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Confianza extrema

BERLÍN (Enviado especial) -- Este sábado, Berlín vio su cotidiana serenidad perturbada por miles de hinchas que llegaron con un sueño concreto: ganar la Orejona en el estadio Olímpico. Por una vez, las calles de Mitte, Charlottenburg y Kreuzberg dejaron de lucir su paisaje habitual para vestirse con cuatro colores: grana, azul, blanco y negro. Y los visitantes exhiben diferentes estados de ánimo: los de Barcelona están muy confiados y piensan que esto es un trámite, mientras que los de Juventus están agazapados, tranquilos y expectantes. Entre esos sentimientos transcurren los momentos previos al gran partido.

Cerca de 20.000 aficionados llegaron desde Barcelona el mismo día de la gran final. Todos están seguros de que serán campeones. Todos. No hay ni un mínimo de incertidumbre en los hombres y mujeres que formarán la coreografía con el lema "Mes que un club" en las tribunas del Olímpico. Pocas veces se ve un triunfalismo semejante en la víspera de un encuentro como este y para muchos puede significar un mal augurio, pero los culés no se fijan en eso. Vinieron a buscar la Copa.

Las palabras es los hinchas son antónimos de las de sus jugadores. Cuando un futbolista dice "será un partido muy duro", un hincha responde: "es pan comido". Cuando uno dice "no hay favoritos", el otro afirma "ya somos campeones". La confianza extrema puede matar a un equipo, pero en una hinchada el efecto no es tan grave. Es cierto que uno puede imaginar una tristeza gigantesca si Barça pierde este partido, pero la próxima temporada volverán a alentar y el show continuará.

De todas maneras, cuando un seguidor están tan seguro del triunfo, todo puede terminar en fiesta o en desgracia deportiva. "Nunca estuvimos tan seguros de que seríamos campeones. La Orejona ya está en casa", afirma un catalán que viajó treinta horas por carretera para asistir al juego en Berlín. La mayoría de los testimonios tienen ese tono. Nadie dice que será complicado, o que primero hay que jugar el partido. Y, más raro todavía, nadie muestra nerviosismo.

Esa es la sensación más común en la antesala de una definición tan trascendente: los nervios. La tensión. Pero en los hinchas de Barcelona eso no existe. Está claro que el simpatizante en general siempre demuestra una confianza gigante en su equipo, no obstante, al mismo tiempo sufre por la incertidumbre del resultado. Hoy en la capital alemana esto cambió: de un lado de la tribuna hay sólo alegría, sin ningún tipo de inquietud.

En el camino al estadio se ven más barcelonistas que juventinos, pero al llegar al Olímpico la cosa se equipara. Muchas camisetas bianconeras pueblas las calles de los alrededores. El ánimo entre los italianos es de mucha más mesura, por supuesto. Aunque están convencidos de que pueden ser campeones, saben que la tarea de sus jugadores será muy dura y que, como dijo Buffon: "Barça es el favorito". De todos modos, se expresan con un canto: "Qué nos importa Leo Messi sin tenemos a Padoin".

Los organizadores tenían sus dudas acerca de la cantidad de hinchas que viajarían a Alemania debido a la crisis que se vive tanto en Italia como España. Sin embargo, el estadio lucirá repleto y muchos se quedarán sin poder ingresar. "I need tickets" es una de las frases que más se leen en los ingresos, porque muchos viajaron sin localidad y ahora se desesperan por una entrada. En este punto, Barça y Juve están parejos, porque simpatizantes de ambos llegaron sin ticket.

Si hay una diferencia que radica en la confianza de unos y otros, también hay varias similitudes. La principal es la capacidad de convivencia que tienen tanto aficionados culés como tifosi de la Vecchia Signora. Viajaron en los mismos metros y autobuses, compartieron cervezas y celebraron juntos el hecho de estar en una situación como esta. Incluso se pudo ver varias parejas mixtas caminando de la mano.

En pocas horas llegará el momento de jugar y se terminarán las conjeturas previas, que en el fútbol son tan inútiles como las estadísticas. El barcelonismo sabrá si la enorme confianza era justificada o si vivirá la derrota más inesperada de su historia. Mientras que Juventus podrá sufrir una caída lógica o celebrar una victoria increíble. Es el momento de vivirlo, lo que pasó antes no importa nada.