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River espera al Barcelona

BUENOS AIRES -- ¿Es posible imaginarnos un equipo argentino al estilo del Barcelona? ¿Un team cosechador de éxitos internacionales que continúe la línea ganadora del equipo de Guardiola? A veces, los argentinos tendemos a desvalorizar nuestro fútbol. River nos da la pauta de que soñar es posible.

Después de haber vencido a un duro equipo japonés como el Gamba Osaka, no es raro pensar que River va cuesta arriba y no tiene techo. ¡Cómo vamos a pensar en el techo si recién está comenzando a ganar todo! Y tiene para rato. De hecho, este mismo comentario se apreciará con mejor calidad cuando River le gane al Barsa en el Mundial de Clubes, dentro de cuatro meses. Falta, falta, pero ya verán.

Mientras soñamos, mientras estamos confiados en que River crecerá cada mes más y más de uno ya comienza a enumerar los días que faltan para que se cruce con su archirival, el equipo del Jugador del Pueblo.

Es obvio, un super jugador no puede contra un equipo, contra una forma de juego, contra una organización futbolística dentro de la cancha. ¡Y River es todo eso y más, en cambio Boca...! Mejor ni hablar...

Para disfrutar de este momento, hablamos con un tipo representativo del hincha de River, un señor de Quilmes que hace más de treinta años que es hincha fanático, lleva a la banda roja bien tatuada en el centro de su gran cuore. Es vendedor ambulante, tiene un ford Taunus pintado de rojo y blanco y por donde anda, le dice a la gente, “hágase hincha de River, no pierda el tiempo, muchacho”.

Me refiero al mejor vendedor ambulante del Sur, Cachito Roberto Carlos Vega, un clásico del mundo de la venta ambulante. Todas las mañanas vende medias y repasadores en el Cruce Varela, en la Terminal de Micros, que dicho sea de paso, es un espectáculo por lo limpia y nueva.

En fin, Cachito Vega ahí está todas las mañanas subiendo a los bondis y ofertando sus productos y hablando de River, hoy más que nunca y menos que mañana. ¡No es para menos, su equipo es campeón de América!

Las dos pasiones de Cachito, son Sandro y River Plate. Nunca salió de Quilmes, ni el Obelisco conoce, Cachito, pero desde su rincón maravilloso mira a River por televisión y representa a la gran mayoría de hinchas lejanos del centro, que aman a River. Hinchas silenciosos que piensan en River sin la necesidad asfixiante de tener que ir al estadio.

Cachito no tiene dinero suficiente para pagar una entrada, tomarse un remis al Monumental, caminar por las calles lujosas de Nuñez, pero su amor por su lejano club lo vuelve un personaje iconográfico.

- ¿Qué es un hincha Cachito?, le tiré al vuelo.

- Bueno, Cucu, ser hincha es ver los partidos desde la casa, disfrutar en paz, con la jermu al lado cebándote unos mates o haciendo unas pizzas espectaculares como las hace mi querida compañera Betty.

Y es verdad, qué buenas las pizzas que amasa la Betty, oriunda de Quilmes al igual que Cachito. Y esta familia riverplatense, como tantas miles a lo largo y ancho de nuestra patria, es la que mantiene a River bien alto, vuelven al equipo Millonario inmortal.

La prensa especializada por lo general no se fija. Pero es este amor de miles de personas lo que hace a River grande, más allá de la pelota. Son los miles de espíritus que llevan a River adentro y lo regresaron a la Primera División y ahora lo encumbran en lo más alto de América. Como un cóndor duro y negro, arriba de los nevados picos de la Cordillera.

River es un sentimiento y ese sentimiento de tantos hinchas como Cachito, lo definen como un verdadero campeón. No hay ningún misterio.