BUENOS AIRES - Hay un romance. Nadie puede negar que entre un sector de Brasil y River Plate existe un romance desde hace años. Más allá de los enfrentamientos entre River y sus pares de Brasil. Hay una relación de afectividad, algo que no sucede con Boca Juniors para poner un caso.
Los brasileños quieren más a River que a Boca Juniors. A los argentinos nos pasa algo parecido, queremos más al Palmeiras más que a cualquier otro equipo brasileño. Desde hace varios días me llegan mensajes desde los lugares más remotos de Brasil, por ejemplo, de Recife.
Mi amiga Paula Perdomo, fanática del Santos y de River Plate, me escribe entusiasmada, sabe que River tiene todas las chances para pasar a la semifinal. De todas formas me advierte. “Cucu, nunca hay que dar por ganado un duelo con un equipo brasileño. Y el Chapocoelense, o como se llame, es un equipo que se agigante como Macunaíma, siempre de local. Hay que cuidarse y no entregarse a la especulación del contragolpe porque estos equipos tienen jugadores diferentes”.
Me quedé pensando en este mensaje. ¿Jugadores diferentes? Yo no vi ninguno. Es más, River le ganó en todos los planos y pareció ser un equipo muy inferior. Pero enseguida me contradije, puede que haya un jugador diferente y que aparezca. Algo es el equipo y algo las individualidades.
Promediando la tarde ayer me llegó otro mail inquietante. Esta vez venía de Curitiba, al sur de Brasil. Mi amiga Alai Ruiz, profesora de la universidad en ese estado fue tajante. “Cucu, no se les ocurra meterse atrás porque el Chapó, es un equipo raro de local, sabe jugar y tiene jugadores que desequilibran”. ¡Otra vez el tema de los desequilibrios!
¡Esos jugadores no jugaron el primer partido! ¿Dónde están? Sentí que me estaban tomando el pelo o desde mi querido país hermano, querían meterme miedo. Pero, ¿para qué? Yo no iba a jugar el partido, soy apenas un espectador con derecho a comentario.
Los brasileños son especiales, creen que inventado una realidad paralela podrán cambiar los acontecimientos reales. River es un equipazo, el Chapó no lo es tanto. Si tiene un as escondido en la manga no lo sabemos.
Lo cierto es que la mayoría de los brasileños simpatizan con River y si me apuran les digo más, River tendrá mucha hinchada brasileña en el hermoso estadio donde jugará con su enigmático rival.
Más de uno querrá matarme, pero no piensen así, a modo de réplica les anoto este último mensaje que me envió Elche Ramonelli, mi amiga artista plástica desde la hermosa ciudad de Pernambuco. “Cucu, River tiene que ganar, acá en Perna hay muchos hinchas de River que esperan ansiosos el partido. Te digo otra cosa más, ¿cómo pensás que va a alentar la hinchada brasileña de River?, con todooo”.
En fin, el fútbol tiene estas cosas, puede ser irracional o inesperado. Lo cierto es que River tendrá que salir a ganar mas allá de su fanaticada. El Chapó debería hacer lo mismo, uno de los dos quedará en el camino y el otro tendrá un pie en la puerta abierta del cielo.