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A vivir con ello

Si los Nacionales de Washington logran ganar la División Este de la Liga Nacional por un margen sustancial y pasan a la postemporada en octubre, habrá un lugar especial en sus corazones y sus mentes y los videos de recuerdos para la noche del 28 de abril en Atlanta.

Los Nacionales estaban en medio de una mala racha de seis derrotas y estaban atrás en el marcador 9-2 ante los Bravos cuando montaron un regreso que los rescató de su abismo de abril. El jonrón de tres carreras de Dan Uggla ante Jason Grilli les dio la victoria 13-12, y entonces procedieron a conseguir seis victorias en ocho juegos para colocarse a dos juegos de los .500.

El fatalismo que rodeó a los Nacionales en abril se ha disipado. El botón de reinicio ha sido apretado, y hasta la próxima crisis, todo está bien en el mundo.

"Yo no sé si le podemos llamar a eso una vuelta de hoja o un punto de cambio", dijo el cerrador Drew Storen. "No se puede dramatizar demasiado y asumir que todo estará bien y que solo tendremos que presentarnos al estadio para que las cosas nos salgan bien. Pero pienso que ese juego nos ayudó a crear una identidad para nosotros. Tenemos chicos nuevos aquí, y eso ayudó a crear una camaraderie. Le puedes poner el adjetivo que quieras. Pero fue una victoria que nos definió".

Nunca ha habido un deficit de psicoanálisis alrededor de los Nacionales, cuyos dos banderines, promedio de victorias de .576 y dos desastres en octubre desde 2012 han producido una identidad con la que no necesariamente están a gusto.

No es solo un producto de tener en el roster a magnetos publicitarios como Bryce Harper y Stephen Strasburg. Hasta que los Nacionales puedan tener su propio desfile de campeones - o por lo menos ganar una serie postemporada - ellos tendrán que vivir con el recuerdo de la Operación Apagar a Strasburg en 2012, o cuatro meses de juego poco inspirado y una temporada sin playoffs en 2013. La humillación final llegó en el otoño pasado, cuando el lanzador de San Francisco Tim Hudson cuestionó la hombría colectiva de los Nacionales antes que los Gigantes eliminaran a Washington en la serie divisional.

Les guste o no, esta es la narrativa que los Nacionales han cultivado y la carga que deben llevar consigo. Y a juzgar por las caras y respuestas entre algunos de los jugadores de Washington, ese es un tema que están cansados de tratar.

"Es el mismo asunto cada año", dijo el jardinero Jayson Werth. "Está el circo mediático que dice, 'Ustedes chicos están supuestos a ganar'. O, 'Ustedes chicos apestan'. Yo entiendo que la gente tiene que conseguir contenido, pero yo no voy a entrar en esa discusión.

"En septiembre, ¿de qué lado estarán los medios cuando nosotros ganemos 100 juegos? Es posible que nuestro historial indique que no somos el mejor equipo en abril, pero no creo que nadie sea juzgado por lo que haga en abril al final de la temporada. Me importa poco hablar de eso, escuchar de eso o leer de eso. Hasta que alguien me diga que me tengo que ir a casa, yo no me voy a ir a casa".

Algunos problemas iniciales

Algunos analistas proyectaban a los Nacionales como la mejor apuesta en MLB para llegar a 100 victorias desde los Filis del 2011 gracias a una rotación que incluye a Max Scherzer, Strasburg, Jordan Zimmermann, Gio González y Doug Fister, y ese grupo recientemente se ha embarcado en una mini racha que encaja bien con su perfil. Desde el juego del cuadrangular de Uggla, los cinco abridores de Washington tienen marca de 4-2 con efectividad de 1.90, 42 ponches y siete boletos en 42 2/3 entradas. Eso se llama dominio, pero en una muestra de prueba limitada.

Pero los Nacionales todavía están dos juegos por debajo de los .500 y tienen que lidiar con algunos obstáculos en su camino a la invencibilidad. Obviamente, el más grande es la salud. Anthony Rendón, quien lideró la LN con 111 anotadas y se ubicó quinto en las mayores con un WAR de 6.5 la pasada temporada, sigue en rehabilitación de una lesión de rodilla, y ahora su regreso se ha visto atrasado por una lastimadura en el oblícuo. Denard Span y Rendón se han combinado para 55 turnos esta temporada, y los Nacionales esperan que la ofensiva sea más productive y eficiente cuando esos dos se combinen en la parte superior de su alineación de bateo.

Sin embargo, algunas banderas tempranas de alerta sugieren que los Nacionales podrían no ser la apuesta segura para llegar al triple dígito en victorias que se suponía que fuesen.

• Los Nacionales se ubican en el puesto 26 entre los 30 equipos de MLB en carreras salvadas por la defensive con un menos-14, de acuerdo con Baseball Info Solutions, y ellos han permitido 25 carreras inmerecidas esta temporada, la mayor cantidad en las mayores. Y no les ayuda el hecho de que varios jugadores están fuera de sus posiciones normales. Ellos tienen a un campocorto natural (Yunel Escobar) jugando en la tercera base y un antesalista (Ryan Zimmerman) todavía acostumbrándose a la inicial. En adición, Harper se movió al jardín derecho y Werth se cambió del derecho al izquierdo. Y el torpedero Ian Desmond cometió ocho errores en sus primeros 12 juegos antes de comenzar a agarrarle el pulso a la posición.

• Washington se ubica sexto en la LN con 112 carreras anotadas, pero 34 de ellas vinieron en una serie de tres partidos la semana pasada. Los Nacionales tienen un total de tres bases robadas en 10 intentos esta temporada, y ellos tienen la segunda mayor cantidad de ponches en la LN detrás de la joven e impaciente alineación de los Cachorros de Chicago. Ellos tienen problemas de contacto, problemas para manufacturar carreras y asuntos con su bateo situacional - lo que se evidencia por su OPS de .681 con corredores en posición de anotar (el 10º en la liga).

