Jayson Stark 9y

Toronto añadió a Tulo, Price y 'un aura' en la fecha límite de cambios

Solía pensar que la fecha límite de cambios directos estaba sobrevalorada. Después llegaron los Azulejos de Toronto del 2015.

Lo que pensábamos de los Azulejos antes del 29 de julio, el día en el que Troy Tulowitzki cruzó la aduana, aparentemente es tan irrelevante ahora como lo que solíamos pensar de Duke antes de que el "Coach K" llegara al bellísimo centro de Durham, Carolina del Norte.

Simplemente consideremos por un segundo lo que ha sucedido en Toronto desde el momento en el que los Azulejos escribieron el nombre de Tulowitzki en la tarjeta de su alineación, el pasado 29 de julio:

• En los 32 juegos desde el debut de Tulo, registraron un récord de 26-6. Así es, 26 victorias y 6 derrotas. ¿Y cuántas veces antes de eso, en la historia de la franquicia, habían registrado 26-6 en cualquier racha de 32 juegos de cualquier temporada? La respuesta es nunca. Por supuesto.

• Han anotado la descabellada cantidad de 200 carreras en esos 32 juegos. Esa es la cifra más alta en el béisbol. Y han permitido solo 97 carreras. El menor número en el béisbol. Bien, eso parece adecuado.

• Así que, si están haciendo las matemáticas en casa, saben que eso se traduce en un diferencial de carreras de +103. +103, en poco más de un mes. Por un equipo que ha registrado un diferencial de carreras de +103 únicamente una vez en una temporada completa desde el célebre jonrón de Joe Carter en 1993. (En el 2008, cuando los Azulejos terminaron +104.) Una locura.

"Pareciera que cuando Tulo apareció", dijo el director general, Alex Anthopoulos, "se activó un interruptor que energizó a todos".

Pero, por supuesto, Tulo fue tan solo la primera de varias negociaciones que Anthopoulos realizó antes del plazo límite. David Price, Mark Lowe y Ben Revere fueron los siguientes. LaTroy Hawkins era parte del paquete de Tulowitzki. E independientemente de lo que cada uno de ellos haya traído a la pista de baile, el ritmo del equipo no ha sido el mismo desde entonces.

"Si vemos el equipo de antes, contábamos con algunos jugadores estrellas", dijo el manager, John Gibbons. "Me refiero a [Josh] Donaldson, [José] Bautista, [Edwin] Encarnación. Teníamos a algunos de los mejores beisbolistas, pero no lográbamos tener buenos resultados de forma regular. Pero después llegaron Price y Tulo, y los muchachos ahora dicen: 'Vaya'. Para empezar, no éramos un equipo fácil de vencer. Pero ahora Tulo forma parte de la alineación, y Price está en el montículo, y ¡caray! Son muchos jugadores Todos Estrellas".

Y, tal vez lo hayan notado: contar con muchos jugadores Todos Estrellas siempre ayuda. Estoy seguro de que Miller Huggins lo entendió primero. ¿Pero estamos seguros de que esto es lo único que nos ha enseñado la bonanza de la fecha límite de cambios de los Azulejos? Yo no.

Este equipo parece ser prueba evidente de que lo que sucede en la fecha límite puede en ocasiones resultar más poderoso que los nombres que se agregan a la tarjeta de la alineación o los huecos que se cubren.

También entra en juego la psicología. Las emociones también intervienen. Participan fuerzas energizantes, que pueden encender a los jugadores, los fans e incluso una franquicia entera. Y parece ser uno de esos casos en los que la combinación de todos estos elementos ha elevado el nivel de juego de un equipo que de por sí, ya contaba con los nombres, las estrellas, el nivel de talento y el diferencial de carreras para tratar de alcanzar la grandeza.

No es necesario que nos tomen la palabra. Escuchen cómo uno de los jugadores (y personalidades) más importantes del equipo, José Bautista, describe la transformación de los Azulejos desde la fecha límite, y vean qué opinan.

Los acuerdos a los que llegó la directiva no solo elevaron el nivel de talento y la confianza de los Azulejos, dijo Bautista. También elevaron las "expectativas".

"La determinación es evidente cuando cruzamos esas puertas y nos subimos al autobús", dijo. "Se puede distinguir un tipo de aura, un mayor sentimiento de responsabilidad. ¿Tiene sentido?"

A lo largo de los años, he platicado con cientos de beisbolistas sobre sus equipos. Debo admitir que nunca he escuchado a ninguno de ellos hablar sobre el "aura" del equipo o el "sentimiento de responsabilidad". Mucho menos en la misma oración.

