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No vale todo

VIÑA DEL MAR (Enviado especial) – Tardó, pero llegó. Se oficializó la suspensión de tres partidos para Gonzalo Jara que lo deja afuera de la Copa América 2015.

El debate comenzó apenas se conoció la provocación del defensor a Edinson Cavani, quien terminó expulsado por reaccionar en aquel Chile 1-0 Uruguay. Las posturas antagónicas se dividieron entre caratular el hecho como parte del folcklore o castigar en los escritorios lo que el árbitro Ricci no vio en el campo de juego.

Por suerte prevaleció la segunda opción. Cuesta entender que a esta altura todavía se convalide cualquier cosa en la regla no escrita del “queda todo en la cancha”.

El jugador del Mainz alemán traspasó los límites. Fue una conducta antideportiva que algunos intentaron acercar al fino límite de la “picardía”. No importa que existan antecedentes similares en otras partes del mundo. Tampoco influye la nacionalidad en la opinión vertida. Debería actuarse de igual forma con cualquier futbolista que actúe así.

No ayuda la postura de la Federación de Fútbol de Chile. Si bien “acata” el fallo, incluye un “pero”. Espera que se aplique “el mismo rigor” con los siete futbolistas uruguayos denunciados. Como si las situaciones fueran iguales, o como si no se entendiera el contexto de una mala reacción en la Celeste.

Nobleza obliga: en nosotros reinó el escepticismo cuando se le abrió un expediente disciplinario a Jara. El recuerdo de lo ocurrido en marzo de 2013 con el mismo futbolista chileno, que no fue castigado por tocarle los genitales al también uruguayo Luis Suárez, motivaba esa presunción.

Sin embargo, la Conmebol sorprendió. El ente que viene teniendo un gran protagonismo por sus fallos en el suspendido Boca-River de la Copa Libertadores y en el caso Neymar, actuó de oficio y marginó al jugador de 29 años.

Arrancará otra discusión. No es la intención de estas líneas evaluar si la sanción de tres partidos es leve o exagerada. Existe un Tribunal de Disciplina que tomó la denuncia, escuchó los alegatos y emitió un veredicto. Cuentan con la autoridad para hacerlo.

En realidad la experiencia tiene que servir para reflexionar sobre nosotros mismos. Para evaluar cuál es el límite. Para pensar por qué permitimos en el fútbol lo que no aceptamos en la vida. Para entender de una vez por todas que no vale todo.