Michelle Smith 10y

Diana Taurasi, símbolo de victoria

Cuando se ha ganado todo lo que hay para ganar en su deporte, tres títulos de la Asociación Nacional Atlética Universitaria (National Collegiate Athletic Association, NCAA), tres medallas de oro olímpicas, dos títulos de la Asociación Nacional de Baloncesto Femenino (Women's National Basketball Association, WNBA), ¿qué queda por lograr?

Diana Taurasi no tiene que pensar mucho para dar la respuesta.

"Todas las noches me quedo dormida pensando que no soy lo suficientemente buena", dijo Taurasi. "Lo digo en serio. No sé si eso es saludable o no. Pero realmente yo temo no ser lo suficientemente buena, y eso no me gusta".

Taurasi es una de las basquetbolistas más grandes que jamás haya pisado una cancha en el juego femenino. Con mucho camino todavía por delante, antes del fin de su carrera, su nombre ya pertenece a los anales del juego, y su posición en el Salón de la Fama está casi completamente asegurada.

Pero más allá de eso, ella es una figura singular en los deportes de mujeres, con su moño característico, un incesante contoneo y un carisma único en su clase.

"Pregunte a otras basquetbolistas con quién quieren jugar, a quién quieren ver, y le van a decir que Diana", dijo Ann Meyers-Drysdale, la ejecutiva del Phoenix Mercury, quien también es una leyenda en el juego femenino.

La niñez de Taurasi transcurrió en el suburbio de Los Ángeles llamado Chino, como la hija menor de Mario y Lillian Taurasi. Su padre nació en Italia y llegó a Argentina de muy niño. Su madre es oriunda de Argentina. Taurasi obtuvo el puesto n.º 3 entre las atletas hispanas más influyentes de todos los tiempos, en una encuesta realizada por espnW y ESPN Deportes.

"En casa, siempre se hablaba en español, en la familia. Durante mi infancia hablaba español probablemente el 95 por ciento del tiempo", dijo Taurasi. "Lo cual era totalmente diferente de todos aquellos con los que crecí. Desde la comida que comíamos, hasta los programas de televisión que veíamos. Comíamos a las 8 de la noche. La mayoría de familias cenaban a las 4:30".

Taurasi recuerda muy bien esas cenas; su familia reunida alrededor de la mesa todas las noches, independientemente de las circunstancias.

"No importaba si mi papá tenía que trabajar, o mi hermana había salido hasta las 7, o yo tenía práctica de baloncesto hasta las 8, siempre comíamos juntos", añadió Taurasi. "Creo que eso es una gran parte de la familia hispana, la cultura. Esa es la clave de nuestra existencia, realmente".

La otra clave de la existencia de Taurasi siempre ha sido el baloncesto.

Ha sido su primer amor desde que era niñita, nunca flaqueó, ya que se le nombró la Jugadora del Año Gatorade 2000 de las Escuelas Secundarias de California y se la envió a la Universidad de Connecticut, como una de las elegidas más aclamadas de la nación.

Llegó a Connecticut ya convertida en estrella. Todo lo que hizo allí fue satisfacer enormes expectativas.

"En la secundaria había algo en ella que independientemente de la cancha en que estuviera, o dónde, o contra quién jugara, era la mejor baloncestista en el campo", dijo el entrenador de Connecticut Geno Auriemma. "Eso hasta incluía a los hombres con quienes jugaba baloncesto informal".

Taurasi y su intrépido juego llevó el programa de Connecticut a un nivel diferente.

"Rebecca Lobo vino a Connecticut y lo convirtió en un programa nacional después de haber sido un programa regional", dijo Auriemma. "Y luego vino Diana e hizo que nuestro nombre se conociera en cualquier sitio".

Taurasi ganó tres títulos consecutivos de la NCAA en 2002, 2003 y 2004, al liderar algunos de los equipos femeninos de baloncesto universitario más grandes de la historia.

Luego de trasladarse a la WNBA, donde fue la opción n.º 1 en la selección de 2004, Taurasi se convirtió rápidamente en una de las baloncestistas más importantes de la liga.

Ganó dos títulos en Phoenix y lideró al Mercury a las eliminatorias cinco veces. Ha sido la Jugadora Más Valiosa (2009) de la liga y, en cinco oportunidades, su mejor anotadora.

Y es una de las compañeras de equipo más comprometidas, una superestrella que siempre desea fomentar una dinámica de grupo ganadora. Es mentora y líder y, a veces, solo otra jugadora en los vestuarios.

"Ella es la mejor compañera de equipo que jamás he tenido", dijo la defensa del Mercury y amiga íntima, Penny Taylor. "Es exigente, espera mucho de nuestro equipo, pero logra sacar lo mejor de todas".

Taurasi nunca quiso que persona alguna pudiera decir algo diferente sobre ella.

"Uno no quiere que la gente diga, 'Ella fue una verdadera molestia'. Nadie quiere que se le recuerde de esa manera", dijo Taurasi. "No solamente se trata de lo que uno hace aquí [en la cancha], sino de ir a cenar con alguien, de relacionarse con las personas, de preguntarles cómo les va la vida, cosas más allá del baloncesto. Si se puede ser una excelente compañera de equipo, se tiene una gran posibilidad de conformar un equipo excelente".

En muchas ocasiones Meyers-Drysdale ha visto a Taurasi dar crédito a sus compañeras de equipo a lo largo de los años.

"Diana es muy humilde y siempre les da crédito a sus compañeras de equipo", añadió Meyers-Drysdale. "Pero lo que la distingue de las otras grandes baloncestistas es que ella hace mejores a otras baloncestistas. Ella hace que las personas jueguen a su nivel".

Taurasi está entre las baloncestistas más intensas y apasionadas del juego. No hay medias tintas en su juego.

"Cuando cruza estas líneas, se entrega", dijo Meyers-Drysdale. "Se trata de jugar al nivel más alto posible".

Amber Cox, la gerente general del Mercury, ha estado con el equipo de Phoenix durante nueve de los 10 años que Taurasi ha estado con la franquicia.

"Creo que ella ama ganar, pero más odia perder", dijo Cox. "Eso es lo que la impulsa a perfeccionarse. La he observado durante estos años y su ética de trabajo no se compara con ninguna. Y trabaja más y más arduamente, cada año que pasa".

A los 31 años de edad, Taurasi está, según lo que se esperaría, en la parte final de su legendaria carrera. Pero su juego está en excelente forma. Ha tenido una de las temporadas estadísticas mejores de su carrera en 2013, con un promedio de 20.3 puntos, 6.2 asistencias y 4.2 rebotes por partido.

Su pasión por el juego no ha amainado, incluso cuando ha logrado casi todas las metas que su deporte tiene para ofrecer.

"Lo que he aprendido de otras grandes baloncestistas es que uno es lo que hace todos y cada uno de los días", agregó Taurasi. "Durante los últimos 18 años, lo que he hecho durante todos y cada uno de los días ha sido jugar baloncesto, pensar en baloncesto, pensar en cómo perfeccionarme.

"La gente dice, 'No quiero que se me conozca solamente como una jugadora de baloncesto'. Bueno, rayos, yo sí quiero. Quiero que se me conozca como la única jugadora de baloncesto".

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