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Terminó la espera para César Cuenca

BUENOS AIRES -- César Cuenca se ha convertido en un personaje diferente para el boxeo argentino. Y a él le gusta que lo llamen así, “El Distinto”, pero por su estilo pugilístico, en donde hay que comprar una lupa enorme para encontrar un nocaut en su record profesional. Piernas muy veloces, gran capacidad defensiva, movimientos constantes, pero muy poca explosión: solamente 2 nocauts en 47 peleas realizadas, todas victorias. Sí, porque además, y a los 34 años, marcha invicto como profesional, desde que se inició como tal en 2002.

¿Y por qué recién ahora tiene su chance mundial? El, por supuesto, no encuentra demasiadas explicaciones. Se cansó de ser el retador oficial en varios rankings, incluyendo el de la WBO. Respuesta habitual: “No tiene estilo comercial, no da espectáculo, la televisión no lo quiere”.

“Yo no tengo la culpa, siento el boxeo a mi manera y en mi manera está divertirme, boxear, no pelear poniendo la cara. El día que me pusieron un rival difícil, le gané ampliamente, pero no me sirvió para nada”, afirma. Se refiere a Claudio “El Pumita” Olmedo, un peleador sanguíneo y potente.

No se sabe a quién se le ocurrió armar la pelea en la casa de Olmedo (General Villegas, provincia de Buenos Aires) pensando en que sería fácil para el dueño de casa, pero fue un grave error: Cuenca lo venció ampliamente, por puntos y hasta llegó a tenerlo sentido. Eso fue el 14 de julio de 2002, por el campeonato Latino de la WBO.

Sin embargo, la entidad nunca le dio una chance real. De hecho se habló de una pelea con Juan Manuel Márquez: “Lo admiro tanto que hasta lo llamé por teléfono para pedirle que aceptara la pelea –contó Cuenca-. Me atendió muy bien, todo un caballero, pero al final, vaya a saber uno por qué, eligieron a otro”.

Este sábado, la espera va a concluir para Cuenca. Sucede que, cuando Aníbal Miramontes –uno de los más importantes ejecutivos de la IBF- estuvo en Buenos Aires, accedió a la situación y le prometió hacer justicia. Así que se montó una pelea eliminatoria ante Albert Mensah, de Ghana: ganó Cuenca y, ahora sí, tendrá su oportunidad.

No será sencillo, porque peleará en China y con un chino. El referí será el filipino Danrex Tapdasan, mientras que los jurados serán: acompañado de la terna de jurados conformada por Ben Keilty (Australia), Ian Scott (Nueva Zelanda) y Mike Fitzgerald (Estados Unidos). La pelea llegará a la Argentina el sábado a las 10.50 de la mañana y luego será repetida a la medianoche.

Su rival, Ik Yang, tiene un record que habla de su potencia, ya que suma 14 nocauts en 19 peleas, todas ganadas, también invicto. ¿Ante quienes? No hay grandes nombres en este boxeador que tiene 30 años y que –obviamente- es importante para Bob Arum.

El promotor ya ha desembarcado hace tiempo en China. Arum, presidente de Top Rank, supo ver un negocio brillante y hasta ahora mal no le ha ido, más allá de que los chinos nunca se destacaron por producir grandes boxeadores. La experiencia es un factor positivo para Cuenca, que tiene prácticamente el doble de peleas efectuadas. Pero en el terreno de la potencia, Yang ha ganado casi todos sus combates antes del límite: el 70%; mientras que el chaqueño de Tres Isletas apenas obtuvo el 4% de sus triunfos por la vía categórica. La pregunta es cómo hará Yang para pegarle, y qué hará Cuenca para salir de su boxeo elegante, pero poco positivo.

Este sábado deberá pelear con todo en contra, pero como él mismo reconoce: “Si uno quiere ser campeón, tiene que ganar en cualquier parte”. Su manager y entrenador, Mario Tedesco va más allá todavía: “Lo acusaron siempre de no dar espectáculo, como si tuviera la culpa de que no es un noqueador. Bueno, yo les aseguro que ahora va a mostrar su boxeo mejor que nunca. Y que va a ser campeón del mundo…”

Cuando suene la campana en la Cotai Arena del Venetian Resort, una larga espera habrá terminado para “El Distinto”.