Tyler Clippard se fue y la dinámica en la parte trasera del bullpen ha cambiado. Aunque Blake Treinen y Aaron Barrett tienen el repertorio para ser colaboradores de impacto en las entradas finales, ellos siguen siendo relativamente nuevos en situaciones de alto riesgo. Storen tiene que mejorar su efectividad de 8.44 en postemporada, y los Nacionales esperan al veterano Casey Janssen para traer estabilidad añadida al bullpen cuando vuelva de una lesión de hombro a finales de este mes.

"La única preocupación real que yo tendría sería la profundidad en general cuando miro a mi equipo en Doble A y Triple A", dijo un oficial de una oficina central de un equipo de la LN mediante correo electrónico. "Ellos están bastante delgados en muchas de las áreas. Fuera de eso, pienso que siguen con algunas interrogantes sobre si colectivamente tienen el instinto asesino como equipo [aunque ellos tienen muchos buenos peloteros].

"El bullpen no es profundo, pero ellos tienen suficiente calidad en el bullpen como para que siga siendo una Fortaleza. La ofensiva ha lucido mal, pero tienen tantos buenos bateadores que es difícil verlos sufriendo toda la temporada. Por lo demás, siguen siendo buenos. No creo que alguien espere que ellos sigan jugando por siempre como lo hicieron en abril. Quizás ellos no van a dominar el mundo, pero son un equipo bueno y completo".

Portando un "blanco"

¿Acaso el ser "bueno y completo" es suficiente para un equipo confrontado con las realidades economicas que tipicamente producen un sentido de urgencia? Desmond, Span, Zimmermann y Fister serán elegibles para la agencia libre en noviembre, y ellos están tratando de contribuir a la dinámica del equipo con el conocimiento de que sus números podrían conseguirles o costarles decenas de millones de dólares en el mercado abierto. Algunos jugadores manejan ese acto de malabarismos con mayor destreza que otros.

Las expectativas para el equipo pueden ser más o menos asfixiantes dependiendo de la atmósfera en el camerino. Algunos escuchas que tenían dudas sobre los Marineros de Seattle en los entrenamientos primaverales observaron que la vida le cambia a los equipos una vez que se supone que ellos sean buenos. En Washington, ellos han estado lidiando con ese escenario desde hace algún tiempo.

"Nosotros somos responsables de ello", dijo Desmond, "porque lo que hemos hecho en el pasado nos ha puesto en esta posición. Algunos equipos dicen, 'Nosotros somos los desfavorecidos'. Pero vamos - nadie quiere ser pasado por alto. Yo preferiría más estar en una posición donde la gente piensa que vamos a ser buenos en vez de malos. Las expectativas son buenas. Estas te retan y te empujan a ser mejor".

Las altas expectativas levantan además el perfil de un equipo. El coach de pitcheo de Washington Steve McCatty conoce por experiencia propia que las alineaciones contrarias suelen examinar los reportes de los escuchas más concienzudamente y se preparan más para medirse a una rotación de Washington que ha sido catalogada como potencialmente la mejor desde que Roy Halladay, Cliff Lee, Cole Hamels y Roy Oswalt conformaban un cuarteto en Filadelfia.

"Todo el mundo quiere jugar su mejor juego ante nosotros", dijo McCatty. "Se esfuerzan al máximo para vencernos. Recuerdo hace algunos años cuando jugamos contra Filadelfia. Nosotros sabíamos que ellos nos podían vencer, pero algunos chicos decían, 'Tenemos que esforzarnos', y seguimos haciéndolo. A los bateadores les gusta medirse a lanzadores de calidad porque es una prueba para ellos. Los chicos se esfuerzan un poco más contra Max o Stras o Jordan o Dougie y Gio. Estos chicos están jugando con un blanco en sus espaldas, pero nosotros no querríamos que fuese de otra manera".

Entre los problemas iniciales de los Nacionales, más de un escucha ha observado que ellos lucen rígidos o faltos de concentración y no lucen como que se están divirtiendo en el terreno. "Les falta algo'', dijo un evaluador de talento de la LN. El managerMatt Williams proyecta un aire de hiper intensidad en la banca. Pero Werth, veterano de 53 juegos en postemporada a lo largo de 12 series en octubre, insiste que las impresiones exteriores no reflejan la dinámica más relajada que existe en el camerino de Washington.

"Tenemos muchas cosas sucediendo a nivel interno y eso no se refleja en la parte exterior", dijo Werth. "He jugado con muchos buenos equipos, y la habilidad de sentirse suelto y divertirse y poder disfrutar de nuestro tiempo juntos es importante. Estábamos listos para perder siete juegos en fila y perdíamos 9-2, y en ningún momento en nuestro dugout se reflejó eso. Este equipo tiene algunos pequeños intangibles que otros equipos no tienen. El sentarse y lamentarse por las cosas negativas de abril es estúpido".

El cuadrangular de Uggla contra los Bravos ayudó a cambiar la narrativa temprana y los encaminó en una dirección más positiva. Y si los Nacionales llegan a los playoffs con 93 victorias en vez de 101, ¿realmente a alguien le va a importar?

En los próximos cinco meses, los Nacionales pueden esperar ser analizados, digeridos y disectados, alabados por su talento, criticados por sus errores y cuestionados por su resistencia y tenacidad. Este es un producto de su historia y sintomático de una vida como una de las potencias en el béisbol. Es mejor que se acostumbren a ello, les guste o no.