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BUENOS AIRES -- Cuando finalizó el partido de la Selección Colombia contra Perú, quedó una sensación de incomodidad a pesar de la victoria. El equipo no había jugado bien y se encontró con una victoria gracias a algunas buenas acciones individuales. Al término del juego frente a Uruguay, esa incomodidad se transformó en preocupación, porque la Tricolor jugó aún peor y se llevó una goleada en contra a la que no está acostumbrada. El saldo de esta primera doble jornada de Eliminatorias es negativo por unas cuantas razones. A pesar de que la cosecha de puntos no es mala en comparación con otros Seleccionados (Argentina y Brasil, por ejemplo), lo que preocupa es el rendimiento colectivo. El equipo nunca encontró respuestas y, salvo algunos momentos del encuentro en Barranquilla, no pudo imponer condiciones. Algunos dirán que este grupo de futbolistas llegó a su techo en la Copa del Mundo de Brasil y será difícil que vuelvan a mostrar ese nivel, pero desde este espacio no se afirmará semejante cosa. José Pekerman tiene la capacidad para recuperar el juego y volver a enfocar a la Selección. Lo primero que se debe hacer es dejar atrás el Mundial. Todo lo bueno que se hizo en Brasil ya es parte de la historiay es el momento de comenzar una nueva etapa. Algunos jugadores parecen dormidos en los laureles y no pudieron volver a rendir como antes de Brasil 2014. Eso resiente la estructura colectiva, que hoy es lo que falla. Colombia no tiene juego asociado y tampoco defiende con criterio. Los mismos errores de la Copa América se vieron en las Eliminatorias. Sin James Rodríguez, se debe encontrar un enganche que se haga cargo del equipo. Edwin Cardona jugó bien contra Perú, pero lo hizo más como mediapunta. En el juego ante Uruguay sí intentó jugar un poco más retrasado, pero demostró que le cuesta tomar esa responsabilidad. De hecho, cuando Colombia no tenía la pelota, formaba una linea de tres con Sánchez y Guarín, con Cuadrado más arriba. En el sistema táctico de Pekerman, la figura del enganche es clave y por eso es uno de los primeros puntos a resolver si el cucuteño no está o está en bajo nivel, como ocurrió en Chile. Quizás Macnelly sea una variante, pero debe jugar como diez clásico y no en el sitio en el que lo hizo en Montevideo, más cerca de Sánchez que de Bacca. El otro problema de la generación de juego es el doble cinco. Carlos Sánchez forma parte de la columna vertebral del equipo y hace su tarea a la perfección, pero la falta un socio que dé el primer pase, que se encargue de juntarse con el diez. Fredy Guarín no estuvo certero y no parece haber demasiadas variantes para esa posición. Cambiar el esquema no parece ser una opción para el entrenador, así que habrá que rezar por la vuelta de Abel Aguilar o la recuperación futbolística de Juan Fernando Quintero. En la delantera, Carlos Bacca no estuvo ni cerca de su nivel europeo y se mostró desconectado del resto del equipo. Es cierto que no es su total responsabilidad, pero también lo es que le faltó rebeldía para juntarse con los mediocampistas. Algo que sí tuvo Teo Gutiérrez en el juego contra Perú. Quizás sea un buen momento para probar al barranquillero como enganche, porque en varios momentos de los partidos cumple esas funciones. En defensa no hay demasiados problemas en lo colectivo pero sí demasiadas dificultades en lo individual, sobre todo en el Centenario. Santiago Arias falló en las jugadas de los dos primeros goles, perdieron la marca de Diego Godín en el 1-0 y no hubo buenas decisiones en el tercer tanto. Esas desconcentraciones te pueden dejar afuera de un Mundial. Colombia tiene buen material para formar una línea de cuatro sólida. Tras el retiro de Mario Yepes, apareció Jeison Murillo y demostró todas las cualidades para ser un central de lujo. Christian Zapata ya está afianzado a su lado y Frank Fabra hizo méritos para quedarse con el puesto de lateral. Donde hay dudas es en la posición que ocupó Arias, quien aún no ha podido destacarse en el equipo nacional. Es otro de los puestos que Pekermn deberá analizar muy bien antes de la próxima doble jornada. Los partidos ante Perú y Uruguay dejaron más preocupaciones que alegrías y la Selección debe reaccionar rápido para que las malas sensaciones de otros tiempos se mantengan en el pasado. Hay 16 partidos por delante y si hay un plantel con talento para revertir esta situación, es el colombiano.
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