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TAMPA -- Los Chicago Blackhawks quieren convertirse en una dinastía mientras el Tampa Bay Lightning, uno de los equipos más jóvenes de la NHL, quiere comenzar a hacer su marca el miércoles en el comienzo de la serie final por el Stanley Cup.  
Una victoria de los Blackhawks, uno de los seis equipos originales de la liga, le daría a Chicago su tercer Stanley Cup en seis años y el Lightning va en busca de su primer campeonato en 19 años. Sin embargo, mientras los contrastes históricos permean en esta serie, lo cierto es que ambos equipos llegaron al baile final jugando un hockey rápido y anotando goles en ramilletes. Los Blackhawks, liderados por su capitán Jonathan Toews y los aleros Marion Hossa, Patrick Kane y Brandon Saad, llegan a la final tras una competida serie de campeonato de la Conferencia Oeste contra los Anaheim Ducks, una serie en la cual Chicago en momentos lució desorganizado contra el poderoso contragolpe de los Ducks. Pero, la velocidad de los Blackhawks probó ser demasiado para Anaheim en el Juego 7, cuando Chicago logró una ventaja temprana para hacerse con el título de conferencia.  Para el Lightning, el camino fue igualmente tormentoso, eliminando a tres de los llamados “Seis Originales” -- los Detroit Red Wings, los Montreal Canadiens y los New York Rangers -- para llegar a apenas la tercera serie de campeonato en la historia de la franquicia. Mientras muchos ojos están sobre el capitán de Tampa Bay, Steven Stamkos, lo cierto es que la ofensiva del Lightning ha estado apoyada por la línea atacante más productiva de la NHL con Tyler Johnson, Ondrej Palat y Nikita Kusherov, quienes se han combinado para 28 goles en 20 partidos esta postemporada. Conocida como la línea de los “triplets”, el trio ha logrado expandir la ofensiva de Tampa a dos líneas atacantes con la primera siendo compuesta por Stamkos, Alex Killorn y Valtteri Filppula, quien ha revivido su carrera en su segunda temporada con Tampa Bay tras jugar por siete años con Detroit.  El ataque rápido de los Blackhawks y del Lightniing obligará a que esta serie se decida en la línea defensiva y en los goalies, renglones en los cuales el Lightning tiene una leve ventaja sobre Chicago. Una de las razones del éxito del técnico de Tampa Bay, John Cooper, es la profundidad de sus defensas, ya que tiene a su aval varias opciones y combinaciones de jugadores experimentados que pueden ocupar y dominar la zona neutral. Victor Hedman y Andrej Sustr, dos jugadores grandes y rápidos, se han encargado de darle minutos productivos a Cooper, combinando para dos goles y 10 asistencias en lo que va de la postemporada. Ayudando a Hedman y Sustr están los experimentados Brian Boyle y Antawn Stralman -- quienes jugaron en la final del año pasado con los Rangers y firmaron en Tampa Bay como agentes libres – y Brenden Morrow al igual que Ryan Callahan. Para Chicago, la línea defensiva compuesta por Duncan Keith y Brent Seabrook ha sido igual de productiva, ha sido su constante, pero ambos han estado en el hielo por un promedio de sobre 31 minutos. Fuera de Keith y Seabrook, el técnico Joel Queenville no ha podido contar con mucho. Niklas Hjalmarsson y Johnny Oduya han contribuido con minutos, pero no con producción ofensiva. Aún así, Queenville se ha visto obligado a sobre utilizar a sus cuatro defensas principales dada la competitividad de la serie contra los Ducks, lo que ha dejado una interrogante sobre exactamente cuánto tiempo tendrán sobre el hielo al comienzo de la siere y se en efecto Queenville utilizará al trio suplente de Kyle Cumiskey, Kimmo Timonen y David Runblad. Como en toda serie de la NHL, mucho dependrá de lo que ocurra en el hielo azul en ambas porterías. Chicago ha gozado de juegos oportunos de Corey Crawford, quien entra a la serie con un porcentaje de salvados de .919 y limitando a la oposición a 2.56 goles en la temporada. Por el Lightning, Ben Bishop ha permitido 2.15 goles por juego con un porcentaje de .920 con tres blanqueadas en 20 partidos de los playoffs.
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