Martín Urruty 10y

El más grande

SANTIAGO DEL ESTERO -- LeBron James, acaso el mejor basquetbolista del mundo, mide 2,03 metros. Luis Scola, el capitán del seleccionado argentino, 2,06. Dusan Borkovic podría jugar al básquet. Pero dice, pícaro, que "es un deporte para chicas". Y completa, punzante: "Los hombres de verdad corren en autos, donde está la adrenalina. Si a cualquier niño de cinco o seis años que esté jugando a lo que sea le ponés un karting adelante, deja lo que está haciendo y sale a andar en karting".

Borkovic tiene un raro récord: es el piloto más alto del mundo. El serbio de 29 años mide 2,07 metros, apenas seis centímetros menos que el legendario Vlade Divac, uno de los mejores basquetbolistas nacidos en la ex Yugoslavia que ha conocido la historia.

Borkovic debutó este año en el Mundial de Turismo, WTCC según la sigla en inglés. Es el campeonato en el que descolla el argentino José María López. Pero Dusan es el más grande. Su desarrollo físico, repasa, ocurrió "cuando tenía 15, 16 años. Hasta ahí corría en karting sin problemas".

Nunca le interesaron los monopostos de las fórmulas menores: "Los verdaderos autos de carrera son éstos, los de Turismo. Correr en WTCC era mi sueño y estoy cumpliéndolo, como el de competir al lado de (Sébastien) Loeb, mi ídolo desde cuando estaba en Rally Mundial".

Dusan corrió en trepadas y logró el título Europeo el año pasado, a la vez que concluyó tercero en el torneo Europeo de Turismo. La pasión por la velocidad le llegó como herencia natural: su padre, Jovan, fue dos veces campeón nacional de automovilismo en Yugoslavia.

Borkovic viaja a las carreras con Adrijana, su esposa y ocasional fotógrafa. Necesitó una autorización especial de la Federación Internacional del Automóvil para mover un poco hacia atrás la butaca del Chevrolet Cruze. Según las reglas, el asiento debe estar anclado en el mismo lugar que en el auto de calle. Pero aún cuando se habían hecho ajustes en la pedalera, su talla requería que corrieran la butaca unos centímetros hacia atrás para que manejara cómodo. "Al principio, estaba encorvado, incómodo. Luego me autorizaron a correr la butaca y puedo manejar sin inconvenientes. No tengo problemas para entrar y salir del coche", cuenta.

El inglés Justin Wilson, actualmente en IndyCar, fue el piloto más alto que llegó a participar en Fórmula Uno. Mide 1,92. Compitió en 2003, primero en Minardi y luego en Jaguar. Alex Würz, austríaco, 1,86 metro, corrió con Benetton, McLaren y Williams, y fue un eximio probador. El último piloto de gran talla que tuvo el Mundial fue Mark Webber, quien pasó por Minardi, Jaguar, Williams y Red Bull, se retiró a fin de año y ahora compite con Porsche en carreras de larga duración. El australiano mide 1,84 metro.

La inconveniencia de pilotos tan altos no se reduce únicamente a la dificultad para acomodarlos en el auto, dentro de la maraña de caños que forman la estructura de seguridad. La altura supone también mucho peso. Y aunque el peso mínimo de los coches tiene en cuenta al piloto, que el corredor aporte muchos kilos significa que hay una mayor masa estática en un lugar del vehículo y menos peso para distribuir en otras partes de la máquina.

"Yo pesaba 106 kilos -repasa Borkovic- y bajé a 95. Pero no puedo perder más porque si no me quedo sin fortaleza física. Pero ante otros pilotos, por ejemplo (Gabriele) Tarquini, tengo como 40 kilos de diferencia. Eso permite que su equipo distribuya mejor el peso". En la báscula, el Cruze del serbio da 1.144 kilos y más del 8% corresponde al piloto.

Borkovic casi no recuerda la guerra que a comienzos de los 90 terminó con Yugoslavia y separó inicialmente a Serbia y Croacia. "Era muy chico y aquello me pareció más una crisis, principalmente porque yo vivía en una zona un poco alejada del foco de mayor conflicto. Me acuerdo mucho más del bombardeo de la OTAN en 1999, cuando ya tenía 15 años. Eso fue realmente muy duro", repasa.

Los serbios, explica el piloto, son apasionados por el deporte pero reclaman éxitos permanentes. "Somos un país muy chico, casi que ni aparecemos en el mapa, con siete millones de habitantes pero que siguen muchísimo al deporte por televisión. A menudo la gente es muy exitista. Y no entiende que si estoy décimo en la clasificación de un Campeonato Mundial es muy bueno. Les pasa a todos, incluso a Novak (Djokovic, el número 1 del tenis). Si pierde un partido con Nadal, hay quienes piensan que al final no es tan bueno... Así somos", resume Borkovic, que hace tiempo llegó demasiado alto.

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