<
>

Trío de Spurs, en la flor de la vida

SAN ANTONIO -- Fueron muchas las virtudes que mostraron San Antonio Spurs en la victoria del Juego 1 ante Miami Heat. Los alumnos de Gregg Popovich fueron mejores sencillamente porque el resultado final les hizo vencedores.

Aunque la salida de LeBron James a falta de cuatro minutos para el final ayudó a que los locales pusieran tierra de por medio en el resultado, la seriedad con la que afrontaron este partido marcado por el equilibrio les hizo garantes de un triunfo sin paliativos.

Los rostros y el humor del cuerpo técnico y los jugadores fueron los esperados en la jornada posterior. El viernes no hubo una sesión de práctica habitual. El esfuerzo que realizaron tras disputar el partido bajo condiciones de calor, calificadas como 'extremas' por varios protagonistas de la cita tan, solo dejó tiempo para la recuperación y la visualización del video del encuentro.

Tras la proyección, los jugadores salieron a la palestra ante los medios, con la lección aprendida, conscientes de que las 22 pérdidas de balón que cometieron podrían haber dejado el mundo de las anécdotas para haberse convertido en una realidad de fatal desenlace. Pero no fue así porque el buen hacer primó sobre las fallas.

"Mejor perder 22 pelotas y ganar, que perder, sino hoy hubiera sido un día muy duro de mirar ese video y pensar en los errores que cometimos. Como lo terminamos ganando termina siendo una anécdota y una cosa a mejorar. Creo que la mitad de esas pérdidas fueron no forzadas, fueron pérdidas muy banales y eso se puede mejorar. Vimos lo que hicimos bien y mal y cómo podemos evitar eso", afirmó Manu Ginóbili.

Al argentino le pareció que la ventaja final de 15 puntos sobre sus rivales fue excesiva para cómo fue la cita. Sin embargo, su rostro reflejó la satisfacción no sólo del triunfo, sino del gran papel que tuvo en el plano individual.

Ginóbili fue el catalizador inicial de los Spurs igual que Danny Green lo fue en el tramo final. Los tres primeros esféricos que llegaron a sus manos acabaron en triples convertidos, capaces de provocar un éxtasis permanente cada vez que intervino en el juego ante un graderío acalorado. Fue el tercer mejor anotador del encuentro con 16 puntos (50 por ciento en tiros de campo) en 32 minutos, y el máximo asistente de su equipo con 11 últimos pases.

PARKER: 'PARTIDO A PARTIDO'

Ginóbili tuvo el rol que 'Pop' espera de él como sexto hombre y fue la guinda a una gran actuación del trío de ases más longevo de la NBA. Tony Parker (19 puntos y ocho asistencias) superó sus problemas en el tobillo para canalizar los ataques de los Spurs con soltura, descaro y efectividad. Como casi siempre.

"Es importante que no nos saltemos pasos, debemos tomárnoslo partido a partido. Obviamente me lo tomo como si fuera el último, porque nunca sabes cuándo volverás a jugar. No hay que dar nada por hecho y hay que disfrutar el momento. Hicimos un buen trabajo ganando el primer partido y ahora debemos hacer lo mismo en el segundo", afirmó consciente de que ésta podría ser la última oportunidad para que el trío de ases de los Spurs se hagan con otro anillo.

Pero quedándonos en el presente, yendo partido a partido como sugiere Parker, en la vorágine de calidad, contestada por el Heat durante la mayor parte de la cita, también hizo acto de presencia Tim Duncan, el Peter Pan de la liga, el que nunca envejece y el que se erigió como el máximo anotador de su equipo durante el Juego 1, con 38 años de edad bien puestos. Gran parte de la culpa del dominio de los Spurs en la pintura tanto en ataque como en defensa (48-36) fue suya. El eterno Duncan fue fundamental al realizar los 10 lanzamientos que intentó (anotó nueve) en la zona.

"Es ahí donde creó las oportunidades. Tenemos muchos lanzadores y yo no voy a abrir espacios en la cancha en ese respecto. De vez en cuando consigo lanzamientos de 15 o 18 pies, pero mi rango más efectivo está en la pintura en este momento. Haré pick-and-roll, trataré de conseguir huecos abiertos y trataré de tomar ventaja de las rotaciones cuando haga falta", argumentó Duncan.

DUNCAN, A LA ALTURA DE LOS MEJORES

Con 21 puntos fue el máximo anotador de los Spurs y el segundo del encuentro después de LeBron. Estos números le colocan como el jugador más longevo en liderar las anotaciones de su equipo en unas Finales desde que Kareem Abdul-Jabbar hiciera lo propio en 1987 con 40 años de edad.

Duncan continúa colocando su básquetbol entre los mejores de la historia, a la altura de Wilt Chamberlain o Bill Russell, con al menos 20 puntos logrados con un 90 por ciento de efectividad y 10 rebotes en unas Finales. Según datos de ESPN Stats and Info, no se había dado esta circunstancia desde hace 42 años. Si Duncan logra otro doble-doble, empataría con Magic Johnson en el máximo de postemporadas (por ahora van 157 a 156).

Duncan tiene un hueco en la historia y lo que logró durante el Juego 1 no es más que la extensión de calidad de un futuro integrante del Salón de la Fama. Ése que combina calidad, humildad y saber estar, y que también es capaz de valorar las acciones de los actores secundarios (por denominarles de alguna manera) de los Spurs. Y es que no hay que olvidar que tanto Boris Diaw (10 rebotes) como Tiago Splitter (14 puntos, cuatro rebotes y dos bloqueos) también aportaron un grano de arena fundamental para gestar la victoria.

"Su talento es impresionante, sobre todo por su tamaño", declaró Duncan sobre Diaw. "Siempre jugó de esa manera. Creo que cuando llegó aquí era armador o escolta. Está siendo fundamental para nosotros y ha cambiado nuestro equipo", argumentó.

En cuanto a Splitter, sobraron las palabras de elogio tras el buen partido que firmó el jueves.

"Todos los hombres grandes jugaron muy bien. Llevamos a cabo nuestro plan de juego y estuvimos disponibles en la zona".

Las sensaciones tras el primer juego en el entorno de los Spurs son muy positivas y aunque vayan partido a partido, son conscientes de que éstas son más alentadoras que el año pasado. Bien es cierto que la confianza no puede superar los límites, y es que en las Finales anteriores también comenzaron ganando el primer encuentro.