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Los Cubs no logran ahuyentar a los fantasmas de las maldiciones

Cuando un equipo empieza a acumular años sin obtener un título de inmediato llega a su mente la idea de que hay otro que vive una situación peor, pero hay uno que no se puede dar el lujo de hacerlo: los Chicago Cubs.

Tras sufrir un nuevo sinsabor el miércoles cuando los New York Mets completaron la barrida en la Serie de Campeonato de Liga Nacional, se sumó un año más (107) sin que la novena de Chicago pueda volver a probar la gloria de ganar una Serie Mundial a pesar que --otra vez-- éste parecía ser el momento en que acabarían con la maldición.

Pocos sobrevivientes quedan que puedan recordar lo ocurrido aquel ya lejano miércoles 14 de octubre de 1908 cuando Orval Overall guió a esta histórica franquicia a su último título tras vencer en cinco juegos a los Detroit Tigers teniendo como escenario el por supuesto hoy extinto Bennett Park por pizarra de 2-0 en el juego definitivo. A partir de ahí surge una "maldición" que tiene más capítulos de los que uno podría imaginar y algunos que ni siquiera al escritor más reconocido de ciencia ficción se le hubieran ocurrido.

Los Cubs han probado de todo tipo de derrotas y pareciera que es imposible que pueda existir una manera más en que el título se pueda escapar de sus manos, pero han demostrado ser capaces de sufrir descalabros de maneras impensables.

La franquicia de la Ciudad de los Vientos ha intentado de todo para alejar del Wrigley Field ésta nube negra que parece haberse estacionado específicamente sobre su recinto y que ha recibido diversos nombres como: la cabra Murphy, Steve Bartman, el gato negro, entre otros, pero así como hay maldiciones difíciles de comprender también hay que decir que el intentar describir el amor que sienten los aficionados por sus Cubs es una tarea que parece no tener fin.

El equipo del norte de Chicago ha visto a más de 50 managers pasar por sus filas, cinco pitchers han obtenido el Cy Young --Jake Arrieta podría ser el sexto-- vistiendo ésta franela y nueve diferentes jugadores han ganado el honor de ser nombrados como Jugador Más Valioso, pero ni aún así logran el ansiado Clásico de Otoño.

Un total de 27 franquicias diferentes ya han probado las mieles de coronarse en la Serie Mundial e inclusive algunas de ellas han cedido su lugar a nuevos motes y ciudades pero al menos pueden presumir algo que los Cubs no, un anillo de campeones.

Si bien durante éste reciente viaje a la postemporada los aficionados y los seguidores sentimentales de esta novena buscaban cualquier tema al cual aferrarse para pensar que por fin ellos serían los que podrían decir que los vieron coronarse, el destino es tan caprichoso que también encuentra relaciones para que su mala fortuna continúe.

En aquella Serie Mundial de 1908 el nombre del dueño del equipo era Murphy, mismo que portaba la cabra de una de las maldiciones que los han acompañado y de quien se podría decir que fue pieza indispensable para que los New York Mets sacaran la escoba y ahora sean ellos quienes busquen su primer título desde 1986, Daniel Murphy, quien en la lucha por el gallardete del Viejo Circuito se voló tres veces la barda.