabras sobre un tema terminado. De todas formas, quería escribir esto para que todos veamos la enseñanza que nos deja. El orgullo, ni el interés económico no nos lleva a ningún lado e incluso es peligroso y puede hacernos perder todo el afecto que cosechamos.

Suerte a Boca en este nuevo ciclo, unidos seguramente, volverán a escribir una bella historia en el deporte nacional.

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