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Pasión sin límites

CLEARWATER, Florida--En los Estados Unidos, solemos ser tan tontos.

¿No es posible que en ALGÚN MOMENTO nos despertemos para ver que hay todo un mundo más allá de nuestras propias narices, de nuestras ciudades, de nuestros agentes de aduana?

¿No es posible que en ALGÚN MOMENTO reconozcamos que hay eventos deportivos relevantes que no se llaman "Serie Mundial" o "Super Bowl" o "Copa Stanley"?

Bueno, me supongo que no. Lo siento. Pensé que de momento podía despertarle el sentido internacional en un breve momento de locura.

Pero por suerte, nuestra audiencia aquí en ESPNdeportes.com se extiende más allá de los pintorescos estadounidenses. Por suerte, no hace falta explicar la importancia del Clásico Mundial de Béisbol a los venezolanos, dominicanos, puertorriqueños y demás latinoamericanos.

Ellos lo entienden.

Ellos, de hecho, están más que INTERESADOS en el CMB. Están OBSESIONADOS.

Escucha al venezolano Carlos Guillén describir lo que ocurrirá en su país durante la primera ronda, cuando Venezuela juegue un partido de PRIMERA RONDA contra la República Dominicana en Lake Buena Vista, a unas 1,500 millas de Caracas:

"Habrá que cerrar las calles en Venezuela", dijo el torpedero de los Tigres de Detroit. "Pondrán los televisores donde sea para que todo el mundo pueda ver el juego. Harán fiestas. Puede que no vayan a trabajar, porque todos están hablando del Clásico Mundial de Béisbol."

¿Ya entienden?

"Es toque de queda", bromea el torpedero de los Devil Rays, Julio Lugo. "Cuando pongan béisbol, cuando pasen ese juego, va a ser toque de queda. Toda la República Dominicana va a estar viendo ese juego. Créeme que sí, que nadie va a hacer otra cosa. Haste el presidente va a estar viendo ese partido, te lo prometo."

En otras palaabras, si alguien estuviera interesado en invadir el país, pues, parece que la mejor hora sería el inicio del partido...

¡Oh sí! bromeó Lugo. "Si alguien lo tiene pensado, ésa es una buena hora."

Sin embargo, la verdadera invasión vendrá cuando menos lo esperemos. Y es una invasión de bates y pelotas, no de armas y generales."

Lo que está siendo invadido aquí es Estados Unidos, y su condición teórica de dueño del "pasatiempo nacional."

No estamos seguros de cuándo ocurrió esto exactamente--posiblemente cuando estaban ocupados viendo un juego de Boston-Yankees--pero simple y llamamente este deporte ya no es de los Estados Unidos.

Pertenece a América Latina.

Los latinos no son dueños del béisbol, ni lo dominan--todavía. No son más que los estadounidenses en Grandes Ligas--todavía.

Pero aman el juego más que nosotros. Sus hijos lo juegan más que los nuestros. Y podrían estar al punto de hacer un anuncio dramático.

Ese anuncio no llegará por ninguna nota de prensa tampoco. Pero podría ser en un terreno del Clásico Mundial de Béisbol.

"Para los latinoamericanos, este torneo puede ser una especia de declaración, una forma de verificar su lugar en este juego", dijo Sal Artiaga, consultor de MLB para América Latina y director de operaciones de América Latina para los Filis.

Aquí en los Estados Unidos, no hemos contemplado qué pensaremos o qué sentiremos si gana el torneo un país latino.

Claro está que no hemos pensado en qué pensaremos y qué sentiremos si Estados Unidos no llega lejos, o si los estadounidenses reciben una pela de un equipo como Venezuela, o hasta Cuba.

Pero los latinos sí lo han pensado. Oh sí, lo han pensado.

"Será como en los Juegos Olímpicos cuando un equipo de EE.UU va jugar, en básquetbol por ejemplo, y no gana", dijo Andrés Reiner, un titán del béisbol venezolano que trabaja ahora como asistente especial para operaciones de béisbol de los Devil Rays. "Ahí es cuando la gente se da cuenta de que en otros países la gente también sabe jugar. Lo mismo pasará en el béisbol."

