BUENOS AIRES --Con su polifuncionalidad a la hora de jugar de centro, fullback o wing, Francisco Cuneo fue uno de los puntos claves del título de Hindú en el 2014. Sin embargo y luego de dos años en el conjunto de Don Torcuato, el rosarino se volvió a sus pagos y retomó a su club de toda la vida: Old Resian.
A pesar de no poder ir a La Plata para ver a sus ex compañeros celebrar el bicampeonato por tener un casamiento en Córdoba, el hombre que este año representó al seleccionado argentino en seven negoció con su novia la ceremonia en la iglesia por ser al mismo horario de la final, se alegró por televisión y fue directamente a la fiesta para seguir festejando. “Sólo el que juega ahí sabe el plus que se crea en el club a la hora de jugar las finales”, le dijo a Scrum.
-Organizaste todo para no perderte el partido…
-El partido no me lo quería perder por ningún motivo. No pude estar presente en La Plata por un casamiento pero negocie con mi novia algunas cosas. A la iglesia la mande a ella sola por ser al mismo horario de la final y yo fui directamente a la fiesta.
-¿Cómo se vive a la distancia?
- Nervioso y tranquilo. Hindú no sufre los recambios porque el plan de juego está por encima de los jugadores. Es la manera que se vive ahí y por eso siempre el objetivo es pelear cada torneo que se juegue.
-¿Cuál es la fórmula para no cansarse de ganar?
- Hindú genera locura. Sólo el que juega ahí sabe el plus que se crea en el club a la hora de jugar las finales. Más allá del convencimiento en el plan de juego, todos se sienten como una familia. A mí me invitaron a ser parte de todo, fui un privilegiado y estoy muy agradecido. El plantel y el cuerpo técnico son unos fenómenos y se merecen todo lo bueno que les pasa. Extraño mucho cada momento que viví ahí pero quiero que sepan que a la distancia siempre los voy a estar apoyando.