Rigo Cervantez 9y

El extremo del 'Pacto de Caballeros'

LOS ÁNGELES -- El futbol vive un momento de frenetismo, en un ambiente en que todo mundo, futbolistas, directivos, clubes y ligas, pretende correr más que el balón.

Es una situación en la que, por consecuencia, se cae en los extremos, como pudiera ser, por un lado, el nefasto "Pacto de Caballeros", que impera en el futbol mexicano, y que no es más que un vergonzoso sometimiento de los futbolistas, para encadenarlos a condiciones de servilismo y esclavitud.

En la otra esquina, se encuentra la libertad que los jugadores obtuvieran mediante el establecimiento de la Ley Bosman, hace ya casi 20 años, que ha permitido a los futbolistas con pasaporte europeo el poder emplearse en cualquier país de la Unión Europea, pero, más significativamente, esta ley concede al jugador la absoluta libertad para negociar con el equipo de su predilección, al finalizar un contrato.

La FIFA, que se viera obligada a adoptar la disposición impuesta por los tribunales, incluso, le otorga el derecho al futbolista que concluye su convenio en junio, con "x" Club, para que pueda, desde enero -- es decir, seis meses antes -- iniciar las negociaciones y adelantar su filiación con otra entidad.

Un ejemplo, es Sami Khedira, jugador alemán del Real Madrid, que termina su convenio el próximo verano con el equipo de Carlo Ancelotti, y desde hace tiempo, se viene especulando que va para el Bayern Munich, aunque, también se mencionan algunos clubes franceses, lo mismo que las instituciones más distinguidas de la Premier inglesa, como su próximo destino.

De igual forma, sea cual fuese el color de su nueva camiseta, Khedira es toda una ganga, porque se va del Real Madrid sin que nadie tenga que pagar un duro por su transferencia.

La 'casa blanca' ni siquiera tiene derecho a la cuota que establece el organismo rector del futbol, conocida como 'derecho de formación,' en esta clase de pases por la vía libre, porque el internacional alemán no es un producto de su cantera.

Hasta ahí vamos bien.

Por un lado vemos el denigrante yugo que se impone al futbolista mexicano, cortesía de lo que, personalmente, he dado en llamar el "Pacto de Bandoleros".

En el otro, la libertad conseguida por los jugadores a través de la Ley Bosman.

Sin embargo, el futbol deberá cuidar las formas en que los jugadores navegan por estas aguas, con la corriente totalmente a su favor, porque se está cayendo en los excesos y de la libertad, se está pasando al libertinaje.

Hay dos casos muy recientes, que sustentan esta teoría, y ambos involucran a la MLS.

Uno, es el del mediocampista Steven Gerrard, que a partir del próximo verano será jugador del Galaxy, pero que todavía sigue defendiendo los colores del Liverpool. Sin embargo, el equipo campeón de la liga estadounidense, ha anunciado que el internacional inglés, portará el número 8 en los dorsales y que su camiseta ya está a la venta.

Ciertamente, la Major League Soccer y el Galaxy, no están violentando la normatividad correspondiente en el tema de transferencias internacionales, pero pareciera poco ético, que cuando un futbolista sigue entregado a una causa, en este caso la del Liverpool, a disposición de un técnico, leal a sus compañeros, a la tribuna, comprometido en la defensa de una camiseta, ya se esté intentando lucrar con la devoción de otra afición.

Es muy parecido al caso de Erick 'El Cubo' Torres, quien este fin de semana estuvo en Houston, para prometer que repetirá las buenas actuaciones que tuviera en sus pasadas dos campañas en la MLS, ahora con el Dynamo, el equipo que, efectivamente, es dueño de su carta federativa, a donde llegará en el verano como Jugador Franquicia, pero que, en el presente, juega a préstamo con el Guadalajara, un equipo al que, por la situación por la que atraviesa, le vendrían muy bien algunos de esos goles que el ariete tapatío prometió en la 'Ciudad Espacial'.

No lo sé. Tal vez sea yo tan solo un romántico empedernido, chapado a la antigua. Un soñador que vive todavía en aquella época del futbol en que se podían ver a futbolistas defendiendo una sola camiseta, leales a un solo equipo, durante toda su carrera.

Son, definitivamente, ejemplares en peligro de extinción, por culpa de la voracidad, el mercantilismo, el consumismo, y la famosa globalización en que está inmerso el mundo del futbol.

Un ambiente en que la Ley Bosman y el "Pacto de Caballeros", se dan el quien vive.

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