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El hombre indicado

Sergio Hernández volvió a ser designado como nuevo entrenador del seleccionado argentino de básquetbol. Su nombramiento no causa sorpresa, era la apuesta lógica, luego de que Julio Lamas decidiera cerrar su etapa al frente del equipo. Hernández era la mejor opción por varios motivos: su capacidad, la experiencia internacional y sus antecedentes eran lo más evidentes.

Sabe el entrenador, que en su etapa anterior, entre 2005 y 2010, alcanzó una medalla de bronce olímpica, un cuarto y un quinto puesto en Mundiales y un excelente récord de 45 victorias y sólo 15 derrotas, que este nuevo proceso se anuncia algo menos confortable.

Con un contrato de solo 20 meses, Hernández también percibe que este 2015 será clave, no tanto para su futuro, si no para el de la selección, que al fin de cuentas, es lo trascedente.

Le guste o no al entrenador, lo asuma públicamente o no, lo cierto es que deberá perseguir el gran objetivo de este año, la clasificación para los Juegos Olímpicos de 2016, al mismo tiempo que tendrá que administrar y construir un equipo con lo que va quedando del grupo de jugadores históricos y los nuevos valores que vienen surgiendo.

Antes de su designación Hernández analizaba la situación del seleccionado y entendía que había que profundizar definitivamente el recambio y consolidar el trabajo en la selección pensando en el futuro inmediato. Algo así como "hay vida después de la Generación Dorada, no nos quedamos anclados al recuerdo".

En el calendario 2015 se le presentan dos torneos importantes, cada uno con sus características, premios y castigos. Y para cada uno deberá ejecutar un plan particular, acorde a la exigencia. Es cierto que se trata de competencias continentales, cuyo nivel es menor a un Mundial, por ejemplo, pero igualmente habrá rivales complicados. Conviene detenerse en esos torneos.

Juegos Panamericanos en Toronto, Canadá. Se disputará del 21 al 25 de julio, fecha que se encima con las finales de la Liga Nacional. Se supone que el técnico apelará a una mayoría de jugadores de la competencia doméstica y habrá que ver qué sucede con los que actúan en España (termina a fin de junio) y Brasil (termina a inicios de junio), preferentemente. Sería ideal que Campazzo, Laprovittola, Mata y alguno más pudieran estar disponibles.

Aquí no importarán tanto los resultados, aunque una medalla panamericana, que no se consigue desde hace 20 años, no le vendría nada mal al plantel, en una etapa en la que se necesitarán alegrías que alienten a sostener el esfuerzo.

Argentina se probará ante todos rivales contra los que poco después luchará por la clasificación olímpica. En la primera etapa tendrá enfrente al local, Canadá, México, último campeón continental, y República Dominicana. Un grupo complicado, sin partidos fáciles.

Es este último el punto valioso para Argentina. Al tratarse de un torneo riguroso, será una excelente oportunidad para rodar a un plantel que no tiene una amplia experiencia en el ámbito internacional. Aunque acá la incógnita será saber si Hernández priorizará a los más jóvenes o si los mezclará con algunos más maduros.

Está claro que ninguno de los exponentes de la Generación Dorada estará en este torneo, pero para los que ya acumulan algunas experiencias como los propios Campazzo y Laprovittola u otros como Delia, Bortolín, Espinoza, Safar, Gallizzi, Orlietti, Brussino, Giorgetti, más alguno que puede debutar, como Garino, será una excelente vía para sumar roce internacional y demostrar cuál es su actualidad.

Torneo de las Américas (Preolímpico) en Monterrey, México. Será el torneo más trascendental, el que marcará el nivel de actividad del año próximo. Se jugará del 25 de agosto al 6 de septiembre y otorgará dos plazas para los Juegos de Río. Esto indica que Argentina deberá acceder a la final o subir podio, si Brasil alcanza la definición, para poder clasificar, en un evento con muchos pretendientes, entre los que se destacan Canadá, Puerto Rico, México, Dominicana y la crecida Venezuela.

Hay cosas que alivianaron el panorama: la ausencia de Estados Unidos, por ser campeón Mundial, que Brasil esté fuera de la competencia por las plazas olímpicas y hasta la decisión de la dirigencia mexicana de despedir al español Valdeolmillos y contratar a Bill Cartwright.

En caso de no conseguir una de las dos plazas directas, quedará otra instancia, que será conseguir el tercero, cuarto o quinto puesto (uno más si Brasil termina por delante) para acceder al Preolímpico Mundial, con países de los otros continentes y que se realizará poco antes de los Juegos Olímpicos y de donde saldrán los últimos tres participantes en Río de Janeiro.

El Torneo de las Américas será arduo, con 10 partidos en 12 días, para los que aspiren a la clasificación, que pondrán a prueba la calidad, pero también la resistencia física de los equipos.

Acá sí habrá que ver qué decisión toma Hernández en la conformación del plantel. Se descuenta que Scola, el líder, reafirmará su compromiso con el equipo, cuando ya tenga 35 años. Su presencia es insustituible y vital para mantener cualquier aspiración.

Pero es posible que si Ginóbili, que llegaría con 38 años al torneo, anuncia su presencia, modifique el panorama general y no sólo por su prestigiosa aportación. También, porque habría que esperar que Nocioni (35), Prigioni (38) y Gutiérrez (36), quienes en la cena posterior a la eliminación del Mundial ante Brasil les comunicaron a sus compañeros su retiro de la selección, revean esa postura y resuelvan ponerse a disposición del seleccionado.

¿Hará Hernández las gestiones de convencer a Ginóbili y compañía? ¿En caso de hacerlas, los podrá convencer? ¿Esperará a que ellos se pronuncien antes de anunciar la preselección? ¿Habrá lugar para todos los veteranos o se aumentará el cupo de los más jóvenes? ¿Con mayoría de jóvenes se podrá concretar el deseo de estar en los próximos Juegos Olímpicos?

Si la Confederación Argentina eligió al entrenador, que afrontará en breve una experiencia dirigiendo en Puerto Rico, es justamente, porque confía en su capacidad para administrar una situación delicada, en la que están envueltos el presente, pero también el futuro, de la selección argentina.