Con "aura", Bautista quiere decir que los Azulejos están jugando ahora como un equipo que se cree capaz de aplastar a sus contrincantes todas las noches. Lo hemos notado.

Pero ¿"sentimiento de responsabilidad"? Con eso quiere decir que, después de esos acuerdos increíblemente importantes, este es un club que siente que debe estar a la altura de las expectativas. Y repito, ese no es un concepto que los peloteros mencionen a menudo. De hecho, nunca.

Cuando se le pregunta de dónde surgen esos sentimientos, Bautista se ríe.

"No lo sé", dijo. "Nunca lo he experimentado. Nunca he formado parte de un grupo que haya experimentado una mejora tan significativa a la mitad de la temporada, y la actitud de todos ha cambiado a raíz de ello. Nunca me había tocado vivirlo. He visto cambios en el sentido contrario, donde nos deshacemos de jugadores y sucede lo opuesto en el club. ... ¿Pero esta situación? Nunca antes".

Y así, si los acuerdos de media temporada en verdad tienen el potencial de elevar o disminuir la actitud, las expectativas y (qué más da) el aura de un equipo, en virtud de lo que se hace o no se hace, entonces ¿significa que realmente hay una dimensión adicional a la fecha límite que raramente tomamos en cuenta? ¿La psicología que conlleva? ¿La emoción?

"No estoy diciendo que ustedes [la gente de los medios] se excedan al hablar de la fecha límite y no se centre en esta cuestión", dijo Bautista. "Únicamente pienso que este es uno de los aspectos subyacentes que la gente no pone en primer plano. Básicamente, cómo afecta el estado psíquico de un equipo. Y marca una diferencia".

Está bien, ahora es cuando reconocemos que seguramente hay muchas mentes sabermétricas que están riéndose a carcajadas en este momento. Que piensan que este tipo de teorías son absurdas y comiquísimas.

El talento gana. Punto. Ese es su argumento. Todo lo demás -- aura, estado psíquico, expectativas o cualquier otro disparate intangible -- son solo tonterías de los periodistas deportivos. O psicología barata. O teorías absurdas de gente como nosotros, que buscamos una buena historia. Eso es lo que les dirían.

Pero ¿es cierto? ¿Eso es todo lo que es? ¿O hemos descubierto algo? ¿Ha descubierto algo José Bautista?

Es una pregunta espinosa. Tan complicada que incluso el gerente general que completó estos acuerdos no sabe qué responder.

Hace tres o cuatro años, cuando apenas comenzaba su carrera como gerente general, "estaba más enfocado en la producción", admitió Anthopoulos. Pero después comenzó a observar algo. No todos los jugadores que compraba parecían encajar. Sus equipos más talentosos no siempre jugaban de la forma en la que estaba planeado.

"Así que probablemente haya encontrado un punto medio entre la producción y la adaptación", dijo. "Pero sigo sintiendo que, si un jugador no es productivo, su adaptación no tiene importancia".

Ahora, es imposible argumentar lo contrario. Un gran tipo que batea .112 es un jugador malo, sin importar cuántos jugadores quieran ir a cenar con él. No obstante, si no han notado el tipo de jugadores que Anthopoulos ha seguido últimamente, no han estado prestando atención.

Josh Donaldson ... Russell Martin ... Troy Tulowitzki ... David Price.

Líderes ... trabajadores ... ganadores.

¿Realmente creen que sea coincidencia que estos hombres forman parte de los Azulejos ahora? Si lo creen, ¿puedo convencerlos de que es una coincidencia que todas las mañanas vean el mismo cuerpo celestre brillante saliendo por el Este?

"Cuando veo ese equipo", comentó un veterano escucha, "se percibe una mayor ética en el trabajo. Y un propósito".

Y cuando Anthopoulos observa a Tulowitzki y Price, y lo que han aportado a un equipo que tenía un atractivo diferencial de carreras de +84 antes de su llegada, nunca hubiera ignorado el hecho de que "estos tipos son grandes jugadores y no podemos olvidarlo". Pero también le impresionaron las palabras del forjador de equipos más experimentado de su ciudad: el nuevo gerente general de los Maple Leafs, Lou Lamoriello.

Durante la rueda de prensa de su presentación como gerente general, Lamoriello pronunció estas palabras: "Un equipo es como una orquesta". Su punto era que todos los instrumentos deben fusionarse unos con otros. Y después de escucharlo y reflexionar, Anthopolous determinó: "Tiene razón".

