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Keith Thurman: victoria con dudas

Luis Collazo tuvo su mejor asalto en el quinto giro, cuando puso en malas condiciones a Keith Thurman Brian Blanco/Getty Images

TAMPA -- El regreso de Keith Thurman a Tampa, tuvo el apoyo masivo de la fanaticada que llegó a honrar al que muchos, entre ellos el mismísimo Al Haymon, ya ven como el heredero de Floyd Mayweather en la elite mundial del boxeo. Y Thurman cumplió, termino con la mano en alto, sin embargo su victoria no fue fácil y su labor dejo más dudas que certezas sobre el verdadero límite de sus condiciones.

Su rival era el veterano Luis Collazo, un fajador que tuvo su gran momento hace diez años y que llegaba a esta pelea a disparar "la última bala" de sus posibilidades de lograr algo en este deporte y salio a pelear que si le fuera la vida en ello. Puso todo lo que tenía y lo que tenía puso en serios aprietos al favorito Keith Thurman.

Collazo lo persiguió por todo el cuadrilátero, asimilo sus golpes, lo castigó duro cada vez que pudo y a cada impacto de poder, era visible el rostro contraído de Thurman que estaba viendo una película del regreso, muy diferente a la que había imaginado.

El campeón solo dominó el combate en el primer asalto, a partir del segundo debió ceder la iniciativa y recurrir a su velocidad de piernas para eludir la furia agresiva de Collazo. Lo primero que supo Thurman fue que no podría pararse a intercambiar. Cuando lo hizo, en el centro del ring, llevó la peor y opto por hacer lo que mejor sabe hacer.

Moverse hacia los ángulos, golpear por encima o por debajo de la guardia con impactos cruzados o golpes curvos que siempre llegan al mentón enemigo y moverse, siempre moverse buscando eludir el acoso.

El momento de gloria para Collazo fue en el quinto asalto, cuando hizo ponerse de pie a la platea. Consiguió acertar con una izquierda violenta a las costillas de Thurman que se dobló, tomado por el dolo inocultable. Casi enseguida le llego otra mano, a la cabeza que lo dejo listo para el KO, el que no llegó simplemente porque sonó la campana salvadora.

El sexto y el séptimo asalto, fueron dignos de una pelea de título. Dos estilos diferentes entre hombres de guardias cruzadas , con un veterano persiguiendo y lanzando golpes de poder a donde fuera y un joven campeón apelando a sus piernas para escapar y a la velocidad para golpear y salir.

Al séptimo asalto llegamos sin tener una noción prematura de quien sería el vencedor,.Thurman sufría como nunca ante un rival complicado, agresivo, acosador, infatigable y que parecía resistir a todo.

Los años, sin embargo, a Collazo si le pasaron la cuenta. No es lo mismo los 36 de un fajador que los 36 de un técnico elusivo, especializado en no recibir golpes. Collazo ha golpeado y ha sido golpeado, con crueldad, con la peor de las violencias, la que sufren aquellos que no eluden el intercambio y se crecen en las peores circunstancias.

Solo ese cansancio y los golpes acumulados, fueron los que generaron el final abrupto y la victoria, a esa altura, inesperada del campeón.

Y muchas cosas ahora quedan en el tintero de las dudas. La primera es sobre el futuro de Thurman y lo que debe resolver en sus herramientas. Los problemas que padece ante acosadores, ante quienes le ponen presión o ante un zurdo que sabe moverse hacia el lado muerto de su arsenal. A Keith Thurman le aguardan pruebas muy duras en su futuro inmediato y los problemas que padeció hoy para vencer, al final son una buena noticia. En el futuro, para vencerlo, todos trataran de ser Collazo y eso será garantía de peleas emocionantes. Dignas de un verdadero campeón.