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Esperanzas sin garantías

La estancia de David Price como miembro de la rotación de abridores de los Azulejos de Toronto se desarrollará en un contexto de urgencia. Tiene 11 o 12 apariciones en temporada regular para dejar una buena impresión con su nuevo equipo. Eso se traduce en más o menos 1,200 lanzamientos. Si logran llegar a octubre como tienen planificado, Price podrá contribuir con algunos cientos de lanzamientos adicionales antes de voltear su atención a la agencia libre y a su búsqueda de un contrato de nueve cifras este invierno.

En el interín, los conteos de pitcheos y los cálculos estadísticos no pueden mostrar con total exactitude el sentido de emoción que Price prove cada cinco días, o el mundo de promesas que su mera presencia presagia para octubre. Quizás Price deje su marca en el juego entre comodines, o en los playoffs de la Liga Americana ante lanzadores como Johnny Cueto o Dallas Keuchel. Si los Azulejos llegan a la Serie Mundial por primera vez desde 1993, Price podría chocar de frente contra Madison Bumgarner, Clayton Kershaw, Zack Greinke o lo mejor que tengan que ofrecer los Piratas, Cardenales, Mets, Nacionales o Cachorros en el escenario más grande de todos en octubre.

Price, quien anteriormente se relocalizó de Tampa Bay a Detroit en julio de 2014, está en modo de alquiler por segundo verano consecutive, y el proceso de darse a conocer va bastante bien, gracias. Desde su llegada a Toronto, Price se ha deleitado con un viaje a un establecimiento donde venden emparedados de carne y queso en Filadelfia, combatido contra sus nuevos compañeros en competencias de videojuegos en el camerino y logrado record de 2-0 con efectividad de 1.61 en tres aperturas. Price llegó a Toronto con record de por vida de 16-2 y efectividad de 2.41 ante los Azulejos, así que su dominio no ha sido tan sorpresivo para sus nuevos compañeros.

"Solo existen algunos jugadores allá afuera que pueden hacer eso - lanzadores abridores que pueden hacer la diferencia y que te pueden llevar lejos", dijo el manager de los Azulejos John Gibbons. "David es un tipo que en una noche cualquiera puede anular por completo a un equipo, y muy pocos jugadores pueden hacer eso.

"Los lanzadores como esos son intimidantes. Psicológicamente, ellos hacen algo para ti y algo al otro lado. Cuando un equipo llega a un partido a medirse a David Price, ellos no se sienten bien pore so. Ahora que lo hemos traido a nuestro lado, tenemos el tipo que le puede hacer eso a los otros equipos".

Rutinariamente los managers y los gerentes aluden a los beneficios que los ases proveen a sus equipos más allá de los números fríos. Los ases pueden detener las rachas perdedoras. Ellos le dan a los abridores detrás de ellos la libertad de tomarse un respiro profundo y entrar en un rol de menor perfil. Y ellos trabajan la suficiente cantidad de entradas para darle al bullpen una garantía virtual de tener poco trabajo cada cinco días.

La oleada residual de emoción y confianza en un camerino es difícil de medir, pero el gerente de los Azulejos Alex Anthopoulos recibió una visión de primera mano a medida que comenzaron a filtrarse detalles del cambio antes de la fecha límite de traspasos directos y los jugadores de Toronto comenzaron a enterarse de las buenas nuevas.

Durante la parte más alta de la locura por la noticia, el jardinero de los Azulejos José Bautista le envió un mensaje de texto a Anthopoulos y le preguntó si eran ciertos los reportes.

"Si", le contestó Anthopoulos, en forma casi descarada.

A lo que Bautista respondió, "Yes!!!!!!!!" (Le pueden quitar o poner algunos símbolos de exclamación.)

Impulsados por la llegada de Price y las otras adquisiciones en la fecha límite, Troy Tulowitzki, LaTroy Hawkins, Ben Revere y Mark Lowe, los Azulejos han jugado para 13-4 en agosto y están en control de su destino hacia octubre. De acuerdo con el Westgate Superbook, los Azulejos tienen posibilidades de 6-1 para ganar la Serie Mundial - colocándolos en un empate en el tercer puesto con los Dodgers entre los equipos de MLB detrás de Kansas City y San Luis.

