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Nueva ciudad, el mismo objetivo

Max Unger busca hacer una buena labor al lado del quarterback Drew Brees. AP Photo/Gerald Herbert

NEW ORLEANS -- El centro Max Unger estaba en San Francisco con su familia cuando recibió el llamado que cambiaría su futuro inmediato.

“Haz sido cambiado a los Saints”, dijo una voz del otro lado del teléfono.

Unger se quedó en silencio intentando digerir la sorpresiva noticia. Después de todo, Unger nació en Hawaii, jugó en la Universidad de Oregon donde conoció a su esposa y sólo representó a los Seattle Seahwaks en la NFL.

Hasta ahora.

“Si bien estaba sorprendido, es la naturaleza de este negocio”, declaró Unger, que en ese entonces esperaba a su primer hijo Cameron para el mes de mayo. “Pero después lo digerí y me puso feliz que otro equipo de la NFL quisiera mis servicios”.

“Me ayudó que mi esposa Leah se lo tomó de maravillas”, agregó Unger. “Es una santa y hasta emocionada estaba porque sólo había vivido en el pacífico norte de los Estados Unidos”.

Ahora, mientras se sigue adaptando a la vida de padre y explorando la ciudad, Unger también busca la química perfecta con Drew Brees.

“Sinceramente, yo lo escucho a él”, expresó Unger. “El intercambio centro-mariscal siempre toma un poco de tiempo, pero él tiene tanta experiencia que la transición ha sido fluida”.

Brees viene de tener probablemente su peor temporada como profesional, y las malas lenguas ya hablan de que su brazo no es el mismo de antes.

“No coincido para nada”, expresó sin vacilar Unger. “Está en una forma fenomenal, y el comando que tiene de la ofensiva es una cosa impresionante”.

Sin embargo, si leemos entre líneas de los movimientos realizados por los Saints, al menos un cambio de identidad parece estar en el horizonte para New Orleans.

No sólo lo digo por el cambio de Max Unger por Jimmy Graham, sino que además sumaron al corredor C.J. Spiller y le dieron una extensión de contrato a Mark Ingram.

Todas las señales apuntan a un equipo que pretende ser más físico y enfocarse más en el ataque terrestre luego de una temporada plagada de errores en la cual no clasificaron a los playoffs.

“Sean Payton no nos dijo nada al respeto”, explicó Unger. “Aquí podemos hacer varias cosas bien, y correr siempre te abre otras posibilidades como el play-action o el bootleg”.

Lo que sí es seguro es que bloquear para Drew Brees será muy diferente de lo que era bloquear para Russel Wilson, considerando la movilidad de uno y de otro.

“Es un estilo diferente”, dijo Unger. “Es difícil cuantificar la labor de un liniero ofensivo, se trata más de cohesión y unidad. Nuestras estadísticas principales son yardas por tierra y capturas permitidas. Pero al final del día bloquear es bloquear”.

Más allá del estilo que empleen a la ofensiva, el otro lado del balón tendrá que mejorar considerablemente si los Saints pretenden volver a ser relevantes.

La defensiva de New Orleans terminó ranqueada ante última en yardas permitidas (390.9) y a la vez le anotaron un promedio de siete puntos por partido más en comparación a la temporada del 2013.

En otras palabras, están yendo en la dirección equivocada, y como si fuera poco se vieron obligados a cortar a Junior Gallette producto del video que surgió del ahora ex jugador de los Saints golpeando a una mujer con un cinturón en la playa.

“Yo le he visto en buena forma en este inicio de campo de entrenamiento”, opinó Unger. “Realmente nos exigieron mucho”.

El aliciente para New Orleans es que ningún equipo de la NFC Sur terminó con récord de .500 o mejor, por lo cual volver a la cima tranquilamente podría estar en las cartas en una división en la cual ese salto se suele dar a menudo.

“La meta principal es ganar la división”, concluyó Unger. “El resto viene solo”.