Si pasa en la próxima semana, el próximo mes, nadie lo sabe. Por eso es que se juegan los partidos.

Pero la forma en que está construido todo, dos equipos latinoamericanos tienen casi asegurado su pase a las semifinales en San Diego.

Y a esa altura, ¿apostarías EN CONTRA DE un equipo venezolano que cuenta en el montículo con Johan Santana, Carlos Zambrano, Freddy García y Francisco Rodríguez? Apostarías EN CONTRA DE un poderoso plantel dominicano con Albert Pujols, David Ortiz, Miguel Tejada y Alfonso Soriano? No sería muy inteligente que digamos.

El término "juego de pelota" no será adecuado para describir lo que va a pasar en este evento. Estos juegos serán todo un acontecimiento cultural, donde le daremos un escenario a los mejores jugadores latinos de nuestros tiempos para demostrar lo que significa el béisbol para ellos, comparado con lo que significa para nosotros.

"Definitivamente, los nuestros juegan diferente", dijo Juan Samuel, quien será el coach de tercera de la selección dominicana. "Tenemos más estilo. A lo mejor lo disfrutamos más, porque es lo único que hacemos. Los muchachos en Estados Unidos juegan fútbol, hockey sobre hielo, golf. No ves a dominicanos en torneos de golf, ni a los dominicanos ganándose becas para jugar golf."

"En Venezuela, en Dominicana, en Colombia, en Panamá, les encanta. "Porque no tienen nada más que hacer. Todo el mundo o está jugando béisbol y tratando de hacerlo. Ves a los muchachos en la calle jugando con pelotas de papel , tratando de hacer pelotas de lo que sea para jugar en la calle. Allá, cierran las calles para jugar béisbol. Aquí no se ve eso."

Aquí, de hecho, apenas se ve un terreno de béisbol decente, dijo Rubén Amaro Sr., que ha pasado toda su vida en el béisbol como jugador, coach, esucha y mánager.

"Sabes, hace 45 años cuando yo jugaba, Estados Unidos era intocable", dijo Amaro, ahora instructor especial de los Filis. "Pero la gente realmente no se preocupaba por el juego en las escuelas. Cuando yo estaba de escucha (en los EE.UU.), siempre veía buenas canchas de baloncesto, y buenos estadios de fútbol americano. Pero las instalaciones de béisbol siempre estaban por debajo. Aún ahora, eso no ha cambiado."

Agréguenle todas las otras distracciones que han separado la juventud estadounidense del béisbol, y esencialmente hemos invitado al mundo para venir y tomar control del juego. Bueno, está ocurriendo eso.

Al final de la temporada pasada, el 42.6% de todos los jugadores de ligas menores eran nativos de países fuera de EE.UU. Casi el 80% de ese total venían de sólo dos países--Venezuela y República Dominicana--esos número van en aumento cada año.

Hace 30 años, dijo Amaro, si él hubiera dicho a un padre venezolano que su hijo podía ser jugador de béisbol, "se hubiera reído en mi cara." Ahora, esos padres le dicen, "Mi hijo tiene nueve años. Parece que va a ser pelotero profesional."

Entonces, vemos el futuro sin duda. Y ese futuro habla español.

Lo cual nos devuelve al Clásico, donde el futuro está por llegar. Listos o no.

¿No lo crees? Hay que ver la presencia de los dominicanos en este evento.

"Creo que hemos demostrado algo", dijo Lugo. "Tenemos muchas estrellas. Como el año pasado, tuvimos dos JMV (Pujols y A-Rod). Por poco tuvimos dos Novatos del Año (Willy Taveras y Robinson Canó terminaron en 2º lugar de cada liga). Creo que hemos llegado lejos."

Ha habido una gran ola de venezolanos ahora. Un venezolano (Ozzie Guilén) fue mánanger de los campeones. Otro (Bobby Abreu) fue campeón del Festival de Cuadrangulares el año pasado. Y Venezuela acaba de ganar su primera Serie del Caribe en 17 años, derrotando a R.D. con un rally de dos carreras en el noveno inning del partido decisivo.

Seguramente esos partidos de la Serie del Caribe significaron menos que el CMB, pero hay emoción en la voz de quien presenció esos partidos.

