<
>

Bronko Nagurski convirtió a los Bears en potencia de la década de los '30s

'The Bronk' era una presencia física imponente en la incipiente National Football League. AP Photo

La redacción de ESPN.com.mx eligió a los jugadores más representativos para cada número de jersey, desde el 99 hasta el 1, para dar a conocer sus semblanzas a modo de conteo regresivo hasta el arranque de la temporada regular del 2015. Aquí puedes consultar la lista completa.

MÉXICO -- Por sí sólo, el nombre evoca una época en que los cascos eran del mismo material que los balones, los jugadores delataban narices chuecas y dientes rotos, y todos estaban obligados a saber bloquear, taclear y correr por igual.

Bronko Nagurski.

En la década de los '30s, el fútbol americano era mucho más salvaje de lo que nos parece ahora. Con 6 pies y 2 pulgadas de estatura, y 230 libras, Nagurski hubiera sido una presencia imponente en la liga contemporánea, pero en su época, era un gigante.

Nagurski nació en Ontario, Canadá, en 1908, y a cuando tenía cinco años de edad, su familia se mudó a Minnesota, donde eventualmente cumplió tareas en el campo que fueron conformando un físico imponente.

Nagurski asistió a la Universidad de Minnesota, donde se convirtió en All-American como fullback, pero también como tackle.

"Ese chico pudo haber sido All-American en las 11 posiciones", dijo alguna vez el Dr. Clarence Spears, su entrenador en jefe en Minnesota.

En 1930, Nagurski fue firmado por los Chicago Bears, e inmediatamente conformó junto a Red Grange el mejor backfield de su era. Con Nagurski como fullback, los Bears ganaron los títulos de la NFL en 1932 y 1933, y cayeron en las finales de 1934 y 1937.

Las leyendas y anécdotas acerca de su juego son innumerables.

"Había escuchado mucho acerca de él, pero pensaba que la mayor parte eran exageraciones", dijo alguna vez Johnny Dell Isola, un ex apoyador de los New York Giants. "Estábamos en los Polo Grounds cuando lo enfrenté por primera vez. Era primero y 10 y le entregaron el balón a Nagurski por el centro. Bueno, se abrió un hueco enorme y vi a Nagurski de frente. Bajé la cabeza y ataqué el hueco. Chocamos en la línea de golpeo y el golpe pudo escucharse en todo el Polo Grounds. Tenía mis brazos alrededor de sus piernas y había encajado mi hombro en él. Fue la tacleada más dura que jamás hice, pero la hice, y me dije a mí mismo, 'Bueno, supongo que eso te enseñará, Nagurski'. Luego, mientras me estaba levantando, escuché al réferi decir, 'Segunda y 2'".

Para Clark Hinkle, el legendario fullback y apoyador de los Green Bay Packers, miembro del Salón de la Fama, Nagurski estaba en otro nivel.

"Probablemente el mejor jugador al que jamás enfrenté", reconoció Hinkle.

Quizás la mejor historia acerca de Nagurski fue una que ocurrió durante su temporada de novato frente a los Washington Redskins jugando en Wrigley Field, donde el final de zona de anotación estaba pegada a las tribunas.

"Nagurski atravesó a dos defensivos como si fueran puertas de cantina, y siguió de frente hacia las diagonales", recordó el mítico entrenador en jefe de los Bears, George Halas. "Con la cabeza todavía agachada, Nagurski chocó a toda velocidad contra la pared de ladrillos del outfield allá en Wrigley Field. Cayó, luego se levantó y salió trotando del campo. Mientras se acercaba a mí, meneaba la cabeza y dijo, 'Ese último sí me dio un buen golpe, coach'".

Nagurski hacía más que sólo bloquear y atropellar a los rivales cuando acarreaba el balón. También era un pasador más que decente. Su pase de anotación para Grange en 1932 contra los Portsmouth Spartans le dio la victoria a Chicago en el primer juego de postemporada de la historia, asegurando el título de la liga. Al año siguiente, lanzó dos pases de touchdown más en el Juego de Campeonato de la NFL frente a los Giants.

En la época de Nagurski, un pase lanzado hacia el frente sólo era legal cuando se lanzaba mínimo 5 yardas atrás de la línea de golpeo. Nagurski popularizó una jugada donde amagaba con correr el balón por el centro, antes de detenerse y saltar hacia atrás, lanzado mientras se encontraba en el aire. La reacción del público en los estadios fue tan positiva hacia la finta de Nagurski, que se cambió la regla para permitir que un pase fuera lanzado hacia adelante desde cualquier punto atrás de la línea de golpeo.

De 1930 a 1937, 'The Bronk' fue elegido en cuatro ocasiones al equipo All-Pro de la liga. Pero para 1938, Nagurski pidió a Halas un aumento de salario de 6,500 dólares, el cuál le fue negado. A sus 29 años de edad, Nagurski optó por el retiro de la NFL e incursionó en el mundo de la lucha libre profesional. En el cuadrilátero, Nagurski obtuvo el título mundial de la National Wrestling Association en 1939, y lo recuperó en 1941 tras haberlo perdido unos meses antes.

Cuando las plantillas de la NFL quedaron diezmadas debido a la Segunda Guerra Mundial, Nagurski regresó a los Bears para una temporada final, en 1943. Pese a que jugó sobre todo del lado defensivo, Nagurski anotó el touchdown de la ventaja definitiva frente a los Redskins en el Juego de Campeonato de la liga, ganado por Chicago con marcador de 41-21.

En total, los Bears se coronaron tres veces con Nagurski en la plantilla. Su N° 3 fue retirado por Chicago, lo mismo que su N° 72 en la Universidad de Minnesota. En 1963, 'The Bronk' fue uno de 17 miembros de la clase inaugural del Salón de la Fama.

Desde 1993, el Touchdown Club de Charlotte presenta el Bronko Nagurski Trophy al mejor jugador defensivo de la nación, mientras que el Bronko Nagurski Award es entregado por la Universidad de Minnesota anualmente a su jugador más valioso.

El paso de las décadas ha borrado algunas de las anécdotas alrededor del mítico fullback, pero el nombre de Bronko Nagurski sigue siendo sinónimo de un fútbol americano más duro, más violento, pero al mismo tiempo más puro de una época pasada.