El impulso a corto plazo derivado de la llegada de Price viene con costos potenciales a largo plazo. Los Azulejos enviaron a los lanzadores prospectos Daniel Norris, Matt Boyd y Jairo Labourt a Detroit en el cambio por Price. Entren en la ecuación el grupo adicional de jugadores que los Azulejos entregaron para poder adquirir a Tulowitzki y Hawkins de Colorado, y eso significa un gran golpe a un sistema de fincas que el analista de ESPN Keith Law catalogó como el 19º mejor en el béisbol a principios de año.

Pero Anthopoulos estaba completamente consciente de los riesgos antes de dar el paso.

"Uno tiene que entender que vas a tener que entregar buenos jugadores", dijo Anthopoulos. "No se supone que sean cambios de un solo lado. Todos sabemos lo que es David Price. Lo hemos visto por mucho tiempo. Con jugadores jóvenes y con prospectos, ellos tienen la habilidad de ser grandes, pero existe un riesgo con eso. Algunos pueden llegar a ser estrellas. Algunos no llegan. Algunos pueden tomarse más tiempo para llegar. Pero por eso es que se hacen los cambios, ¿cierto?"

Los beneficios y los riesgos de los "alquileres"

¿Valen lo que cuestan los lanzadores de alquiler en términos de prospectos que pueden estar bajo control del equipo por varias temporadas? Los cambios de Doyle Alexander por John Smoltz y Larry Andersen por Jeff Bagwell acentúan los riesgos de los equipos contendientes que buscan "ganarlo todo". Pero la historia proporciona un contexto más amplio para reflejar las decisiones difíciles que tienen que tomar los gerentes.

En julio, Jeff Sullivan de FanGraphs examinó la tasa de éxito de los equipos que han conseguido en cambio un "as" en medio de la temporada desde el inicio de la era de las Series Divisionales en 1995. Los resultados no fueron buenos, pero la mayoría de la gente de béisbol sostiene que es imperative para los equipos contendientes serios hacer por lo menos el esfuerzo. Busquen la lista de los ganadores de la Serie Mundial en años recientes, y el roster usualmente incluye un Bumgarner, Jon Lester, CC Sabathia o Cole Hamels. Si bien la presencia de un legítimo lanzador No. 1 en la rotación no es necesariamente una garantía de éxito, la falta de uno casi seguramente aumenta las probabilidades de una salida temprana.

"Tengo que creer que casi todos los equipos que han ganado tienen un as", dijo Gibbons. "Ellos quizás no lo adquirieron, sino que ya lo tenían desde antes".

A modo de ampliar la discusión, ESPN.com estableció un conjunto de criterios ligeramente diferente al de Sullivan para evaluar los beneficios para los equipos de Grandes Ligas que adquieren lanzadores abridores a mitad de una temporada. Desde 1995, un total de 27 lanzadores sobrepasó las siguientes (y muy modestas) barreras durante una temporada en la que fueron cambiados: Una ERA+ de 100, 150 entradas lanzadas, un FIP de 4.00 o mejor y por lo menos seis ponches por cada nueve entradas.

La mayoría de los lanzadores que encajan en esa descripción estaban a las puertas de la agencia libre y calificaban como "alquileres" clásicos. A algunos de ellos (Doug Fister de los Tigres de 2011 o Jeff Samardzija de los Atléticos de 2014) les quedaba tiempo adicional en sus contratos y un horizonte más largo para causar un impacto.

Algunos hallazgos:

• De los 27 lanzadores cambiados que cumplieron con los criterios de ESPN.com, 10 se unieron a equipos que fallaron en llegar a los playoffs. Cuatro equipos perdieron en el juego entre comodines; seis se eliminaron en la Serie Divisional; y tres perdieron en la Serie de Campeonato de Liga.

• Eso deja solamente a cuatro equipos que hicieron un cambio importante a mediados de temporada por un abridor y que llegaron a la Serie Mundial desde 1995. Los Filis de 2009 (Cliff Lee) y los Vigilantes de 2010 (Lee también) y los Tigres de 2012 (Aníbal Sánchez) perdieron en el Clásico de Otoño.

El único lanzador bajo los criterios de ESPN.com que cambió de equipo a mediados de temporada desde 1995 y que lanzó para un equipo que ganó la Serie Mundial: Edwin Jackson, quien tuvo marca de 5-2 con efectividad de 3.58 para San Luis en la fecta final en 2011.

