LOS ÁNGELES.---
El futbol mexicano es un púber que contra Holanda pretende crecer a la mayoría de edad. A tener voz y voto en el panorama mundial.
Porque si bien el futbol mexicano (así sin acento en la "u" porque en México no decimos fútbol) ha tenido una evolución en mundiales lenta pero firme, el juego del domingo significa mucho más que un quinto partido (que por cierto ya se jugó en 1986, no veo por qué tanta obsesión con la palabra quinto), es el siguiente paso en el balompié azteca, el paso a la adultez, el paso a dejar de ser anécdota para ser referente.
La trascendencia se basa en el nombre y momento del rival: Holanda.
Van Gaal tiene un látigo naranja que ha azotado a sus rivales. Robben y Van Persie viven un estado de gracia y parece que no habría enemigo más fuerte para Miguel Herrera y los suyos.
Ahí está la relevancia, además de que se trata de Holanda, ni alguna generación espontánea de algún país que aparece de la nada. Es una escuela, una historia: un Peso Pesado.
Lo digo porque el Tri ha ganado 14 partidos en 84 años de camino mundialista, pero ninguno a una potencia real, ninguno a un equipo de gran nivel en instancia definitiva. No ha ganado a ningún equipo "de verdad", sea dicho con todo respeto por los 14 sinodales vencidos.
En este momento la foja de México en los 15 Copas del Mundo que ha participado, si se cuenta hasta el juego contra Croacia es de 14 victorias, 14 empates y 24 derrotas en 52 partidos.
Por cierto, nadie ha perdido tantos juegos en Mundiales como México.
Si repasamos los triunfos aztecas encontramos que el primero, quizás hasta ahora el más significativo por lo que fue después el rival, fue el 3-1 a Checoslovaquia en 1962.
Los checos terminaron el torneo en Chile como subcampeones y por ello parece la más relevante.
Luego se ha vencido a El Salvador (1970), Bélgica (1970 y 1986, esa sí en su momento una selección de respeto pero no una potencia), Irak (1986), Bulgaria (1986, equipo pre Stoitchkov, que ganarle es el único triunfo en fases de eliminación directa en Mundiales), Irlanda (1994), Corea del Sur (1998), Croacia (2002 y 2014, equipos con talento, pero que distaron mucho de ser estelares de esas Copas), Ecuador (2002), Irán (2006), Francia (2010) y Camerún (2014).
Un caso que podría tirar mi teoría es Francia, pero el Tri ganó, a toda ley sí, a una Francia dividida que fue al Mundial de Sudáfrica como una olla de grillos y ni siquiera avanzó a Octavos. Esos Bleus no eran ni la sombra de lo que fueron de la mano de Zidane, pero son el único campeón derrotado en la hoja de servicios del Tri.
Para mí está el asterisco, pero si se quiere contar con una victoria sobre un equipo de peso, su mérito se reduce al ser en etapa de grupos, y si no su mérito, al menos su trascendencia.
El asunto es que de los 14 partidos ganados sólo un fue en Octavos de Final, el resto en fase de grupos, pero 11 de ellos frente a equipos que no pasaron a segunda ronda y muchos de ellos miembros del club de los que nunca han trascendido.
Tan sólo Checoslovaquia de Masopust, Scherer y Masek fue un equipo de respeto, una potencia de su época... de eso ya 52 años.
La Bélgica de Pfaff, Scifo, Ceulemans y Gerets llegaron lejos, pero fue un equipo cenicienta no un protagonista regular de las Copas del Mundo.
Contra los grandes en Mundiales, el Tri no ha podido hacer mucho: Brasil (0 Ganados, 1 Empate, 3 Derrotas); Argentina (0-0-3), Alemania (0-1-2), Italia (0-2-1), Uruguay (0-1-1), España (0-0-1), Inglaterra (0-0-1) y Francia (1-1-2).
Holanda, que tiene 40 años como escuela y potencia mundial es el escalón a ese siguiente nivel, porque no sólo es avanzar a Cuartos de Final, sino que en este caso se combina con el "quién" que daría carácter de graduación al logro del futbol azteca.