"Vi unas cosas en la Serie del Caribe...fue increíble", dijo Ramón Henderson, coach del bullpen de R.D. para el Clásico. "Está en nuestra sangre, la pasión por el juego."

Y cuando él describe dicha pasión, quiere decir no sólo la pasión que tienen los jugadores por el juego, sino también. los que VEN los partidos. Tal vez más. Es una constante por todo el mundo latino.

"Sentí más presión jugando en mi primer juego en Caracas (liga invernal) que en mi primer juego en Grandes Ligas", dijo Guillén. La gente allá es loca con el juego, más de más emoción. Caracas contra Magallanes allá es como Boston y Yankees aquí...tal vez mejor. Aquí, me siento más relajado. Ahí, si cometes un error, tal vez te tiren algo desde las gradas. Aquí, es distinto. Menos presión."

Entonces, si hay más presión en el BÉISBOL INVERNAL que en las Grandes Ligas, imagínense la presión del CMB. Cualquier jugador que se retire del evento puede ir de héroe a traidor en 30 segundos.

Y si no juega y pierde su equipo, uff.

"Se van a sentir mal en su corazón si pierde su país ante alguien con el que no deben perder", dijo Carlos Ledezma, el encargado del clubhouse para Venezuela. "Si pasa eso, hay que vivir con ese lamento."

"La gente lo tomará muy al pecho. Estará en la historia que perdieron porque les hacía falta un jardinero o un pitcher, o un bateador o un cerrador. El récord lo dirá."

El único venezolano prominente que se ha salido es Melvin Mora, quien estaba preocupado por tener que jugar como jardinero central en lugar de tercera base. Pero por suerte esos problemas fueron entendidos en América.

Pero en Venezuela, Mora ha sido tan bombardeado desde que hizo el anuncio, que inspiró a Magglio Ordonez (quien consideró salirse por no estar seguro de estar físicamente estable) a pedir su regreso al equipo.

¿Acaso necesitamos contrastar eso con el equipo americano, el que tiene jugadores en fuga por docena? ¿Acaso necesitamos deletrear el sentido de urgencia con el que todos los latinos jugarán estos partidos, en contraposición al mantra de Esperemos-que-no-nos-lesionamos del "orgullo" de América?

Demasiados jugadores americanos no entienden esto. Con lo que es entendible que aún menos fans del béisbol americano lo comprendan.

¿Pero los latinos? Para ellos, este puede ser su momento de milagro. Escúchenlos mientras sueñan en voz alta:

De Juan Samuel: "En Dominicana, la gente siempre habla acerca de cómo podríamos tener nuestra propia franquicia de ligas mayores. Así que creo que la gente está tomando esto como: 'Estamos para mostrarles que podemos'. Están pensando: 'Podríamos tener un mejor equipo que cualquier equipo de ligas mayores si tomáramos a todos los muchachos y los pusiéramos en el mismo equipo'".

De Ruben Amaro Sr.: "En Venezuela piensan que la gente está viendo a Dominicana como el productor número uno de jugadores de béisbol. Razón por la que tienen más ganas aún de demostrar y decir que fueron ellos los que ganaron la Serie del Caribe. La declaración es: 'Este es un paso que estamos tomando para que la gente sepa que somos los mejores'.

De Carlos Ledesma: "Para otros países, para otros jugadores, el dinero es muy importante y los contratos son muy importantes, y yo acepto eso. Lo respeto. Pero para este grupo de jugadores y entrenadores venezolanos, el orgullo es lo más importante. Estamos haciendo todo lo posible por mostrarles que estamos en el mapa".

Pero por más que quieran establecer su territorio en el mapa, muchos de estos hombres parecen entender que pueden hacer algo aún más importante.

Este evento, más que cualquier otra competencia de béisbol jamás puesta en escena, puede representar el momento en que los latinos dejen en claro a los americanos que el futuro-el futuro del béisbol-acaba de tocarles la puerta.

"Si Venezuela, Puerto Rico o la República Dominicana ganan, eso podría enviar un mensaje contundente a todo el mundo", dice Ramon Henderson. "Esta es nuestra oportunidad de decir, 'Oigan, podremos no tener la misma población-pero podemos ser igual de buenos que ustedes'".