<
>

Boca y los locos bajitos

BUENOS AIRES -- Domingo de calor, de sol, de intensidades... Final de las vacaciones de los niños y todos a las calles, a disfrutar como si fuera la última vez, el día del fin de la libertad. Miles de niños en las calles, copando las librerías, las hamburgueserías, los cines, los teatros, las calles mismas sin más...

Me metí en un bar que estaba lleno de niños, niños gritando, atentos, prendidos al televisor mirando el partido de Boca Juniors. Pensé en irme a otro lado. El ruido que hacían era mucho y el televisor a todo volumen no me dejaba concentrarme en un estudio sobre el género policial que escribo hace días.

Me sorprendió mucho que los niños hablaban de los temas más dispares con total libertad. Escuché que, por ejemplo, hablaban de una película llamada La patota, que vi la semana pasada, una peli que no es tanto para niños. ¡Pero todos la habían visto! La película es muy buena y me sorprendió que los niños supieran de ella...

Decidí quedarme, me picó el bichito de la curiosidad. El bar es el que está ubicado en la esquina de Corrientes y Paraná. El televisor continuaba fuerte. Y los chicos comenzaron a hablar de las publicidades de las campañas políticas, decían las cosas más ingeniosas e interesantes sobre los políticos. Obviamente, no pienso repetirlas. En principio porque a mí, la política, no me interesa mucho, sobretodo porque no participo en nada. Si participara, mi interés sería otro...

¡Incluso hasta hablaban de lo que pasaba en Venezuela! Es increíble el nivel de información que tienen los chicos...

En fin, lo más interesante sucedió cuando se dignaron a mirar el partido en silencio. Cada tanto pintaba un comentario socarrón, pero muy acertado.

- Orion (por el arquero de Boca) es un negador compulsivo, dijo un niño pelirrojo con el delantal del colegio debajo del buzo.

Todos lo miraron como diciendo qué cornos está hablando este muchacho. Pero el pelirrojo continúo.

- Sí, no me miren como si estuviera borracho. Orion se niega al triunfo, se boicotea y a los delanteros prefiere negar, hacer como si no existieran y por eso los choca...

- No, no -intervino otro-, para mí que es demasiado bruto, nada más...

El árbitro luego de reflexionar un rato largo, decidió echar al arquero de Boca Juniors. Con razón. Pero los chicos, en el bar, se ofuscaron, gritaron en contra del árbitro.

- ¡Este es otro negador, pero de la realidad!, otro uno de los niños parafraseando a su compañero...

Boca cometía demasiados errores en defensa. El arquero reemplazante parecía no estar a la altura del partido, o estaba asustado o algo le pasaba.

- Ven, como la decisión de un árbitro cambia la historia de un partido.

- Pero, no. ¡El responsable es Orión que es un irresponsable, valga el oxímoron!, dijo otro.

- ¡No es un oximoron!

- Pero parece...

En fin, el bar estaba buenísimo, los niños eran geniales, pero decidí abstraerme, meterme en lo mío y dejar que Boca sea sacudido por su propio destino. Ni Tevez, ni el fantástico delantero flaquito del que no me acuerdo el nombre. ¡Calleri!, pudieron con Unión y sus propias fallas defensivas.