"¿Cuánto importa? Dudo que alguien sepa la respuesta", dijo Anthopolous. "¿Es el uno por ciento? ¿Veinte por ciento? ¿Treinta por ciento? No lo sé. Pero no podemos ignorarlo".

Y hay algo sobre el efecto que Tulowitzki ha tenido sobre los Azulejos que el gerente general no puede ignorar, a pesar de las inesperadamente flojas estadísticas del nuevo parador en corto: .242/.336/.387.

"El bateo es lo último que me preocupa", dijo Anthopoulos. "Estamos hablando de uno de los mejores paradores en corto ofensivos en mucho tiempo. Y su defensa ha sido increíble. Y la forma en la que se prepara. ... No toma nada a la ligera. Todo es importante para él. Su atención al detalle. Su ética de trabajo. No lo digo esto con frecuencia, pero es un gran ejemplo de profesionalismo. Derek Jeter es su ídolo. Tal vez eso tenga que ver".

Después de ocho temporadas como la cara de la franquicia de Colorado, Tulowitzki aún tiene dificultades para acostumbrarse a que lo hayan cambiado y a todo lo que esto conlleva. Y admite abiertamente: "No he jugado a mi mejor nivel".

"Pero no me estoy enfocando en [mis propias cifras]", dijo. "Somos un equipo ganador desde que llegué. Y sé la clase de jugador que soy, y que puedo llegar a ser. Así que no me preocupa eso. Estoy enfocándome en ganar juegos. Eso es lo que importa".

Sin embargo, si tratamos de analizar su impacto enfocándonos únicamente en unos cuantos números de su hoja de estadísticas, nos estaríamos perdiendo de algo. De entrada, la defensa. Su predecesor, José Reyes, le costó a los Azulejos nueve carreras en 69 juegos como parador en corto esta temporada, según Fangraphs. Tulo ya les ha salvado seis carreras en sus primeros 29 juegos en el campo corto. Pues ahí lo tienen.

Después, está el obvio efecto dominó sobre el resto de la alineación. Los primeros cuatro bateadores en el orden de bateo han promediado .308, con 38 jonrones y 118 carreras empujadas, en 493 turnos al bate desde la llegada de Tulo. Existen 17 equipos completos que no han bateado 38 jonrones en ese tiempo.

En algunas ocasiones Tulowitzki bateó primero, en otras, bateó en quinto lugar. Sin embargo, su fuerza (10 hits de extrabase), disciplina en el plato (14 bases por bola) y presencia, han hecho que la explosión ofensiva del equipo desde su llegada, no parezca ser una simple casualidad.

"Es un estabilizador", dijo Gibbons. "Y una vez que se calienta, hay que tener cuidado".

Encarnación ha bateado .389/.451/.863 durante la época de Tulo y "parece estar revitalizado", dijo Anthopoulos. Bautista lleva 10 jonrones y un OPS de .932, y "anda con paso decidido", dijo el gerente general. Donaldson encabeza la carrera por el JMV de la Liga Americana, al registrar .360/.435/.760, con 12 jonrones y 43 carreras impulsadas, desde la llegada de Tulowitzki. Y en el otro extremo del parque, Price, Hawkins y Lowe han cambiado la faz del cuerpo de lanzadores, que registra un 2.67 de ERA, a partir del primer comienzo de Price.

"Sabes, estos tipos eran buenos antes de que llegáramos", dijo Hawkins, quien terminó con un ERA de 0.79 en sus primeros 12 juegos como Azulejo. "No debemos perder de vista esto. Mantuvieron una racha ganadora de 11 juegos [en junio] sin nosotros. Pero sentimos como si nosotros fuéramos las piezas faltantes".

Bueno, por si sirve de algo, las tropas a las que se acaban de incorporar están totalmente de acuerdo.

"Lo he comparado con estar en medio de la guerra", dijo Bautista. "Estás en las trincheras. Te quedan pocas municiones. Y lo que sucede después, es que llega una caja y un paracaídas, y está llena de balas. O es como recibir una dosis de complejo B a la mitad de un maratón, ese golpe de energía, que te permite terminar con fuerza. Así que defendería a nuestros directivos ante cualquiera que diga que no nos han dado justo lo que necesitamos. Tenemos lo necesario para ganar".

Les han dado las piezas. Les han dado a los líderes. Les han dado la materia de la que están hechas las auras. Les han dado un grupo de fans electrificados, que cargan de energía el estadio noche tras noche. Así que para los hombres que visten este uniforme, la misión no puede ser más clara, gracias a una de las fechas límites de intercambio más productivas de todos los tiempos.

"Ahora", dice José Bautista, "depende de nosotros".

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