Curt Schilling estuvo cerca. En julio de 2000, los Diamondbacks de Arizona enviaron a Vicente Padilla, Nelson Figueroa, Travis Lee y Omar Daal a los Filis de Filadelfia por Schilling, a quien le quedaba todavía un año de contrato. Los Diamondbacks no llegaron a los playoffs ese verano. Pero Schilling se mantuvo con el equipo para ayudar a traer un Campeonato a Phoenix en 2001, y luego firmó una extensión de $20 millones para quedarse en Arizona por dos temporadas más.

Freddy García también estuvo cerca. En junio de 2004, los Medias Blancas de Chicago cambiaron a Michael Morse, Miguel Olivo y Jeremy Reed a Seattle por García y Ben Davis. García tuvo marca de 9-4 con efectividad de 4.46 para un equipo de Chicago que se quedó corto en su meta de llegar a los playoffs en 2004. Pero firmó un contrato por tres temporadas y $27 millones para quedarse con los Medias Blancas en el invierno y ayudó a Chicago a ganar el campeonato en 2005.

• Dos lanzadores de alquiler sobresalen por encima del resto por su impacto. Randy Johnson tuvo marca de 10-1 con efectividad de 1.28 para Houston en el verano de 1998, y Sabathia tuvo record de 11-2 con efectividad de 1.65 en Milwaukee en 2008. Pero ambos equipos fueron eliminados en la Serie Divisional.

El paso del tiempo demuestra que se trata de un juego de azar el predecir cómo van a ser las carreras de los prospectos involucrados en estos acuerdos. ¿Quién habría pensado que Matt LaPorta estaría fuera del béisbol apenas cuatro años después de haber llegado a Cleveland desde Milwaukee como una de las piezas importantes en ese gran cambio por Sabathia, o que Michael Brantley -- el jugador a ser nombrado más tarde en el cambio - surgiría como un Todos Estrellas y candidato al JMV de la Liga Americana a los 27 años?

En última instancia, Carlos Carrasco ha lanzado de acuerdo a su potencial como prospecto en un cambio por lanzadores de alquiler. Patrick Corbin y Tyler Skaggs estaban en camino al estrellato antes de sufrir lesiones en el brazo que los forzaron a apretar el botón del "reinicio". Y Jacob Turner falló en lucir con Miami como parte del acuerdo por Sánchez con Detroit en 2012.

¿Acaso los Angelinos sienten grandes dolores de remordimiento por haber cambiado a Jean Segura, Johnny Hellweg y Ariel Peña a Milwaukee por Greinke, quien hizo 13 aperturas para un equipo de Los Angeles que terminó tercero en el Oeste de la Americana en 2012? La respuesta más probable es que no.

"Como jugadores, vivimos un poco más en el día a día que en el futuro", dijo el antesalista de Toronto Josh Donaldson. "Pero no creo que te debas quedar atrapado en cómo van a resultar los prospectos. En más de las veces, los prospectos terminan convirtiéndose en sospechosos. Y cuando tienes un equipo como el que tenemos este año acá en Toronto, tenemos jugadores en su mejor momento - y no puedes quedarte en tu mejor momento por siempre. Eso es ley de vida".

"Por todo" en Kansas City

El gerente de Kansas City Dayton Moore, quien trabaja en un mercado típicamente asociado más con recopilar prospectos que con descartarlos, hizo dos movidas arriesgadas por alquileres en la fecha límite - al adquirir a Ben Zobrist de Oakland y a Cueto de Cincinnati.

Ambos jugadores han dejado una gran impresión inicial con los Reales. Zobrist ha bateado .379 en sus primeros 18 juegos con Kansas City, y Cueto ha compilado marca de 2-1 con efectividad de 1.80 y ha puesto de moda los cabellos rasta en el centro del país.

Moore, quien salió de los lanzadores Brandon Finnegan y Sean Manaea en las dos transacciones en la fecha límite, entiende los riesgos de cambiar prospectos luego de haber sido cuestionado por su decisión de enviar a Wil Myers a Tampa Bay en una movida sorprendente en el invierno de 2012. Aunque James Shields ha disfrutado dos años productivos en Kansas City y Wade Davis ha surgido como uno de los relevistas más dominantes en el deporte, Myers se ha movido a San Diego y carga con la reputación de ser un jugador que no se puede mantener saludable.

