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Konta, la chica de tapa en el US Open

Johanna Konta está en tercera ronda de un Grand Slam por primera vez Getty Images

NUEVA YORK (Enviado especial) -- Johanna Konta viene de dar el golpe ante Garbiñe Muguruza, suma 15 victorias en fila y se asoma por la parte baja del cuadro de la N°1 del mundo. ¿Será la encargada de frenar el Grand Slam de año? "No soy invencible. Tampoco soy Serena Williams", aclara. La británica, nacida en Australia y de padres húngaros, además, revela su clave del éxito.

¿Puede la vida deportiva de una tenista cambiar en unas horas? Claro. Exactamente en tres horas y 23 minutos. Eso fue lo que duró el partido en la cancha 17 que significó récord histórico como el encuentro más largo entre mujeres en el US Open. Konta (97ª), quien se irá de Nueva York como N°1 de su país por primera vez, se impuso a Muguruza por 7-6 (4), 6-7 (4) y 6-2 y alcanzó su decimoquinto triunfo en fila, la mejor marca para una británica en este milenio.

Las buenas sensaciones de Konta en cancha, vale decir, no comenzaron entonces en este jueves. Se remontan a los ITF de Granby y Vancouver, con un par de títulos, para luego dar paso a Flushing Meadows, donde se anotó con tres triunfos en la clasificación y dos más en el cuadro principal para estar por primera vez en su carrera -en su octavo intento- en tercera ronda de un Grand Slam.

La historia, obviamente, se remonta unos meses más atrás. Konta, con la intención de darle un giro a su carrera, cambió de coach y sumó a su equipo al español Esteban Carril. Lejos de ser egoísta entendió las dificultades familiares de su entrenador y gran parte de sus días de práctica son en Gijón. Su buena voluntad tuvo recompensa. Al estar en Asturias comenzó a trabajar desde fines de 2014 en la parte psicológica con Juan Coto, un amigo de Carril.

"Estoy contenta cómo manejo mis cosas, más ahora que antes. No basta con hacer clic. Lo más importante es ser capaz de relajarse. No se trata de la liberación de la tensión, sino de la gestión de la misma", explica en conferencia una Konta mucho más espiritual. "Ahora destaco mi fortaleza mental, porque el nivel de tenis va y viene. Hemos estado haciendo un gran trabajo en la parte psicológica. Me ayudó a tener las cosas en perspectivas. En este mundo es muy fácil perderse", agrega.

Para Konta, además, mucho tuvo que ver la confianza en sí por ya haber derrotado hace unos meses a Muguruza en Eastbournde, donde también había vencido a la Top 10 Ekaterina Makarova. Justamente en esa ciudad británica hizo base Johanna desde hace ya una década. Antes, como los casos de Laura Robson, Aljaz Bedene y, yéndose más atrás, Greg Rusedski, dejó su natal Australia y guardó el pasaporte húngaro, país en el que nacieron sus padres, para convertirse en una británica más desde 2012.

"Estaba buscando un lugar para hacer base en Europa o Estados Unidos sólo para estar en el medio del mundo y yo me siento británica porque he vivido ahí desde los 14 años. Todos mis amigos y mi historia con el tenis es de ahí", explicaba Konta a días de hacer su debut en Wimbledon en 2012 ya con su nuevo pasaporte.

La cabeza de la N°97 del mundo, es cierto, está bien lejos de eso en este momento. Su próximo paso, ante la alemana Andrea Petkovic. Y quién sabe hasta dónde puede estirar su racha. "Todos quieren ganar. Cada día es un partido nuevo y un nuevo rival. Yo confío en mí, no en cuantos encuentros he ganado. Obviamente estoy feliz, pero tarde o temprano voy a perder. No soy invencible. No soy Serena Williams", apostilló la británica.

¿Seguirá siendo sorpresa y será la encargada de poner fin al Grand Slam de año de la norteamericana? Por lo pronto, ambas deberían llegar hasta semifinales. Queda mucho por recorrer, pero en Konta lo que sobra es confianza y fortaleza mental.