"Si te enfocas en lo que estás entregando, te quedas paralizado y no haces cambios", dijo Moore. "Yo adoro a los prospectos, pero también sé que toma mucho tiempo y muchos turnos y entradas a nivel de Grandes Ligas para convertirse en un productor consistente. Clayton Kershaw fue un lanzador de .500 en los primeros tres años de su carrera. Miren los números de Tommy Glavine en el primer par de años de su carrera. Tenemos que depender de nuestro sistema de fincas para ayudarnos a ganar a nivel de Grandes Ligas, pero también para adquirir el talento mediante acuerdos que nos pongan en posición de ganar".

Como apunta Moore, los Reales mejoraron sus posibilidades de 2015 mientras se quedaron con jugadores como Miguel Almonte, Kyle Zimmer, Raúl Mondesí Jr., Bubba Starling y otras luces brillantes en su sistema de fincas. En vez de lamentarse por las salidas de Finnegan y Manaea, Moore ha emitido un reto a sus escuchas y su personal de desarrollo de jugadores para salir allá afuera y encontrar más talento joven para llenar esos huecos. Y él confía en que cumplirán con el reto.

Los Reales se quedaron a un juego de ganar la Serie Mundial el año pasado luego de una sequía de 29 años. Con un panorama tan optimista para repetir el viaje en esta temporada, Moore no podía soportar la idea de sentarse y quedarse igual solo para cubrir su trasero a largo plazo.

"Ningún líder exitoso que yo conozca y respete dice, 'Asegurémonos de que estemos en los .500 este año y en el transcurso de los próximos 10 años'", dijo Moore. "Somos competidores, y estamos enfocados en tratar de ganar un campeonato mundial cada día. Si nos sentábamos en nuestros traseros y no hacíamos nada en la fecha límite para mejorar nuestro equipo cuando teníamos la habilidad para hacerlo, eso no habría sido parte de mantener una cultura ganadora.

"Cuando trabajé en Atlanta, John Schuerholz siempre decía, 'Si este jugador conecta un hit para ayudarnos a llegar a los playoffs o ganar un juego de playoffs, o para llegar a la Serie Mundial o para ganar una Serie Mundial, entonces vale la pena'. Así fue como me criaron en este deporte".

Cuando Anthopoulos completó el cambio por Price el 30 de julio, vio despegar un equipo con mucho potencial. Los Azulejos tenían marca de 52-51, pero a solo dos juegos de Minnesota en la contienda por el comodín de la Liga Americana. Ellos tenían el mejor diferencial de carreras en la liga con más-103, y estaban estancados en gran parte gracias a su record de 10-22 en juegos decididos por una carrera. Pero más importante aún, el roster estaba relativamente saludable, y a los Azulejos les restaban 13 partidos contra los líderes divisionales Yankees para resolver el asunto en la recta final.

El pensamiento convencional sugiere que Anthopoulos estaba ultra motivado para ganar ahora debido al hecho de que los Azulejos no han llegado a la postemporada desde sus campeonatos consecutivos de Serie Mundial en 1992 y 1993. Pero en última instancia hizo estas transacciones con un sentido desprendido de ojos claros que hace que el peso de la historia sea menor.

"Yo no me preocupo de que hayan pasado 21 años [sin llegar a la postemporada]", dijo Anthopoulos. "Yo he estado aquí cinco años, y no puedo tomar decisiones basado en eso. En última instancia son los jugadores los que nos ponen en posición de hacer esto posible. Si yo no pensara que nuestro equipo fuese tan bueno, no lo hubiese hecho - incluso si hubiesen pasado 40 años".

Los miembros de la prensa y los tuiteros caseros tienen el lujo de la retrospectiva que les permite cuestionar los cambios que no terminen en un desfile de Campeonato. Pero los gerentes viven en un mundo diferente. Ellos tienen que balancear constantemente el presente con el futuro, y la prueba de fuego de "Serie Mundial o nada" no es realista, aunque solo sea porque la postemporada es como un guante en estos días.

Mientras el ganar siga siendo la meta, habrán lanzadores como David Price y Johnny Cueto en el mercado y ejecutivos que hagan su mejor esfuerzo por conseguirlos. Los riesgos a largo plazo son inevitables. El impulso a corto plazo en esperanza y entusiasmo es palpable. Es un compromiso que los gerentes - y los fanáticos hambrientos de campeonato - siempre estarán dispuestos a asumir.